Las entradas a la ciudad ya no son lo que eran antaño, cuando la Pamplona amurallada era accesible hasta los primeros años del siglo XX a través de seis puertas o portales medievales, que permitían el paso de los carruajes o de vecinos con las hortalizas cargadas desde las huertas de la Magdalena, de las lavanderas que subían desde el Arga, de los trabajadores del Fuerte de San Cristóbal, de los toros que entraban al encierro por el portalón de la Rochapea, o del viejo tren Irati, uno de cuyos ramales circulaba por debajo del hoy llamado portal Nuevo, el que sobrevuela la avenida de Guipúzcoa. La última novedad ha llegado de la mano de la nueva pasarela sobre el Labrit, cuya ubicación viene a coincidir de forma aproximada con la vieja puerta de Tejería (se encontraba entre las actuales Estafeta y San Agustín hasta 1915).
Hasta el siglo XX, los portalones de las 6 entradas de la muralla -estaba también la puerta del Socorro en la Ciudadela- se cerraban de noche a cal y canto, y se abrían muy de mañana para la entrada de las mercancías. Las puertas eran vigiladas por las casetas de Arbitrios del Ayuntamiento y la figura de los portaleros, que controlaba todo lo comestible que accedía a la ciudad.
Las puertas han cambiado y hoy, aunque alguna mantiene su función de entrada al Casco Histórico (el portal de Francia es el único que se mantiene intacto), hay otras, como la de la Taconera o la de San Nicolás, que el Ayuntamiento ha querido conservar como elementos históricos de la ciudad que fue. Las de la Rochapea y Tejería simplemente fueron demolidas para facilitar el crecimiento de la capital hacia el sur; y la del portal Nuevo, interpretada en 1950 por el arquitecto Víctor Eusa, ha conseguido integrarse en la muralla años después. Hay que señalar que en 1915, la demolición del lienzo sur de la muralla (llamado De la Reina, y que discurría entre la citada puerta de Tejería, y la de San Nicolás, que venía a ubicarse donde hoy está el cine Carlos III, y demolido en 1907) para levantar el II Ensanche, fue decisiva en la configuración de la Pamplona actual.
Según los archivos municipales, un momento histórico fue en 1905, cuando una Real Orden autorizó la reforma y demolición parcial de algunos portales del recinto amurallado, con el fin de dar mayor amplitud a los accesos a la ciudad, que resultaban angostos para nuevos carruajes y vehículos automóviles. Entonces se reformó el portal de la Taconera, desmontando la antigua fachada barroca y un año después, el de San Nicolás, trasladado más tarde a los jardines de la Taconera. El portal Nuevo fue reducido a una pasarela de hierro y no se reedificaría en su forma actual hasta 1950. En 1914 se ensanchó el de la Rochapea y, para curiosos, hasta 1915 se cerraba cada noche el puente levadizo del portal de Francia, uno de los más emblemáticos de la ciudad.
En los últimos años, han sido varias las reformas que se han acometido en las puertas de Pamplona. En 2002 se reconstruyó el portal de la Taconera, junto a Antoniutti; en 2009 se intervino en la restauración y limpieza del portal Nuevo sobre la avenida de Guipúzcoa, y en la actualidad se está rehabilitando el portal de San Nicolás, en el Bosquecillo. La intervención más rotunda ha sido la nueva pasarela sobre el Labrit.