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Miles de asistentes al homenaje que Dallas tributó a Kennedy en la plaza del asesinato

se guardó un minuto de silencio a la hora que hace 50 años se produjo el magnicidio El alcalde de la ciudad elogió la figura del expresidente y la fortaleza que su mujer Jaqueline demostró aquel día

Miles de asistentes al homenaje que Dallas tributó a Kennedy en la plaza del asesinatoFoto: efe

dallas. Miles de personas guardaron ayer un minuto de silencio en la plaza Dealey de la ciudad de Dallas, en EEUU, a las 12.30 hora local, justo en el momento y el lugar donde hace 50 años dos disparos acabaron con la vida del presidente estadounidense John F. Kennedy.

El minuto de silencio fue el momento central de un acto de homenaje que la ciudad de Dallas rindió al presidente asesinado, y en el que se proyectaron imágenes, se leyeron discursos y se interpretó música para subrayar el legado político y cívico que dejó Kennedy al país. Justo antes del minuto de silencio, las autoridades, militares y ciudadanos escucharon el repicar de las campanas de todo Dallas en memoria de Keneddy, el primer presidente católico de EEUU, el más joven en ser elegido y en morir.

La ceremonia también incluyó una oración del obispo de la diócesis de Dallas, Kevin J. Farrell, y un discurso del alcalde de la ciudad, Mike Rawlings, quien elogió no sólo el legado y la personalidad del presidente asesinado, sino el "extraordinario coraje" de su mujer, Jacqueline, en aquellas horas trágicas.

El acto pretendió tener un "tono solemne, comedido y digno para conmemorar la vida, el legado y el liderazgo del presidente John F. Kennedy", resumió el alcalde de Dallas. Algunos lo consideran un lugar casi sagrado, un sitio para reflexionar sobre la tragedia. Para otros, es una oportunidad para conocer un nuevo chisme o una nueva información que apoye la teoría de la conspiración en el asesinato.

Pero para muchas de las personas que viven en Dallas, la plaza Dealey ha estado siempre asociada con la angustia y la vergüenza. Líderes de la ciudad señalaron que quieren demostrar que Dallas reconoce su papel en la tragedia y está dispuesta a honrar la vida y el legado de JFK, después de haber sido "la ciudad del odio" y estigmatizada por el resto del mundo como "la ciudad que mató a Kennedy".

Con estos homenajes, Dallas quiere redimirse del estigma de ciudad radical y violenta que arrastró durante años a raíz del magnicidio y Estados Unidos está pendiente de esta "reconciliación" de la ciudad con la figura de Kennedy,

Entre los asistentes había personas de distintas generaciones, algunas que recordaban aquel día y otras que no habían nacido, que pretendían resaltar lo que Kennedy aportó al país. Banderas de los edificios federales y estatales ondeaban a media hasta y en el área de Boston, de donde era originario, tuvieron lugar homenajes en la biblioteca presidencial y el museo dedicado a él. Kennedy murió antes de acabar su primer mandato, a los 46 años, siendo el presidente estadounidense más joven en morir.