eL cadáver del presidente venezolano Hugo Chávez será embalsamado para ser expuesto al público como ocurrió con otros líderes políticos, como Lenin, Kim II-Sung o Mao, aunque no será el primero en Latinoamérica, donde también fueron embalsamados los cuerpos de Evita y del General Perón.
En Moscú está el laboratorio encargado de la conservación del cuerpo de Vladimir Lenin, fallecido en 1924, y que desde entonces ha estado expuesto en un mausoleo en la Plaza Roja, hasta el pasado mes de diciembre, cuando el edificio donde se encuentra fue cerrado por reformas. El lugar ha sido durante años uno de los centros de mayor interés turístico de Moscú.
Los rusos tienen el mayor reconocimiento y tradición a la hora de embalsamar a sus muertos mediante una técnica por la que se vacía la sangre, se extraen los órganos y se deja el cadáver en un líquido que permite conservarlo durante mucho tiempo. El Instituto ruso de Plantas Medicinales y Aromáticas guarda la fórmula aplicada a Lenin y otros líderes políticos como Josef Stalin, fallecido en 1953, que fue embalsamado y exhibido junto al de Lenin. Sin embargo, ocho años después, los restos de Stalin fueron trasladados a una tumba junto al Kremlin.
A estos se suman el dirigente comunista búlgaro Gueorgui Dimitrov (1948), el checoslovaco Klement Gottwald (1953), el vietnamita Ho Chi Minh (1969), el angoleño Agostino Neto (1979), o el presidente de Guyana Forbes Burnham (1985).
El presidente de Corea del Norte Kim II-Sung, que murió en 1994, fue embalsamado también por especialistas rusos y sus restos reposan en un mausoleo en el palacio de Kumsusan, junto a los de su hijo y sucesor Kim Jong II (2011), uno de los últimos en sumarse a la lista.
Otro ejemplo es el del líder chino Mao Tse Tung, fallecido en 1976, y que también fue embalsamado y permanece en un mausoleo en la plaza de Tiananmen (Pekín).
También artistas
Desde Nureyev a Laroche
Pero no sólo los políticos han sido embalsamados, también otros personajes ilustres como la princesa Diana de Gales, fallecida en 1997, la actriz Bette Davis (1989), el modisto Guy Laroche (1989), el bailarín Rudolph Nureyev (1993) y el oceanógrafo Jacques Cousteau. El especialista francés Jean Monceau, prestigioso tanatopractor, conocido como técnico de la muerte ha trabajado sobre los cadáveres de todos ellos y de 22.000 personas más.