pamplona
EL todavía favorito en la carrera por la candidatura republicana a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Mitt Romney, se ha convertido en los últimos días en el blanco de todas las críticas, tanto de sus contrincantes en las primarias como de la Casa Blanca. El ala más conservadora del partido no termina de ver con buenos ojos a Romney, a quien considera un moderado, al tiempo que es acusado de destruir miles de empleos durante su paso por Bain Capital, una empresa de capital de riesgo dedicada a limpiar las finanzas de empresas en problemas para posteriormente venderlas, de pagar menos de la mitad de los impuestos que le corresponden (desembolsa solo el 15% de sus ingresos frente al 23% que paga un ciudadano medio y al 35% de las grandes fortunas) y de tener parte de su fortuna, estimada en 250 millones de dólares, en paraísos fiscales.
Pero los obstáculos hacia la Casa Blanca no solo están en sus finanzas. Su religión, vista con recelos por buena parte de los votantes estadounidenses y considerada incluso una secta por algunos, puede resultar determinante en algunos casos a la hora de inclinar el voto hacia el candidato demócrata, el actual presidente Barack Obama. Y es que, según una encuesta de Gallup realizada el pasado noviembre, el 22% de los estadounidenses no votaría a un mormón. Otro sondeo, del Instituto Público de Investigaciones Religiosas, mostró que un 42% de la población mantiene reservas sobre la posibilidad de que la presidencia sea ocupada por un miembro de esta religión. Y este recelo existe también entre los votantes republicanos, la mayoría de ellos evangélicos.
misionero Como en pocas elecciones, la religión se ha vuelto un tema complicado para los republicanos. Romney (Detroit, 1947) es originario de una gran familia mormona y es un gran devoto. Su bisabuelo, Miles Park Romney, emigró a México en 1885 huyendo de las leyes que perseguían la poligamia, practicada por los seguidores de la religión hasta 1890 -aunque oficialmente prohibida por la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la poligamia es practicada hoy en día por unos 35.000 mormones-. En el país azteca nacieron su abuelo y hasta su padre, quienes se instalaron en Estados Unidos en 1910 tras el estallido de la revolución mexicana.
Como manda la tradición mormona, Romney pasó en su juventud dos años en el extranjero como misionero. Fue entre 1966 y 1968 en Francia, tiempo en el que apenas tuvo contacto con su familia, aprendió francés y predicó los valores mormones hasta en algunas zonas de Catalunya. Después se convirtió en el líder de su parroquia de Belmont (Massachussetts), fue obispo de Cambridge y también de Belmont, además de presidir la diócesis de Boston.
Sus creencias Durante esta campaña electoral, Romney no ha querido ahondar mucho en sus creencias, precisamente para no convertirlas en el blanco de los ataques de sus contrincantes. El candidato republicano es consciente del rechazo que causan los mormones en parte de la población, que les considera sectarios, y del desconocimiento que existe en torno a su religión. Casi la mitad de la población no sabe ni siquiera si son cristianos. En Estados Unidos viven unos seis millones de mormones. Se consideran efectivamente cristianos, aunque su religión es politeísta. Creen que Dios Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo son entidades separadas, y añaden un su propio profeta: Joseph Smith.
Este dijo haber recibido en 1827 la visita del Ángel Moroni, quien le había entregado unas tablas de oro escritas en egipcio reformado (decía que era el idioma que se hablaba en la América antigua). Smith las tradujo y el resultado fue el libro del Mormón, publicado en Nueva York en 1830, que se convirtió en el texto sagrado de la religión. Debido a la gran persecución que sufrían -Smith fue asesinado por una turba en 1844-, los mormones comenzaron a trasladarse de una región a otra, hasta que se instalaron en una zona casi despoblada: Utah. Allí fundaron la ciudad de Salt Lake City, que se mantiene como centro neurálgico de la iglesia. Una vez allí, las pretensiones del sucesor de Smith, Brigham Young, de organizar una autonomía teocrática llevó a los mormones a un fuerte enfrentamiento con el gobierno de presidente James Buchanan, que llegó a mandar 2.500 soldados.
Hoy en día, también quedan colonias mormonas en los estados vecinos y en el estado mexicano de Chihuahua, donde aún vive una treintena de familiares de Romney.
Iglesia millonaria Los mormones no beben alcohol ni fuman, tienen prohibido tomar excitantes como café, té o Coca-Cola así como mantener relaciones sexuales homosexuales. Asimismo, cada uno de sus miembros tiene que donar el 10% de su sueldo a la iglesia, lo que le ha reportado un patrimonio de 30.000 millones de dólares. Gracias a ello pueden ofrecer a sus miembros los servicios básicos como educación o salud. La mayoría de los mormones se mueven entre su comunidad, un hecho que acrecienta su imagen de sectarios. Hay mormones de diferentes ideologías, tanto republicanos como demócratas -es el caso de Romney y el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid-, y en todo tipo de profesiones )uno de sus miembros destacados es el actor Tom Hanks). La posibilidad de que un mormón llegue a la presidencia de Estados Unidos ha despertado en el país un agrio debate, similar al que tuvo lugar cuando John F. Kennedy se convirtió en el principal mandatario católico. Hay quien teme que pueda estar atado a los dictados de su iglesia, sin embargo, varios analistas apuntan a que su trayectoria política no hace temer nada al respecto.
Moderación Con una de las campañas que más dinero ha recaudado y su moderación, Romney sigue siendo, en estos momentos, en único candidato que podría vencer a Obama en noviembre. Y los republicanos, a pesar de los recelos, lo saben. Una encuesta deThe New York Times mostró esta semana que esta es todavía una elección muy abierta, en la que los votantes independientes que el presidente necesita para su reelección tienen aún muchas dudas. En este sentido, los candidatos republicanos pueden ayudar a que esas dudas se resuelvan en favor de Obama si continúan en la línea actual.
Consciente también de que tiene que ganarse el voto del ala más conservadora del partido para lograr la candidatura republicana, el exgobernador de Masschussetts ha endurecido durante estas primarias su discurso en temas clave como la inmigración. De apoyar una reforma migratoria ha pasado a rechazarla con fuerza así como el Dream Act -para legalizar a estudiantes indocumentados-. Las dos siguientes citas electorales republicanas serán clave: la de hoy en Carolina del Sur y la de Florida el día 31.