Washington. "Nuestras últimas tropas abandonaron Irak con la cabeza alta en 2011", declaró Obama. Una década más tarde, "aquí, en casa, nuestras obligaciones continúan con aquellos que prestaron servicio" militar, aseguró. "Tenemos que asegurarnos de que los más de 30.000 estadounidenses heridos en Irak reciban los cuidados y beneficios que se merecen", afirmó. En similares términos se expresó también el nuevo secretario de Defensa, Chuck Hagel, él mismo un veterano de otra de las guerras más complicadas en las que ha luchado el país norteamericano, la de Vietnam.
"Aunque el conflicto haya llegado a su fin, no debemos olvidar nunca los enormes sacrificios que hicieron nuestros valientes hombres y mujeres uniformados", afirmó el jefe del Pentágono en otra declaración.
La invasión de EE.UU. en Irak para luchar contra el régimen del dictador Saddam Hussein comenzó el 20 de marzo de 2003. Con la supuesta amenaza de armas de destrucción masiva y los supuestos contactos de Saddam Hussein con la red terrorista Al Qaeda, como motivo. Posteriormente, una comisión de investigación calificó los motivos aducidos de infundados. Las últimas unidades militares estadounidenses en Irak concluyeron su misión en 2011. Hagel también recordó especialmente a los casi 4.500 soldados estadounidenses que murieron en Irak y a los más de 32.000 heridos.
50 muertos y 172 heridos La violencia irrumpió ayer, la víspera del aniversario, con la muerte de unas cincuenta personas en una cadena de atentados, la mayoría contra zonas chiíes de Bagdad.
Irak amaneció en medio de una ola de atentados y ataques que, según fuentes policiales, causaron 50 muertos y 172 heridos.
En total, diecisiete coches bomba y dos artefactos estallaron en distintos barrios bagdadíes como Kazamiya, Ciudad Sadr, Nuevo Bagdad, Huseiniya, Otaifiya y Zafaraniya. Este último fue el distrito más castigado, ya que en él fallecieron al menos ocho personas y decenas resultaron heridas.
Aparte de las explosiones, se registro el impacto de proyectiles de mortero y un ataque armado en la capital. Fuera de Bagdad, un suicida hizo explotar un coche bomba en una base militar en Iskandariya, a 50 kilómetros al sur de la capital, en una acción que mató a dos soldados y ocasionó heridas a otros nueve.
"PRIMERA FASE DE LA VENGANZA" El Estado Islámico de Irak, la rama iraquí de Al Qaeda, ha reivindicado este miércoles la oleada de atentados perpetrados ayer martes en Bagdad y otros puntos del país, que causaron alrededor de 60 muertos y marcaron el décimo aniversario de la invasión liderada por Estados Unidos.
"Lo que os ha ocurrido el martes es solo una primera gota de lluvia, y la primera fase, Dios lo quiera, de la que va a ser nuestra venganza", ha declarado Al Qaeda de Irak en un comunicado difundido por una págína de Internet 'yihadista'.
Los distritos mayoritariamente chiíes de Bagdad y otras ciudades del país registraron ayer martes varios atentados suicidas y con coche bomba. Los islamistas suníes han acusado al Gobierno de Bagdad, presidido por chiíes, de estar oprimiendo a su comunidad y Al Qaeda y otros grupos armados han empezado a atacar a los chiíes con el propósito de provocar una nueva confrontación religiosa similar a la de 2006-2007, que causó miles de muertos.