La natalidad de Sarriguren, con hasta 500 niños/año, inició su caída en 2016
Hasta junio se censaron 120 menores frente a los 337 de 2016Ya se han construido las 5.400 viviendas y, a cambio, el barrio va dejando de ser ciudad dormitorio
PAMPLONA - No cabe duda de que EcoSarriguren ha sido una ciudad absolutamente experimental más allá de la vertiente utópica que supuso la llegada de viviendas bioclimáticas y la concentración de vivienda protegida. 4.557 niños y niñas han nacido en menos de 14 años. Sus padres llegaron mayoritariamente de otros barrios de Pamplona y de municipios de la Comarca de Pamplona coincidiendo con una demanda residencial que tuvo mayor presión en la primera fase (¿se acuerdan de las colas para obtener una VPO antes de la crisis?). Los primeros residentes no superaban, en la mayoría de los casos, los 40 años de edad. Los de la primera fase ahora tienen entre 40 y 50 y fueron el baby boom demográfico (la generación nacida en los 60-70) que llegó a aportar en muchos casos hasta dos niños por pareja. Los de la segunda, a partir de la Avenida Unión Europea, son más jóvenes, entre los 30 y 40.
En total, se han construido 5.400 viviendas, la mayoría en propiedad, y del proyecto que promovió el Gobierno de Navarra en 1998 sobre terrenos de su propiedad apenas quedan unas pocas viviendas unifamiliares y las parcelas del banco foral de suelo con capacidad para construir otras 200 viviendas, reconoce el alcalde del Valle de Egüés Alfonso Etxeberría. Las dos fases están completas y su desarrollo ha ido paralelo al crecimiento exponencial de la natalidad al menos hasta el año 2012. A partir del 2013 el número de niños ha ido en descenso paulatino hasta el 2016 si bien la mayor caída se prevé este año teniendo en cuenta que hasta el 30 de junio se contabilizaban 120 nacimientos frente a los 337 del ejercicio anterior con una población de 14.241 habitantes.
En 2003 había 133 nacimientos y el número fue creciendo hasta los 499 censados en 2012. En 2013 fueron 427, al año siguiente subieron hasta 440 y en 2015, 339. En 2012 con sus casi 500 nacimientos se situaban en una natalidad bruta de 33 nacimientos por mil habitantes en el 2011 (Navarra estaba en los 12 nacimientos por cada mil habitantes) y unos índices sintéticos de fecundidad aproximadamente de 2,35 hijos por mujer siendo un referente a nivel de Europa. Para Joseba Orduña (Geroa Bai), concejal de Bienestar Social e Infancia, el mayor reto de Sarriguren va a ser precisamente afrontar a toda esta población que ya tiene 10-12 años y que entran en la etapa adolescente. “Trabajar en materia de prevención, ofrecer alternativas de ocio y formativas, y precisamente este año vamos a trabajar en un diagnóstico de juventud para diseñar un plan estratégico”, explica. En materia educativa conforman la oferta de dos colegios públicos (más Maristas donde el 60% del alumnado es del valle), dos guarderías y una tercera en proyecto (donde el centro Las Hayas). El colegio se quedó pequeño desde el principio y tuvo que ser ampliado en 2015 sin llegar a resolver los problemas de espacio.
Queda por hacer el nuevo instituto cuyas obras se iniciarán en breve para su apertura en septiembre de 2018 (el Gobierno ya ha licitado el proyecto). Su ubicación, en la zona sin asfaltar de calderetes y la pista polideportiva descubierta contigua, ambas en paralelo a la calle Elizmendi, ha sido controvertida para sus vecinos.
“Tenemos servicios, el Centro de Atención Familiar con programas diferentes como el de respiro o el de apoyo escolar, el Txikipark de la Ciudad Deportiva, las escuelas deportivas, la ludoteca de Olaz...”, . En el otro lado de la balanza, “la biblioteca no cubre las expectativas y pelearemos por hacer otra nueva, la Casa de Cultura está pendiente de construir junto a la sede consistorial y también tenemos ilusión en las nuevas dotaciones sociales y culturales en el pueblo viejo”, expone. Por otro lado, se ha proyectado un nuevo polideportivo con un proyecto Passivhaus en el polígono de Salesianos, frente al colegio público, que esperan esté listo para la primavera del 2019.
El tráfico y los atascos en la entrada principal a la urbanización es uno de los problemas que más preocupa a los vecinos. “Queda por hacer el doble puente de Olaz que será en breve, ahora sólo es posible girar hacia Huarte desde el polígono Salesianos”, explica Orduña. Precisamente, el polémico nuevo centro de FP abrirá sus puertas para el curso 2020/2021 en un polígono que va ampliando su oferta comercial. “Las problemáticas sociales no son muy diferentes a otros municipios, hay que tener en cuenta por otro lado que el nivel adquisitivo de la gente que ha venido a vivir es medio no bajo porque mucha gente está pagando una hipoteca”, admite.
construir barrio La convivencia por otro lado va mejorando, se va construyendo barrio poco a poco. “Empezamos a dejar de ser una ciudad dormitorio, se ha abierto una sociedad Sarritxoko, hay un grupo Kultur, tenemos gigantes, música en la calle porque hay un embrión de fanfarre y de banda... tenemos un montón de equipos deportivos... hay que tener en cuenta que las primeras generaciones ya empiezan a salir por el barrio. Los que no tienen hijos siguen yendo los fines de semana a su localidad de origen”, recalca. Son los retos de un municipio que supera ya los 20.000 habitantes y que se queja de que las aportaciones del fondo de las haciendas locales, es decir, el reparto de la tarta del Gobierno no ha sido proporcional al crecimiento de población lo que no ha permitido ajustar “una infraplantilla que ahora tenemos y que ronda los 130 trabajadores lo que nos obliga a externalizar muchos servicios como el de jardines”, precisa Orduña. Al Ejecutivo también le piden financiación para la nueva escuela infantil y la Casa de Cultura.
Sarriguren cuenta con un parque central de 86.000 metros cuadrados, espacios peatonales y corredores ecológicos. El 46,8% del sistema viario es peatonal y hay 6,5 kilómetros de recorridos para bicicleta, a los que se sumará un nuevo corredor para dos ruedas , y 9 kilómetros de paseos peatonales en zonas verdes. Su mantenimiento es elevado pero “no queremos renunciar a tener espacios peatonales, por eso renunciamos a construir los cubos de la innovación”. Zonas verdes que se amplían en el resto del valle ya que Sarriguren está rodeado de verde entre campas de Egüés y Aranguren. “Es un lujo, padres e hijos hacen vida en Sarriguren porque a apenas tres minutos de cada vivienda hay monte y campo, a la vez que están cerca de la gran ciudad”.
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