Mostrar el inexorable vínculo entre la evolución de la moda y del concepto de la masculinidad a lo largo de los años es el objetivo de la exposición sobre la moda para hombres, 'Masculinities', que acoge Bruselas para tratar de romper estereotipos de un mundo muy ligado a la feminidad.

Los colores sobrios, las corbatas de una gama cromática limitada y la formalidad estética no fueron siempre los referentes, los preceptos de la moda masculina. Hace algún tiempo ya, los tonos vivos, los pequeños detalles e incluso el tacón formaban parte del código de vestimenta masculino.

Sin embargo, pronto los ropajes de los hombres se despojaron de estos estilos. "Los hombres del siglo XVIII luchaban por distinguirse a través del color, de la decoración. Pero a principios del XIX dieron la espalda a la suntuosidad por la que luchaban y adoptaron un uniforme, que es el símbolo del trabajo", explicó el comisario de la muestra, Denis Laurent.

Así, la exhibición se inicia con un chaqué que bien podría haber sido sacado del armario de Luis XVI, con elementos florales y decorado con motivos dorados, para pasar poco más adelante a una época en la que la americana y el zapato de traje arrasó con cualquier atisbo de versatilidad en la indumentaria masculina.

"Ese uniforme es la expresión del éxito del hombre, de su respetabilidad", detalló Laurent.

Pero no solo hay trajes que tratan de reflejar cómo el trabajo de oficina y la burocracia se imponía en una sociedad recién salida de la Segunda Guerra Mundial, sino también de cómo ese mismo conflicto bélico moldeó la propia moda.

Los motivos castrenses y el ideal de fuerza y valentía, intrínsecamente ligada a la concepción del hombre durante muchas décadas, fueron también característicos del estilo masculino de la segunda mitad del siglo pasado, con la irrupción de las chaquetas militares o la prevalencia de colores verdosos y marrones en la ropa de uso diario.

TRATANDO DE ROMPER LOS ESTEREOTIPOS

"Queremos mostrar que la moda masculina está llena de estereotipos, que son aún más sólidos que en el armario de las mujeres", argumentó el comisario quien opina que, para materializar la desconstrucción de la feminidad, es esencial desmontar la del hombre.

En el imaginario occidental hoy en día es casi inconcebible un hombre llevando un vestido o falda, al contrario que en otras regiones donde este tipo de prendas son el eje de la moda masculina, tal y como muestra una sección de la exhibición que trata de reflejar la paradoja de esos clichés.

"La moda es definitivamente una cuestión de género", subraya Laurent. Pero esos rígidos parámetros por los que se rigió comenzaron a diluirse ya a finales del siglo XX.

"Los chicos no lloran", tal y como recitaba el cantante Miguel Bosé, bautiza otra parte de la muestra en la que se aúna varios diseños de modistas que ya a en la década de los 90 del siglo pasado actualizaron la representación de la masculinidad, trasladando a la vestimenta motivos que evocan al mundo de la música y la vida nocturna de los adolescentes.

Las tendencias actuales funcionan como epílogo de la exhibición con la idea de que, en la moda actual, las fronteras entre géneros son más difusas que nunca gracias a una indiscutible revolución en la concepción de la masculinidad aupada por movimientos feministas y LGTBIQ.

"La gente dice que hoy en día hay más creatividad en la moda masculina que en la femenina", sostuvo Laurent tras reconocer que los diseños contemporáneos son sus favoritos.