fRENTE a la tendencia de criar vino en barricas de roble francés o americano, o en muchos casos ya, rumano y húngaro, la empresa alavesa Tonelería Quercus ha comenzado a comercializar las primeras barricas con roble del Estado español, entre ellas de Sakana.

Se trata de árboles de la variedad Quercus albar procedentes de diferentes localidades como Etxarri Aranatz, Alsasua, Dorrao, Arbizu e Irurtzun, con los que en un principio se fabricarán 700 barricas. "Hemos comparado crianzas en barricas de roble español Quercus albar y Quercus pyrenaica, y de robles americanos y franceses, evidenciando que el roble español es perfectamente válido para el envejecimiento de vinos de calidad", afirma Enrique Echepare, presidente de Tonelería Quercus. Al respecto, destaca que "organolépticamente, la especie Quercus albar está muy próxima al roble francés, con una sensación gustativa compleja y realzando la intensidad aromática con el tostado de la barrica. El Quercus pyrenaica se asemeja más al roble americano, con una interacción vino-madera más alta. En ambos casos los vinos criados en estas maderas adquieren una personalidad propia".

BARRICAS DE ORIGEN La utilización de roble de Sakana en tonelería forma parte de un proyecto más amplio cuyo principal objetivo es dar un valor añadido a los bosques y vinos de la tierra, según explican desde Quercus. A los primeros porque pueden tener un uso noble que asegure su mantenimiento y sostenibilidad en el tiempo, y a los vinos porque durante su crianza en barricas elaboradas con una estricta selección de robles de Navarra, Álava, Cantabria, La Rioja, Castilla y León se les dota de una denominación y personalidad propia.

Y es que no se puede olvidar que en el Estado hay grandes zonas vinícolas y cerca de 60 denominaciones de origen que, prácticamente en su totalidad, utilizan para la crianza barricas de roble de importación. Así, el reto era importante, utilizar madera del país para envejecer caldos de calidad dándoles una impronta propia. Pero esta empresa de Lapuebla de Labarca no estaba sola en este empeño. Desde hace ya cerca de 15 años, el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) estudia las propiedades del roble ibérico en la crianza y envejecimiento de vino y recientes resultados con vinos de denominaciones de origen diferentes, Bierzo, Toro, Ribera del Duero, Navarra y Rioja, han constatado la potencialidad enológica del roble ibérico frente a maderas tradicionalmente usadas en tonelería como las americanas o francesas.

Ahora el objetivo de esta empresa, con gran implantación en los mercados nacionales e internacionales, es que las bodegas se unan a este proyecto de innovación, sostenibilidad y responsabilidad medio-ambiental que además, aporta una personalidad propia a los vinos. Y es que las barricas, con el tiempo, han tomado un total protagonismo en la crianza de los caldos.