El Start-Stop es un sistema que apaga automáticamente el motor cuando paramos el coche completamente y que lo vuelve a encender cuando reemprendemos la marcha. Es una tecnología que tiene su origen en los años 80 en marcas como Volkswagen, Audi, Opel o Fiat y que hoy llevan gran parte de los vehículos, con la intención de reducir el consumo de combustible y las emisiones contaminantes. Su uso tiene más sentido en entornos urbanos, en los que se realizan numerosas paradas por los semáforos o los atascos.
Evitarlo en verano
Los atascos también son muy típicos en verano, especialmente en días de operación salida o retorno, en los accesos a los destinos más turísticos y en los entornos de las playas en hora punta. Pero el uso del sistema Start-Stop en esta época tan calurosa no es tan conveniente como durante el resto del año, como explica el popular mecánico Juan José Ebenezer, que cuenta con su propio taller y que comparte consejos prácticos y curiosidades relacionadas con los coches en sus redes sociales.
Ebenezer afirma que en verano es recomendable “desactivar el Start-Stop” y hacerlo "sí o sí" en un atasco. El primer motivo, más allá de que encender y apagar constantemente el motor pueda afectar a la batería y al motor de arranque, es que, si está activado, se apagará el aire acondicionado a la par que el motor en cualquier semáforo en rojo o en un atasco. “Te vas a ir quedando sin aire acondicionado, porque el motor cuando pare te va a dejar sin frío dentro. No sin aire, sin frío”, explica.
Vigilar la temperatura
También afirma que el elevado calor que suele hacer en verano es muy perjudicial para el coche en situaciones de atasco. “El calor afecta muchísimo cuando el coche está al ralentí”, asegura, explicando que la situación mejora cuando el vehículo está en movimiento, tanto por los ventiladores, por el aire que entra y por las revoluciones del motor. “Cuando va revolucionado, la bomba mueve el agua mucho más rápido y el coche funciona mejor. Pero si estamos con el coche en verano y en un atasco, las revoluciones vienen a ser ralentí”.
El aire acondicionado, aunque parezca paradójico, también ayuda a subir la temperatura de la mecánica. “Calienta el condensador, que está en la zona del radiador, y mete aire más caliente todavía hacia el motor, y por lo tanto va a perder capacidad de refrigeración. Si eso se suma a un coche más antiguo, peor mantenido, refrigerante de mala calidad o en mal estado, bomba de agua regulera, un termostato que no abre bien o no cierra bien… podemos tener problemas de refrigeración. Así que en los atascos muchísimo ojo a la aguja de la temperatura”.