¿Computador o computadora?
En alguna, y más ocasiones, hemos platicado (como dicen allí) de cosas de los baztandarras que residen en México, que son legión y muy buena gente. A mi siempre recordado Juancho Viguria también le hemos traído, no en vano era una de las personas con las que más continúa (casi diaria) relación hemos mantenido vía Internet, gracias a lo que aquí en general llamamos ordenador (necesito un ordenador para que me ordene mi ordenador) y ellos le dicen computadora. En una ocasión me envió un chiste-reflexión que no me resisto a reproducir, advirtiendo que, de tener alguna autoría, la desconozco en previsión de que digan que lo he copiado y me monten un basilisco, como me ha ocurrido.
Va: Un maestro de francés explicaba a su clase en la universidad que en el francés, a diferencia del inglés, los sustantivos tienen género y se designan como masculino o femenino. La casa es femenino (la maison) y el lápiz (le crayon) es masculino. Un estudiante preguntó: ¿Es computadora o computador? En lugar de dar una respuesta, el maestro dividió la clase en dos grupos, varones por un lado y mujeres por el otro, y les pidió que decidieran si la computadora debe ser masculino o su nombre es femenino. Le pidió a cada grupo que fudamentarán su decisión.
El grupo de los hombres decidió que computadora debe ser definitivamente del género femenino (la computadora) porque: Casi nadie entiende su lógica interna, el idioma nativo en que ellas se comunican entre sí es incomprensible para todos los demás, incluso los errores más pequeños se guardan en memoria de largo plazo para su posible revisión mucho tiempo después, y en cuanto usted tenga una se encontrará gastando al menos la mitad de su sueldo en accesorios para ella.
El grupo de las mujeres, sin embargo, concluyó que las computadoras deben ser masculinas (el computador) porque: Para hacer algo con ellos, usted tiene que encenderlos, ellos almacenan muchos datos pero todavía no pueden pensar por sí mismos, se supone que ellos ayudan a resolver los problemas, pero la mayor parte del tiempo, ellos son el problema, y apenas usted tenga uno, comprenderá enseguida que, si hubiera esperado un poco más, podría haber conseguido un modelo mejor.
El maestro decidió que las mujeres tenían la razón. De calle.