Trump solo contenta al kkk
El presidente vuelve a culpar a los “dos bandos” de los choques racistas y los grandes empresarios le abandonan
Washington - El presidente de EEUU, Donald Trump, regresó a su tesis original y culpó a “los dos bandos” de los choques violentos en Charlottesville (Virginia). “Creo que hay culpa en los dos bandos. No tengo ninguna duda sobre ello”, dijo Trump en una tensa conferencia de prensa, marcada por las críticas a su tibia respuesta a la demostración de fuerza que grupos de la extrema derecha hicieron este fin de semana.
Trump, tras haber atribuido inicialmente responsabilidad a “múltiples partes”, finalmente había condenado este lunes de forma explícita al Ku Klux Klan (KKK), los neonazis y los supremacistas blancos que protagonizaron los incidentes. Sin embargo, ha regresado a su impulso inicial en un agitado intercambio con los periodistas en el hall de la torre Trump de Nueva York, el que fue su hogar hasta que llegó a la Casa Blanca.
“Hubo un grupo de un lado que fue malo y hubo un grupo del otro lado que también fue muy violento”, dijo Trump. “¿Qué pasa con la alt-left (izquierda alternativa) que atacó a lo que usted llama alt-right? ¿Tienen alguna culpa?”, dijo a una periodista. Trump respondió así preguntado por la supuesta responsabilidad de la llamada “nueva derecha”, que le apoya de forma incondicional, en los disturbios del fin de semana.
Trump insistió en que no todos aquellos que acudieron a la convocatoria en Virginia son extremistas y aseguró que entre ellos hay gente “muy buena”. “He condenado a los neonazis, he condenado a muchos grupos. Pero no toda esa gente eran neonazis, créame. No todas esas personas eran supremacistas blancos”, subrayó.
El mandatario recordó que muchos de los participantes en las concentraciones estaban allí para protestar por la retirada de una estatua de Robert E. Lee, un general confederado considerado un símbolo de la defensa de la esclavitud y el racismo, y acusó a la prensa de tratarlos de forma “absolutamente injusta”. Aunque lo dijo directamente, el presidente dio a entender que él también se opone a la eliminación de ese tipo de monumentos.
Una de las consecuencias de sus palabras ha sido el abandono de líderes empresarios de los órganos asesores a los que les invitó. Al menos ocho de los 28 directivos que integran el consejo industrial han dimitido en protesta por la tímida respuesta del presidente estadounidense a los disturbios racistas. Ante esta situación, Trump decidió ayer desmantelar los dos órganos asesores empresariales que había creado al llegar al poder.
auge del supremacismo La retirada de la estatua del general confederado Robert E. Lee. supuso la marcha de centenares de extremistas que marcharon con antorchas y cánticos nazis en Charlottesville (Virginia) el pasado viernes, en la víspera de una protesta convocada por Jason Kessler, nueva figura del nacionalismo blanco. Kessler atizó en redes sociales el miedo con el que atraen a nuevos seguidores: la diversidad creciente del país amenaza la cultura blanca cristiana.
Ku Klux Klan, neonazis, nacionalistas blancos o su marca más joven, derecha alternativa. Los supremacistas se agrupan bajo diferentes nombres, pero convergen en una idea que gana terreno en la era Trump: EEUU les pertenece. Ante las últimas declaraciones del presidente, solo el exlíder del KKK, David Duke, agradeció a Trump su condena “a los terroristas de izquierda”.
Defender los monumentos a la Confederación, al menos 700 en 31 estados, se ha convertido en caballo de batalla común de los grupos supremacistas, que han hecho de estas estatuas y fuentes el epicentro de sus convocatorias. “Creen que estos monumentos son parte de la herencia blanca y sureña y quieren preservarla. Mientras que los que piden retirarlos creen que son un símbolo de la opresión a los afroamericanos”, explica Marilyn Mayo, investigadora del extremismo en la Liga Antidifamación, ONG histórica en la lucha contra el antisemitismo.
La otra razón por la que han hecho suyo el movimiento contra la retirada de la simbología confederada es porque saben que estar en esas protestas les garantiza una cobertura mediática que, de otra manera, no tendrían. “Su objetivo es aparecer en los medios y que potenciales simpatizantes los busquen en la red. Participar en estas protestas les da la oportunidad de ser vistos y reclutar a nuevos miembros”, indica Andrew Selepak, profesor en la Universidad de Florida y experto en el uso de internet por parte del Ku Klux Klan (KKK).
“Estoy convencido de que cuanta más prensa les das, mejor les va. No importa si es buena o mala prensa. Cada vez que Trump habla del tema se abre otro ciclo de noticias, otro día entero de publicidad gratuita”, comenta William Fulton, experto en terrorismo doméstico de ultraderecha.
El número de grupos supremacistas blancos ha crecido en EEUU desde el cambio de siglo, ante las proyecciones demográficas que indican que los blancos dejarán de ser mayoría en el país en 2040, según un informe del Southern Poverty Law Center (SPLC), la ONG que estudia con más detalle el extremismo en la nación.
el efecto obama Ese aumento se aceleró en 2009, cuando el primer presidente negro de EEUU, Barack Obama, llegó a la Casa Blanca y ha vuelto a repuntar en los dos últimos años “en parte por una campaña presidencial que coqueteó con ideas extremistas”, señala el documento. “El repunte está vinculado a la victoria de Trump. Estos grupos creen que comparte sus ideas sobre frenar la inmigración no blanca y detener la globalización. Creen que es el momento de que se oiga su mensaje”, añade Mayo.
Fulton cree que los números no han cambiado tanto como la visibilidad de estos grupos tras medio siglo relegados a la marginalidad. Sus nuevos lemas confirman la voluntad: “Unir a la derecha”, nombre de la protesta de Charlottesville, una demostración del supremacismo blanco cuyas imágenes evocan los momentos más oscuros del racismo en EEUU. - Efe
El presidente alaba a kim jong-un
“Una decisión muy sabia”. Trump se acordó ayer de su enemigo norcoreano Kim Jong-un, a quien alabó por su “sabia decisión” de dar marcha atrás en sus planes de atacar la isla de Guam, en el océano Pacífico, que habría llevado a un “catastrófico” desenlace en la península coreana. “Kim Jong-un ha tomado una sabia y razonable decisión. La alternativa habría sido catastrófica e inaceptable”, escribió el magnate neoyorquino en su Twitter. Trump parece referirse a unas recientes declaraciones publicadas por la prensa norcoreana en las que Kim dice que “observará un poco más” la conducta de la Casa Blanca antes de atacar Guam.
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