Duplantis: “Lo que te puede llegar a matar en el deporte es el ego”

Armand Mondo Duplantis cierra la temporada como mejor atleta del 2025 tras ser reconocido como tal en la gala de World Athletics celebrada en Mónaco. Por segunda campaña consecutiva, el pertiguista sueco de 26 años ha permanecido imbatido, lo que le ha permitido sumar dos títulos mundiales, uno al aire libre y otro bajo techo, y superar cuatro veces su propio récord mundial, un listón que ahora permanece en 6,30 metros. Este galardón de World Athletics se suma al de los premios Laureus, cuando fue nombrado mejor deportista de cualquier disciplina.

Pese a todos sus éxitos, Duplantis se maneja con humildad. “Me considero una persona normal”, sostiene el pertiguista, quien asegura vivir alejado de las estadísticas que por otra parte le sitúan en la cúspide del atletismo. “No soy de estar pendiente de las estadísticas o de ampliar números. Lo que quiero es divertirme y es lo que hago, como cualquier otro pertiguista”, asegura en una entrevista concedida a Mundo Deportivo.

Precisamente para no acaparar una presión extra, Mondo, como le apodan, dice no atender a los números. “No soy de pensar mucho en estas cosas para no confiarme de más”, comenta. Al fin y al cabo, es consciente de que cualquier exceso puede jugar una mala pasada, porque “mis rivales son muy buenos”.

Si bien, es cierto que admite que prefiere ser poseedor de todos esos récords que le avalan como deportista. “Tener este dato a mi favor me recuerda lo consistente que estoy siendo y lo bien que estamos trabajando con mi equipo”. Los títulos sirven para reafirmar su dedicación. “Pero no quiero que se convierta en una obsesión. Gano mucho, pero sigo teniendo días buenos y días malos. Sé que algún día perderé, tiene que suceder y quiero llevarlo de la mejor forma”, comenta.

El ego, el enemigo del deportista

Duplantis se reconoce como un enemigo del ego, un peligro que rebaja la tensión. Porque aunque admite que “la presión puede ser muy delicada, pero te acabas acostumbrando a ella y la puedes controlar”, también reconoce que “lo que te puede llegar a matar en el deporte es el ego”. “En mi caso, soy plenamente consciente de lo difícil que es llegar hasta aquí y lo fácil que puede ser en el deporte que las cosas cambien y que todo se caiga”, explica.

En este sentido, dentro de sus tareas también existe el ejercicio mental: “Trato de recordarme todos los días las cosas que me hacen ser bueno para no perder el foco y no desviarme del camino”.

El atleta sueco admite que superar lo conseguido en 2025 “no será fácil”, pero también considera que sigue atesorando margen de mejora. “Por supuesto. Siempre pienso que voy a ser mejor que el día anterior y que puedo hacer saltos más grandes”, afirma, por lo que es de esperar que busque seguir batiendo sus propios registros.

La liberación del oro de París

Duplantis también confiesa que lograr la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París en 2024 supuso una liberación que le permite ejercer su profesión con el exilio de la presión. “Sabía que había logrado algo muy grande y que me haría tener menos presión a partir de ahora, como así ha sido”, repasa.

El sueco afirma que ha llegado donde está gracias a la pasión infundada por su padre, un “obseso de la pértiga” que “siempre busca la perfección y me transmitió esa pasión”. Aunque también admite que “para saltar las alturas en las que estoy actualmente hay que hacerlo todo bien, la velocidad, la técnica, el despegue… no puedes tener puntos débiles”. Pero además, también existe el factor mental. “Y cuando lo haces todo bien, la mentalidad ganadora también es un punto clave que te da ese extra tan necesario en muchas situaciones complicadas. Considero que hay que tener una combinación de todas las cualidades para llegar a ser el mejor”, añade.

La leyenda urbana

Precisamente si tuviera que hablar de su secreto para alcanzar semejantes éxitos, Duplantis haría referencia a la capacidad de crecerse en situaciones de máxima expectación. Porque sostiene que en los entrenamientos no obtiene mejores marcas que en competición. “Circula una leyenda urbana que dice que en mis entrenamientos salto 6,35. Eso ya te digo que es falso. Para llegar a esas marcas necesito una energía especial que solo puedo tener en las grandes competiciones con miles de personas apoyándome. Cuando compito en un campeonato, fluye por mi cuerpo una fuerza especial que me empuja a saltar muy alto. Por mucho que quiera, cuando estoy entrenando solo no puedo alcanzar esas velocidades que necesito para impulsarme tan fuerte. Sencillamente, no es posible. Afronto cada competición con la incógnita de saber hasta dónde podré llegar”, dice.

"No me pongo ningún límite"

Es decir, ni él mismo sabe dónde está su límite, por eso aguarda a una nueva puesta en escena para volver a ponerse a prueba, para tratar de demostrar lo que un ser humano es capaz de hacer con una pértiga. “Mi filosofía de vida es que hay que disfrutar del proceso y del camino que recorres. Me lo paso muy bien todos los días y los éxitos solo son la confirmación del trabajo bien hecho. Todo lo que he ganado está muy bien, pero no me conformo con eso. Me obsesiona superarme y ser mejor todos los días. Cada vez que salto a una pista a competir, quiero ganar a mis rivales y sacar la mejor versión de mí. Siempre tengo hambre de conseguir más. Me lo tomo como si fuera un juego y de momento, puedo decir que no estoy cansado de ganar, sigue habiendo muchas alturas por superar y amo lo que hago”, concluye, asegurando que “no me pongo ningún límite”. Si acaso, el cielo es el límite para Mondo Duplantis.