Un hotel de lujo en Navarra para las cigüeñas
La antigua 'Raperie' de Cortes acoge 58 parejas de esta especie, lo que la convierte en el edificio con más nidos de la comunidad
ES el lugar ideal. No hay humanos, ni actividad cercana ni predadores que puedan poner en peligro sus crías. Por eso la antigua Raperie (azucarera) de Cortes ostenta el título de ser el edificio que cuenta con más nidos de cigüeñas de toda la Comunidad Foral. Levantado con el clásico ladrillo de principios del siglo XX, el edificio se yergue aún majestuoso junto a una de sus chimeneas junto a la carretera entre Buñuel y Cortes. Abandonado en mitad del campo, sólo un elegante puente sobre el Canal Imperial de Aragón da cuenta de lo que supuso la actividad azucarera en Cortes durante algunas décadas.
En una localidad de menos de 3.000 habitantes, en 1920 llegaron a implantarse dos azucareras en pleno frenesí industrial de la Ribera (había otra en Marcilla y una más, la más grande, en Tudela). Hoy en día, 58 nidos de cigüeña son el único testimonio de lo que fue y desde 2006, ni el castillo de Marcilla, ni la iglesia de San Adrián (líderes en los antiguos censos) le hacen sombra como hotel de lujo para esta especie.
Aunque a primera vista pueda parecer que los nidos están tan abandonados como la fábrica que los sustenta, nada más lejos de la realidad, puesto que en sólo seis años la vieja Raperie ha pasado de 27 nidos en 2005 a 58 en 2011. Desde 2007, su número se ha estabilizado en una cifra superior al medio centenar, aunque sigue creciendo, mientras que en el resto de la Ribera en 2011 descendió por primera vez en 25 años.
De hecho, el amplio censo de nidos de este edificio convierte a la localidad de Cortes en la cuarta en cuanto a número de parejas, sólo por detrás de Valtierra (83), Corella (80) y Tudela (60) que, por el contrario, cuenta con muchos más iglesias y edificios antiguos donde acoger cigüeñas.
la historia
Vida efímera
La historia de este esqueleto de ladrillo tomado por los nidos y las enredaderas es sumamente breve. Construido en el año 1917 sobre una superficie de 24.800 metros cuadrados, tan sólo cinco años después (1922) dejó de producir y cerró sus puertas.
La labor de la Raperie de Cortes (denominación de origen francés) era obtener azúcar en líquido de la remolacha para, posteriormente, trasladarlo a través de una tubería a la fábrica de la localidad aragonesa de Alagón (distante a unos 30 kilómetros), donde se fabricarían jugos y jarabes.
La dificultad de la rentabilidad de esta fábrica, además de las complicaciones del pago de impuestos entre Navarra y Aragón, residía en la enorme distancia que tenía que recorrer el azúcar líquido hasta Alagón dado que por el camino se iba enfriando y cristalizando.
La fábrica contaba con 14 difusores que tenían una capacidad de 44.800 litros, molturaba alrededor de 15.000 toneladas de remolacha y durante las campañas llegaba a dar trabajo a 150 obreros. En 1922 dejó de funcionar y la otra, la Azucarera de Cortes, sólo le sobreviviría 11 años más.