Un nuevo Nacho Vidal. Eso es lo que se ha visto en el segundo tramo de la ya finalizada temporada 2024-2025. El lateral alicantino no contaba con los minutos que cualquier jugador desea, por lo que en enero decidió salir del club navarro y puso rumbo al Real Oviedo. En la capital asturiana, Vidal ha encontrado un escenario en el que ser protagonista.
Con seis goles en 22 partidos, dos de ellos en la semifinal del play off ante el Almería, ha sido una de las piezas clave en el esquema de Veljko Paunovic, que le ha dado la confianza que no encontraba en su última etapa en Pamplona. El alicantino confiesa que “me he podido merecer algo más en muchos momentos, pero entiendo que esto es fútbol y la decisión depende de una sola persona”.
Imagino que ahora está algo más tranquilo que en estos últimos días, ¿cómo fue la celebración?
Estoy muy feliz, todavía asimilando un poco todo lo que ocurrió porque fue una locura. Le decía a mi familia que no había visto cosa igual, toda la gente en la calle, fue algo muy grande.
Antes de celebrar tuvieron que ganar un encuentro de lo más complicado, ¿había vivido algún partido así en su carrera?
No, la verdad es que tenía esa espinita clavada. En las dos finales de Copa del Rey y el partido de Supercopa en Arabia con Osasuna no pude participar, y tenía ganas de ser protagonista en un partido así. Estaba tranquilo, muy mentalizado y veía tanto optimismo en la gente, tanto en las calles como en el vestuario, que sabía que iba a salir bien.
"Tenía ganas de ser protagonista en un partido así"
Entiendo que era de los que creía en la remontada en el Carlos Tartiere a pesar de haber perdido en Anduva.
Sí, incluso después del 0-1, que parece que es un mazazo muy gordo para nosotros, vi a la gente muy tranquila y convencida. Nos vi mucho más nerviosos en el partido de vuelta contra el Almería que contra el Mirandés que, a priori, era bastante más complicado.
Un duelo que también era especial porque jugaba contra un excompañero como Iker Benito, ¿hablaron después del partido?
Tenemos una buena relación, en Pamplona estuvimos en una situación similar al inicio de temporada y en cuanto acabó el partido me escribió. Iker es un chico increíble y tuvo el detalle de escribirme, aunque yo tenía en mente hacerlo también. En cuanto pude le contesté, hablamos y simplemente le dije que podía estar muy orgulloso de los meses que ha hecho en Miranda y que me alegraba mucho por él.
¿Qué significa para usted este ascenso con el Oviedo?
Pues otra vivencia. Desde el minuto uno en el que me salió la opción de venir tenía muy claro que quería, siempre he dicho que los clubes con tanto sentimiento de pertenencia y tanta masa social tienden a estar bien y a conseguir resultados. Además, el Oviedo tiene un grupo muy potente detrás como es Grupo Pachuca. Desde el primer momento que me llamaron me dijeron que tenían una idea muy clara que era ascender, y me lo dijeron desde el convencimiento. Para mí es un paso muy importante, venía de una temporada y media difícil y poder volver a Primera de esta manera es muy bonito y muy importante para mí.
"Este ascenso es un paso importante para mí, venía de una temporada y media difícil"
Después de esa etapa difícil en Osasuna se ha visto a un Nacho Vidal muy diferente en Oviedo, ¿qué ha cambiado para que esto suceda?
Lo primero los minutos y la continuidad, es lo más importante, el poder hacer todas las acciones en modo automático, el flow del que hablan los psicólogos. Aquí en Oviedo he llegado a ese punto, aunque en Pamplona también lo he pasado en algún momento, porque lo que me faltaba en Osasuna era tener esa continuidad y esos minutos. Sinceramente, creo que me he podido merecer algo más en muchos momentos, pero entiendo que esto es fútbol y la decisión depende de una sola persona. Creo que eso es lo que ha cambiado y lo que me ha hecho sentirme otra vez futbolista. Al final, cuando encadenas meses sin competir, sin jugar y sin sentirte protagonista incluso tú dudas de tu nivel y te planteas si vales para esto. Yo ya había demostrado que valía, porque jugar cinco temporadas en Primera División no lo haces si no tienes el nivel. Pero a veces dudas y yo necesitaba eso, dar un pequeño paso atrás, en el sentido de que era bajar una categoría, para volver a reencontrarme con esas sensaciones de ese Nacho que jugaba en Osasuna cada fin de semana.
"Cuando encadenas meses sin competir, sin jugar y sin sentirte protagonista incluso tú dudas de tu nivel y te planteas si vales para esto"
El Oviedo ha sido entonces el sitio en el que se has vuelto a sentir futbolista.
Por supuesto, al final yo me siento futbolista en el día a día porque me gusta entrenar, ayudar a los compañeros, tender la mano a los que no están bien… Pero creo que lo que más define a un futbolista a día de hoy es lo que hace el fin de semana, aunque es una parte pequeña de lo que ocurre en la temporada, pero es lo que más se ve. Yo tenía ganas de acumular minutos en esa faceta, lo venía buscando y lo he conseguido, además he hecho goles, hemos ascendido… Ha salido todo a pedir de boca.
De hecho, no ha tenido solo minutos, sino que ha sido uno de los protagonistas del Oviedo en el tramo final de temporada, ¿se ve como uno de los héroes del ascenso?
Por supuesto que no, creo que esto es de todos. Yo llegué en enero con la mitad del camino hecho, sería muy egocéntrico pensar que he sido el artífice de todo esto. Hay muchísimas personas detrás, ha habido dos entrenadores, jugadores que salieron en invierno pero aportaron en la primera parte de la temporada… Esto es de todos y los logros colectivos son del equipo.
También fue una pieza clave en el ascenso a Primera División con Osasuna, aunque aquel año no hizo falta pasar por el play off, ¿qué diferencias ha notado entre un ascenso y otro?
Lo primero las ganas, en Osasuna estaba más normalizado porque se había conseguido hace poco tiempo y la gente no tenía esa ansiedad o tanta ilusión como la que he percibido aquí. Esa ilusión por volver después de 24 años te genera más tensión, y más aún hacerlo en el play off. Ha sido mucho más intenso, a nivel de emociones, el ascenso en Oviedo. Es verdad que en Pamplona hubo una parte de la temporada en la que no era matemático, pero todos sabíamos que íbamos a subir.
Llegó al Oviedo en enero, ¿qué razones le llevan a querer salir de Osasuna?
Sobre todo, lo que comentaba de la falta de minutos y continuidad. Yo soy futbolista todos los días y siempre pienso en cuidar mi físico, mejorar ciertos aspectos… Pero eso no se ve, lo que se ve es lo que ocurre cada fin de semana en el césped. La gente no evalúa que tú seas el mejor entrenando en el día a día, que seas el que más se implica, el que va todos los días una hora antes del entrenamiento y se queda otra después… Yo le doy mucho valor a esas cosas porque creo que es el camino para conseguir grandes objetivos, pero la gente no lo ve. Yo intento disfrutar de ese camino, pero cuando no disfrutas el fin de semana después de todo el esfuerzo, necesitas ese estímulo de competir y de sentirte futbolista con todas las letras.
¿Por qué el Oviedo?
Primero porque tuvieron un interés brutal y yo necesitaba sentir eso, que si era yo era yo de verdad, no era entre este y el otro viene Nacho. El Oviedo me mostró que iba a esperar lo que hiciera falta para que fuese yo, que no iban a tocar otras puertas. Iban a esperar, si hacía falta, hasta el 28 de enero y eso a mí me daba una confianza y una tranquilidad tremenda. Y segundo por el proyecto del equipo, hay gente que quiere hacer las cosas bien, que quiere involucrarse por la ciudad y por el club.
"Me fui al Oviedo porque tuvieron un interés brutal y yo necesitaba sentir eso"
Entiendo que tanto la ciudad como el club le acogieron de maravilla.
Desde el primer momento he sido uno más en el vestuario. Creo que también mi personalidad me facilita el entrar en grupos nuevos, ya tengo experiencia en esto y una edad que te da esa etiqueta de veterano. La entrada al vestuario fue muy fácil porque mis compañeros me lo pusieron así. En la ciudad todo el mundo me ha dado muchísimo apoyo, eso te hace rendir más, tener mucha confianza en ti mismo, pensar que eres importante… Y si todo eso lo metes en una coctelera, solo pueden pasar cosas buenas.
Uno de los pesos pesados de ese vestuario es Santi Cazorla, ¿cómo le recibió?
De manera increíble. Hablé con él por primera vez en noviembre, fue una de las razones que me convenció para venir a jugar en Oviedo. Desde noviembre me estuvo escribiendo, diciéndome que necesitaba que fuese y que me querían allí. Que alguien como Cazorla te escriba y te diga que te quiere en su equipo es algo de lo que sentirse orgulloso. Desde el minuto uno me lo puso todo muy fácil, como ya habíamos hablado parecía que nos conocíamos y fue él que se encargó de meterme en el grupo. Es el que ha tirado del vestuario, si yo con 30 años soy veterano imagínate él con 40. Ha sido el que ha unido a todos, el que se ha echado el grupo a la espalda en todos los aspectos y es un tío muy top, ama el Oviedo y todos estamos muy felices de haber conseguido el objetivo con él en el equipo.
Algo que ha sorprendido es esa faceta goleadora que ha sacado a relucir en Oviedo, ¿qué ha hecho que dé este paso hacia adelante?
No sabría decirte, aunque siempre he sido un jugador al que le gusta sumarse al ataque. Siempre intento estar cerca del área porque pasan cosas, además me gusta defender hacia adelante, presionar tras pérdida. El estar ahí hace que se presenten situaciones de gol. También ha podido cambiar esa confianza en mí mismo, el primer gol fue en casa contra el Albacete y me hizo darme cuenta de que tengo capacidad para marcar goles. Podrían haber ido fuera, pero han ido dentro, y al final se han convertido en goles importantes y en puntos para el equipo.
Imagino que uno de los culpables de este nuevo Nacho Vidal es el míster Veljko Paunovic.
Me ha dado mucha libertad para soltarme. Es verdad que nuestras dos bandas eran muy diferentes, yo por delante he tenido a Hassan y hay que entenderle y saber cuáles son sus puntos fuertes. Pauno ha confiado mucho en mí y me ha dado libertad para que yo interprete las situaciones de juego. Para meterme por dentro, doblarle por fuera… Algunos de los goles llegan por el carril central para dejarle a Hassan espacio para que juegue su uno contra uno o uno contra dos. Cuando él atrae a dos, alguien tiene que estar libre y en ese momento entro por el carril central, marcar a un lateral por dentro es difícil. Pero todo esto desde la confianza que me ha dado el míster desde el minuto uno.
Hablando de entrenadores, se ha jugado el ascenso contra Lisci, ¿qué piensa de él como entrenador? ¿Qué cree que puede aportar en Osasuna?
Siempre digo que no me gusta opinar de algo que no conozco de primera mano. No conozco a Alessio ni personalmente ni sé cómo son sus dinámicas de entrenamiento. Lo que sí conozco es que ha hecho un trabajo magnífico en Miranda. Que haya sido capaz de armar un grupo tan unido habla muy bien de él. Yo he jugado contra ellos y a nivel defensivo tienen una capacidad enorme de estar organizados, ser duros y ganar duelos. Creo que es un perfil que pega con la idiosincrasia de Osasuna y estoy seguro de que le irá bien. Yo como rojillo que soy quiero que le vaya bien.
"Creo que Lisci es un perfil que pega con la idiosincrasia de Osasuna y estoy seguro de que le irá bien"
La temporada que viene se volverá a enfrentar a Lisci y volverá a El Sadar, aunque esta vez como visitante, ¿qué espera de ese regreso a Pamplona?
Hasta que jugué con el Mallorca no me había puesto en la piel de los rivales cuando juegan en El Sadar. Cuando lo hice teníamos la sensación de que es una olla a presión en la que la gente pone a volar a sus jugadores. Al final espero eso del partido, sé lo que es jugar como local y visitante, y sé que jugar en El Sadar significa jugar partidos de mucho ritmo y muy exigentes.