ginebra. Tras una larga y costosa negociación, Teherán y el Grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, China y Alemania) alcanzaron la madrugada del domingo un histórico acuerdo sobre el programa nuclear iraní, que en caso de respetarse su aplicación durante los próximos seis meses, sellará con un pacto definitivo una crisis de más de 35 años entre los países más influyentes de Occidente y la república islámica. Teherán se compromete a congelar durante seis meses parte de su programa nuclear a cambio de un alivio parcial de las sanciones económicas.

Las autoridades iraníes, que han presentado este acuerdo como un gran logro en su favor, deberán ahora demostrar su buena fe al resto del mundo y cumplir cada punto con el que se han comprometido, empezando por la neutralización de sus reservas de uranio enriquecido al 20%. Esto se logrará sea a través de su disolución a un nivel por debajo del 5% o de su conversión en una forma que no pueda ser utilizada para un enriquecimiento mayor.

Asimismo Teherán se ha comprometido a no ensamblar ninguna centrifugadora adicional de ningún tipo y a no instalar ni utilizar centrifugadoras de nueva generación para el enriquecimiento. También deberá dejar inoperables la mitad de las centrifugadoras de las plantas nucleares de Natanz, y tres cuartas partes de las que están en la de Fordo, para evitar que puedan ser usadas para enriquecer uranio. La producción de centrifugadoras de Irán quedará limitada a las que se necesiten para reemplazar equipos dañados.

En cuanto a sus actividades de procesamiento, Irán aceptó detener el aumento de sus reservas de uranio enriquecido al 3,5%, de modo que al cabo de los seis meses de vigencia de este acuerdo la cantidad deberá ser igual a la actual.

En cuanto al reactor nuclear de Arak, Teherán accedió a detener sus trabajos de construcción, medida que pasa por parar la producción y pruebas de combustible para el mismo, no transportar combustible o agua pesada al lugar donde se encuentra el reactor y no instalarle ningún componente adicional. Tampoco construirá ninguna instalación que pueda servir para el reprocesamiento, sin lo cual no podrá separar el plutonio del combustible gastado, con lo que el primero no puede ser usado para armamento.

El cumplimiento estricto de todos estos compromisos será garantizado a través de un acceso extendido a los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que podrán entrar a diario a las plantas nucleares de Natanz y Fordo. Durante esas visitas, los inspectores podrán visualizar las imágenes de las cámaras de vigilancia con las que se busca asegurar una supervisión completa y que cualquier incumplimiento sea detectado muy rápidamente. Asimismo, el personal del OIEA tendrá acceso al conjunto de plantas de ensamblaje de centrifugadoras y a los espacios donde se producen sus rotores.

Las autoridades iraníes deberán proporcionar información que hasta ahora no habían puesto a disposición sobre el reactor de Arak, donde las inspecciones se reforzarán.