iciz - Los catorce pueblos del valle de Salazar, quince con Ripalda, quedaron ayer unidos por el azar al mezclar sus llaves en la alforja, como se hacía en el pasado en el Urruxkide Eguna, día en el que celebraban su encuentro con una comida después de emparejarse por casas.

Ayer como entonces, chocaron sus llaves pueblo con pueblo en la parte más histórica de una fiesta que fue también reivindicativa con el canto común y esperanzador de que la vida no se apague en el Pirineo.

“Hoy en todo el valle ha amanecido a la vez y las dianas nos han convidado a esta jornada”, exclamó Xabier Díaz Esarte, de la organización. De ello se encargó en parte la rondalla del valle, Virgen de las Nieves, que cantó la aurora en Esparza, con los ochagaviarras Clara Goyeneche y Jesús Eseverri al frente. Y como los actos se repartían este año entre Iciz, Gallués y Uscarrés, lo primero fue reconocer a los mayores en la persona de Gabriel Eder, en un sencillo y emotivo acto en Gallués, donde Patxi de Carlos, de Sarriés, les bailó la bandera por mantener la casa abierta y habitarla con calor o con frío.

La cita central era en Iciz. Y en verdad era día de fiesta. Se reflejaba desde la pequeña iglesia de San Cosme y San Damián, de extraordinaria portada románica restaurada y protegida donde ocuparon los primeros bancos vestidas de salacencas: Sara Ayechu, María Sarriés, Pili Montero, Teo Arresa, y de salacenco, Francisco Javier Romero. “Los trajes son para las ocasiones y esta bien lo merece”, expresaban, después de escuchar la misa amenizada por la rondalla que suma a unos veinte miembros de diferentes pueblos del valle. “Somos tan pocos que tenemos que unirnos. Nos juntamos en la Casa del Valle en Ezcároz para ensayar y cantamos en diferentes fiestas de nuestros pueblos”, explicó su director, Eseverri.

A la salida de la iglesia se integraron en la plaza llena para seguir el acto central que se inició con la entrada de la comitiva precedida por el escudo del valle con su leyenda, Askenetan Konta, portado por dos salacencas y seguido del grupo mediano de los danzantes de Ochagavia, gaiteros, fanfarre del valle y parejas de salacencos, que recorrieron la pequeña localidad.

De vuelta a la plaza, que se quedó pequeña, les recibieron cálidos aplausos repetidos a lo largo del acto que cambió de formato el año pasado, cuando se transformó el esquema de la fiesta. “Estaba perdiendo el sentido, y con los pocos habitantes que somos, pensamos en formar una comisión para hacer que los pueblos más pequeños, como Iciz, Uscarrés o Gallués, también la tuvieran”. De este modo lo explicaba el presidente de la Junta del Valle, Gustavo Goiena.

Y con música y danzas se dio paso a la fiesta y a la reivindicación. “Para vivir en el Pirineo no nos sirven medidas globales, si no que necesitamos una discriminación positiva, porque nuestra realidad es diferente. Tenemos que actualizar las ordenanzas, obsoletas, que no se corresponden con la realidad, unirnos y abrirnos, con una política verdadera de desarrollo rural del Gobierno, que hasta ahora nos ha tenido olvidados”, sentenció el presidente.

El futuro pasa por los recursos y el emprendimiento con respaldo, por eso este año se ha reconocido símbolicamente a los que trabajan en el polígono. En su nombre el Aiert Otsoa, 2015 lo recibió Daniel Narvaiz, de manos del presidente Goiena, y de Pablo Elizalde, presidente del concejo de Iciz. Otros nombres propios de la mañana fueron Maite Barberena, que lanzó el Irrintzi al comienzo. Las jotas de Tomás Barace y Pedro Hualde, que hablaron de hermanamiento entre los valles, y el de Enrique Narvaiz, que con su Banderadantza cautivó a los presentes.

En el ambiente se notaba que la fiesta de los salacencos ha cogido impulso. Este año completa además, con una mesa de trabajo y de la presentación del documental libro y disco Aiertekin dostatzen/La infancia en el Valle de Salazar, para no olvidar de dónde vienen.

De extremo a extremo. El valle, formado por 14 pueblos y el núcleo de Ripalda, quedó emparejado para la comida.

Nacimientos. En año pasado, sólo un niño nació ; en lo que va del 2015, han nacido tres. De los tres pueblos entre los que se repartió ayer la fiesta: Iciz, Gallués y Uscarrés, éste es el que mayor número tiene de vecinos de continuo, 22. Peligra la supervivencia de servicios como el de 0 a 3 años, y existen problemas de distintas coberturas

gustavo goiena “urgen las medidas de reactivación”

El presidente de la Junta del Valle, Gustavo Goiena, apela a una auténtica política de desarrollo rural, que no se quede en el discurso y que afronte las necesidades reales de la población; ordenanzas del siglo XXI, más funcionales y actualizadas y mayor apertura.

once pueblos, once llaves. En euskera salacenco, Urruxkide significa comensal y así se le llamaba a la fiesta en la que los vecinos y vecinas se juntaban para comer. Emparejaban a las familias por medio de las llaves de cada casa, que eran depositadas en un montón por las etxekoandres, y que luego se sacaban de dos en dos. De ahí el nombre para este día con el que los salacencos quieren decir: “Que somos y que estamos”. Foto: M. Zozaya