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Lara ContrerasDirectora de Influencia, Programas y Alianzas de UNICEF España

“Los niños de Gaza necesitarán años para recuperarse del trauma”

Tras haber trabajado varios años en Palestina, Contreras reclama un alto el fuego en Gaza y la entrada de una ayuda humanitaria masiva y sin “muertos sobre la mesa”

“Los niños de Gaza necesitarán años para recuperarse del trauma”UNICEF

Israel ha dado ya luz verde a la ocupación total de la ciudad de Gaza. ¿Esto qué supone?

Estamos hablando de que, hasta ahora, hay más de 60.000 personas muertas, entre ellas más de 18.000 niños. Pensemos que estos niños y niñas ya vienen sufriendo dos años de ataques constantes. Se han movido una, dos, tres, cuatro veces, dejando todas sus cosas detrás y viviendo en un lugar diferente, sin las garantías de agua, de alimentos, de un hospital adecuado que los pueda atender… No me puedo imaginar qué es ya el que ocupen la ciudad de Gaza. Ahora hay 110 menores muertos por desnutrición y 320.000 niños de menos de cinco años tienen riesgo de malnutrición aguda. Esto tiene un impacto sobre su salud física y mental para el resto de su vida. Necesitarán años para recuperarse del trauma.

Un niño que está en Gaza, ¿cómo vive su día a día entre no poder alimentarse, bombardeos, desplazamientos…?

Una cosa increíble de los niños, sobre todo viviendo en crisis humanitarias, es que tienen una capacidad de resiliencia enorme y buscan la forma de jugar, de sonreír, de normalizar la situación. Pero un día en la vida de un niño en Gaza es dormir en el terror, en una tienda de campaña o un lugar de paso, no tener nada que hacer durante el día… Su vida es como un infierno. Además, están esperando que les llegue una ayuda que llega con cuentagotas y, cuando lo hace, es con muertos sobre la mesa, como la que está repartiendo la Fundación Humanitaria de Gaza. La gente que va a recibir esa ayuda sufre disparos. Las organizaciones no estamos llegando de la forma que deberíamos llegar, aunque seguimos trabajando allí.

“Estamos hablando de una media de 27 niños, el equivalente a un aula escolar, muertos cada día”

¿Qué piensa acerca de la polémica sobre la Fundación Humanitaria de Gaza?

El derecho internacional dice que la ayuda humanitaria es independiente, imparcial y neutral. Por tanto, debe ser realizada por organizaciones que cumplen con estos principios y que, además, tienen que proteger a la población, garantizar sus necesidades y llegar a ella. Nosotros llegamos a las personas, no son ellas las que tienen que venir. La ayuda humanitaria debe ser distribuida por quien tiene experiencia. Por ello se debe desbloquear su entrada para que las organizaciones seamos las que hagamos el trabajo que sabemos hacer de acuerdo al derecho internacional humanitario.

También ha habido controversia por los envíos de ayuda humanitaria por vía aérea, que han causado varios muertos.

Lo importante en la situación de Gaza es que se abran los pasos fronterizos por tierra para la entrada masiva de ayuda humanitaria y de flujos comerciales. La Franja necesita una ayuda humanitaria inmediata, pero también la vuelta a la vida. No se pueden buscar soluciones momentáneas. Aunque lo aéreo está haciendo que llegue más ayuda, lo que no se puede es provocar un conflicto entre las personas que la reciben.

¿Cómo afecta el conflicto a los padres y madres de los menores?

Viven una situación de ansiedad porque no pueden dar a sus hijos lo que necesitan; es muy duro para ellos ver que sus hijos no tienen ningún futuro o que no comen, y eso también impacta a los niños. Superar esto requerirá mucho tiempo y requiere atención inmediata.

“Los adolescentes estaban a punto de pensar qué futuro querían y ahora mismo no tienen ninguno”

¿Y los niños que se separan de sus familias o que, directamente, las pierden?

Ahora mismo, nosotros hablamos de más de 40.000 menores que han perdido a uno o a ambos progenitores. De hecho, casi 2.300 han perdido a ambos. Esto significa quedarse en una situación de desprotección importante y, sobre todo, que pierden a su vínculo principal. Para niños de cualquier edad, pero sobre todo para los más pequeños, perder a su padre o madre o a ambos tiene un impacto enorme en su sensación de seguridad y protección.

En los casos de menores que se quedan solos, ¿puede haber riesgo de desapariciones forzosas?

Sí, en este tipo de situaciones se incrementa muchísimo todo tipo de desprotección de la infancia. Por ejemplo, el tema de los matrimonios infantiles es importante porque se busca, de alguna manera, una salida económica a la situación de muchas niñas. Pero, evidentemente, se pueden producir todo tipo de violaciones de estos menores. Las organizaciones estamos trabajando para garantizar que esos niños no queden desamparados, para llevarlos a núcleos familiares que los puedan proteger o a lugares donde estén protegidos.

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Hemos visto que muchas escuelas se han convertido en refugios y, al mismo tiempo, en objetivo de ataques israelíes. ¿En qué punto queda la educación de los niños?

Son dos años perdidos, lo que es muchísimo tiempo en cualquier edad. Estamos hablando de adolescentes que estaban a punto de pensar qué futuro querían y que ahora mismo no tienen ninguno. Y de niños y niñas pequeños que iban al colegio y podían desarrollarse intelectualmente, pero que también era su lugar de jugar, de compartir con otros, de desarrollarse socialmente. Todo esto está absolutamente roto. Muchos niños están absolutamente traumatizados. Es imposible que puedan estar centrados ahora mismo en qué va a ser su futuro, en aprender, en desarrollarse…

Están en una etapa en la que forjan su identidad y el conflicto está robándosela. ¿Podríamos hablar de generaciones perdidas?

Quiero pensar que esto se puede revertir porque, si podemos entrar en la Franja de Gaza y se llega un alto al fuego permanente, podemos generar la capacidad de resiliencia en estos niños, podemos recuperarlos. El trauma no supone un problema de salud mental si es tratado bien y a tiempo. Claro que estamos hablando de una media de 27 niños, el equivalente a un aula escolar, muertos cada día. No queremos decir que hay generaciones perdidas, pero hay una generación que necesitará mucho tiempo para volver a la normalidad y recuperarse.