pamplona - El secretario de Defensa de EEUU, James Mattis, es la cara moderada y diplomática del presidente Donald Trump en sus primeras tres semanas de mandato, en las que se se ha convertido en el emisario diplomático encargado de apaciguar las dudas de europeos y asiáticos.

Tras departir en el Despacho Oval el viernes, el nuevo Gobierno de EEUU mantuvo las líneas básicas de la relación bilateral dentro de los márgenes en los que se movió la anterior: mantenimiento del “paraguas nuclear”, de la postura favorable a Japón en islas en disputas y de los compromisos para desplazar una base militar en Okinawa criticada por los japoneses.

A falta de un secretario de Estado en ejercicio (Rex Tillerson no tomo posesión de su cargo hasta la semana pasada) Mattis fue el encargado de reafirmar a los aliados tradicionales de Washington que Trump no descuidará los pilares básicos de las relaciones de seguridad y defensa con ellos.

Mattis voló la semana pasada a Japón y Corea del Sur para reafirmar los compromisos de defensa de Estados Unidos con ambos socios en el noreste asiático y mantener la firme postura ante el régimen norcoreano, que mantiene su programa nuclear y de misiles pese a la relación internacional.

Trump, que en repetidas veces dijo en campaña que Estados Unidos no tenía por qué aportar a la defensa de ambos socios, había dejado a Seúl y Tokio en un estado de constante agitación que Mattis se encargó de calmar. - Efe