pamplona - Se conocieron en la sobremesa de una cena de Aibar, que no del estado de Jalisco, y hombro a hombro, como suelen alargarse las sobremesas festivas, acabaron entonando las mismas melodías. “Desde siempre nos hemos entendido musicalmente”, reconoce Jorge García, uno de aquellos cinco comensales que cantaban rancheras en un bar de pueblo, y que hoy, cuatro años después, se han convertido en uno de los grupos estrella en las fiestas de Navarra y en las de las vecinas Gipuzkoa y Álava. Porque “en una de aquellas cenas, Iosu (se refiere a Iosu Burguete, uno de los trompetas del grupo) tuvo la feliz idea de soltar aquello de ‘¿por qué no montamos un grupo?’ Y en eso hemos estado desde entonces”, explica Jorge. Aquel feliz idilio dura ya cuatro años, y en este tiempo han parido cinco discos. Y, mientras, la cena se sigue celebrando, con Jorge García (voz y guitarra), David García (voz y bajo), Eneko Irigoien y Iosu Burguete (trompetas) y Txuma Gallués (voz y acordeón).

Puro Relajo lo tiene todo para triunfar. Primero, porque recupera las rancheras de toda la vida, las tan agradecidas letras del Sigo siendo el rey o Juan el charrasqueado, entre otras muchísimas cantinelas que ellos (sobre todo los gemelos Jorge y David García, los veteranos de la banda) mamaron de pequeños en las casetes de grupos históricos de los años 70 como el Dúo Gala, y las acerca a las nuevas generaciones: “De hecho, los chavales de la edad de mis hijos lo dan todo en los conciertos”, reconoce Jorge. Pero también porque los Puro Relajo se han arrancado, como quien dice, las grecas plateadas del pantalón y han recortado el ala ancha del sombrero de charro, y dando una vuelta de tuerca al tradicional mariachi, se ha atrevido a versionar y a meter trompetas a temas euskaldunes de toda la vida como el Xalbadorren Heriotzean o el Txoria txori. Incluso hasta le han quitado la percusión al mítico Aitormena de Hertzainak “y el tema camina solo”, añade Jorge García.

En ese eclecticismo se mueve Puro Relajo. Para ellos sería fácil tirar solo de rancheras, porque el estilo siempre es muy agradecido y triunfa en los escenarios, pero prefieren aportar algo nuevo. El euskera protagonizó su cuarto disco, pero además siempre echan mano en su memoria musical para recuperar temas históricos y que el público actual los conozca. Ahí está el Échame a mí la culpa, de Albert Hammond, o el exitoso Ojos de Gata, de Los Secretos, que los Puro Relajo también han subido a los escenarios de las fiestas populares. Y hasta han vuelto casi ranchera La Polonesa que los gigantes de Pamplona bailan cada día en sus despedidas.

“Nos encanta experimentar, sacar arreglos propios, también de canciones sudamericanas, aunque del mundo de las mexicanas no nos hemos ido”, señala. Por lo general, abordan las versiones, aunque tienen más de un tema propio, como ese Tres o cuatro balazos, incluido en el disco Esta es pa’ mí, viejo y cuyo vídeo, como todos ellos creado por Rodamos Filmmakers (a la postre, otro hermano de los García) puede verse en YouTube, o el Brindo con agua del tercer disco.

apoyo del público “En aquel primer concierto de Aibar en el que casi nos lleva el cierzo (por noviembre de 2013) no sabíamos qué iba a ser esto. Pero el público está respondiendo de manera exagerada y esto algunas veces nos sobrepasa. Eso es lo que nos vamos a llevar del grupo”, reconoce Jorge García. El pasado mes de julio, Puro Relajo sacaba su quinto disco, Yo no me caso, compadre, este de rancheras y rememorando aquel tema de los años 40, y están a punto de cerrar un año en el que han protagonizado más de 80 conciertos. Para curiosos, en febrero de 2018, ETB-1 emitirá el que protagonizaron en junio en Eibar, y sus discos se pueden adquirir en librerías como Elkar o la FNAC de la Morea. Su web, www.purorelajo.com.

“Lo más interesante es que la mayoría de la gente todavía no te conoce”, explica Jorge García, quien desvela de dónde viene el nombre del grupo: “Puro relajo es una expresión mexicana, algo así como rato de fiesta. La escuchamos en la canción Insumisión de Los Huajolotes y nos gustó”. Y ahí están, amenizando ratos de puro relajo.