600 navarros ausentes se dejan sentir en Andosilla
El municipio acogió ayer la 27ª edición de esta fiestaAcudieron las doce casas regionales y hubo música, dantzas, misa y comida
Andosilla - Unas 600 personas se reunieron ayer en Andosilla para festejar la 27ª edición del Día del Navarro Ausente, una cita que cada año se celebra en un municipio de la Comunidad Foral y que busca potenciar la tierra y reunir a aquellas personas que por un motivo u otro tuvieron que irse a vivir lejos.
De hecho, muchos de los ciudadanos que ayer festejaron esta jornada reconocían, con algo de melancolía, que esta festividad les devolvía por unas horas a sus casas.
Los actos comenzaron a las 11.00 horas en la plaza consistorial con el recibimiento a los navarros ausentes por parte de los auroros de la localidad ribera que, con un gran repertorio, amenizaron a todos los allí presentes.
A las 12.00 hora desde el balcón del ayuntamiento, el alcalde de Andosilla, José Manuel Terés, dio la bienvenida a todas las personas. Acto seguido, Salvador Torres, presidente de la Federación Nacional de Hogares Navarros, hizo lo propio y prendió la mecha del cohete.
El sonido de las gaitas inundó la plaza ribera y desató la emoción entre los asistentes, que no dudaron en comenzar a bailar. Las comparsas de gigantes de Andosilla, Lodosa y Marcilla amenizaron la jornada y bailaron diferentes valses para el disfrute de los asistentes.
de norte a sur Hasta Andosilla se acercaron los presidentes y decenas de miembros de los doce Casas Regionales: Sevilla, Valencia, Barcelona, Zaragoza, Mondragon, Logroño, Barakaldo, Bilbao, Valladolid, Burgos, Vitoria y Santander. También participaron en el evento de ayer el presidente del Parlamento Foral, Alberto Catalán, el consejero de Cultura, Turismo y Relaciones Institucionales, Juan Luis Sánchez de Muniáin, así como alcaldes y representantes políticos de municipios como Lodosa, Sartaguda, San Adrián y Mendavia.
Para Torres, “este es un día muy especial porque nos unimos todos, intercambiamos experiencias y vivencias. Es una gran satisfacción volver a esta tierra de gran diversidad”.
Tras los bailables, los asistentes se dirigieron a la iglesia donde tuvo lugar una eucaristía en la que participaron el coro parroquial y la escuela de jotas local.
Después, y para culminar la intensa mañana, los navarros ausentes disfrutaron de una multitudinaria comida en el polideportivo municipal en la que también hubo música en la sobremesa.
Los miembros de la junta hoy mismo comenzarán a organizar la 28ª edición de esta gran festividad.