Pamplona - Han pasado ya 28 años desde que Naciones Unidas llegase a un acuerdo con el Frente Polisario y Marruecos para organizar un referéndum de autodeterminación para el pueblo del Sáhara Occidental. El tiempo sigue corriendo y el pueblo saharaui continúa reclamando incesantamente que se cumpla lo prometido en 1991. En un clima de hartazgo y desasosiego, el Frente Polisario celebra su XV Congreso en Tifariti, una localidad situada en la zona de la excolonia española que quedó bajo control de la misión de la ONU tras el acuerdo y que los saharauis llaman Sáhara liberado.

El activista y exparlamentario socialista navarro, Carlos Cristóbal, regresó ayer a Pamplona después de tres días de conferencias y debates. Referente e icono en la lucha por la libertad del Sáhara Occidental, ha acudido como invitado por la Delegación Saharaui Española, aunque no era la primera vez que lo hacía. "En el año 1999 tuve el honor de asistir al X Congreso del FP en Tifariti y también estuve en el Congreso extraordinario en el que Brahim Gali fue elegido a la muerte de Mohamed Abdelaziz", subraya.

Sobre Tifariti, apunta que es una localidad muy ligada a la Comunidad Foral: "Desde el año 2000 el Hospital de Navarra, situado en esta ciudad saharaui, cubre las necesidades sanitarias de los habitantes y de los muchos nómadas que viven con sus familias en los alrededores. Casi 20 años después de su creación, sostiene, "el hospital está en pleno funcionamiento y con unas instalaciones muy bien cuidadas".

La situación en los campamentos saharauis, donde la paciencia empieza a desvanecerse 45 años después de su creación, es crítica. El Frente Polisario trabaja a contrarreloj para atajar soluciones. "Vuelvo con la convicción de que comienza una nueva etapa del conflicto saharaui. Ni el Frente Polisario ni el pueblo saharaui van a seguir soportando que el referéndum de descolonización acordado en 1991 entre las partes y con el reconocimiento del Consejo de seguridad siga en el congelador de la política internacional", señala Cristóbal.

En este sentido, valora que los saharauis "no van a aceptar que Marruecos siga poniendo obstáculos e impedimentos a la celebración del referéndum que otorgue al Estado saharaui la soberanía sobre todo su territorio nacional".

En los últimos días, se ha hablado de vías más beligerantes e incluso de un posible regreso a las armas si el pueblo saharaui no recibe respuestas. "Desde el primer momento del Congreso ha estado claro, ya en la intervención de Brahim Gali, que la opción de la vuelta a las armas está sobre la mesa como recurso para superar esta situación, que es insostenible", confiesa Cristóbal, pero agrega que "en cualquier caso, desde el movimiento solidario con el pueblo saharaui, trabajaremos en todos los foros posibles con el objetivo de evitar la guerra".

El activista, responsable del diario digital No te olvides del Sáhara Occidental, destaca la inacción de la comunidad internacional en el conflicto y la escasa presencia del tema en los medios de comunicación. "Es evidente que las presiones de Marruecos, con el apoyo expreso de Francia y España, situadas en este tema en frente de la legalidad internacional, provocan un silencio informativo", detalla y apunta a las nuevas tecnologías como un instrumento de gran utilidad: "Nosotros hablamos de un desierto informativo que hay que romper, en mi caso, desde las barricadas de las redes sociales con blogs, Facebook o Twitter".

Cristóbal, parlamentario foral del Partido Socialista de Navarra durante 20 años y miembro de ejecutiva del partido, abandonó la militancia en 2010 por discrepancias con las relaciones del Gobierno central con Marruecos. No obstante, sentencia que no cabe la posibilidad de regresar a la política porque nunca la ha abandonado: "Soy un activista saharaui y sigo militando en la defensa de la causa justa del pueblo saharaui. Sigo pensando que en esta lucha justa los dirigentes del PSOE y los gobiernos socialistas están al otro lado de la barricada". Por ello, concluye que abandonó la formación "porque no se puede estar en los dos lados de una barricada y hoy lo volvería a hacer con más razones, si se puede".