Verstappen quiere su cuarta corona

El piloto neerlandés Max Verstappen (Red Bull) vivirá en el Gran Premio de Las Vegas, vigesimosegunda prueba del calendario de Fórmula 1, la primera bola de partido para conquistar su cuarto Mundial consecutivo por delante del británico Lando Norris (McLaren), ya muy lejos y que necesita un milagro para evitar el alirón de su rival, que todavía tendrá otras dos oportunidades más en Asia, mientras Ferrari quiere aprovechar un trazado muy favorable para escalar en Constructores.

En uno de los Mundiales más igualados y apretados del último lustro, el duelo entre Verstappen y Norris está llegando a su fin, con todo muy decantado para el cuarto título del neerlandés. Mad Max dio un paso de gigante hacia su objetivo en la última carrera, hace tres semanas, en Sao Paulo (Brasil), remontando desde la decimoséptima posición hasta el primer lugar, en la que ya es la mejor obra de su carrera, con una conducción tan fina como valiente y con mucha más tenacidad que su contrincante.

Norris lo tenía todo para dar otro mordisco importante, pero entre la fortuna y su poca ambición se conformó con un sexto puesto que supo a poco o nada, después de ser poleman. Ahora Verstappen le saca 62 puntos al británico y será campeón si sale de Las Vegas con al menos 60 de colchón, es decir, si acaba por delante del piloto papaya cualquier posición.

Además, esa carrera en Interlagos invita al optimismo en Red Bull en un trazado de Las Vegas muy poco favorable por la alta cantidad de curvas lentas, aunque ganaran el año pasado con un coche muy superior al resto. Y Verstappen llega con mucha confianza después de romper una dinámica de diez carreras sin ganar, consciente de que su cuarta corona está muy cerca, igualando a dos leyendas como el francés Alain Prost (1985, 1986, 1989, 1993) y Sebastian Vettel (2010, 2011, 2012, 2013).

“No estaba preparado para pelear con Verstappen”, reconoció en la previa un Norris que sabe que es una empresa casi imposible, por lo que no debe titubear, a la espera también de un milagro, en un trazado en el que tuvo un estreno fallido con un abandono sonrojante. Está por ver entonces el rendimiento de los McLaren en un circuito proFerrari aunque con el incidente de la alcantarilla y Carlos Sainz en el recuerdo.