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El útimo pico de la crecida anegó Cabanillas, Ribaforada y Buñuel

Se estima que la crecida afectó a más de 3.000 hectáreas; el agua, además, quedó a escasos metros de varias viviendas buñueleras

El útimo pico de la crecida anegó Cabanillas, Ribaforada y BuñuelFoto: Gobierno de navarra

tudela. Cabanillas, Ribaforada y Buñuel pasaron una de las noches más tensas y largas de su historia con la sostenida y lenta avanzada de la avenida del Ebro tras su repunte en Tudela, donde el mayor pico de caudal terminó dándose a las 2.45 de la madrugada del viernes al sábado. El pausado pique y contrapique del aforo mantuvo en vilo a las poblaciones que esperaban la riada desde la tarde del viernes y se vieron inmersas en una eterna noche en la que, una vez anegadas más de 300 hectáreas de cultivo en Cabanillas, el agua terminó por vencer la resistencia de la mota de Ribaforada. Por ese municipio, donde el Ebro ya llevaba todo el día entrando por rebose del dique, el Ebro acabó campando a sus anchas desde las 22.00 horas, momento en el que el dique no pudo dar más de sí. “Un brazo del río”, según la ilustrativa definición del alcalde de Ribaforada Jesús Mari Rodríguez, se adentró en la localidad inundando más de 600 hectáreas de cultivo, principalmente alcachofa y coliflor. La cosecha de bróculi, prácticamente recolectada ya, no sufrió tanto. Y siguiendo su recorrido, el Ebro alcanzó Buñuel que, durante toda la mañana de ayer, permaneció pendiente de la segunda mota de seguridad con la que cuenta este pueblo ribero. La constante subida del nivel de caudal, hasta 20 centímetros a las diez de la mañana, crispó los ánimos de los buñueleros que veían peligrar la defensa de la mota. Finalmente, ésta aguantó el envite sin poder evitar que el agua alcanzara los bajos de una veintena de viviendas, aunque con mucha menor virulencia que en 2015.

El balance final, a expensas de que se lleve a cabo una valoración exhaustiva de daños, son más de 3.000 hectáreas de campo anegadas en los tres términos.

temor a nuevas avenidas Una vez pasado este trance, los responsables de los ayuntamientos de las tres localidades riberas afectadas por el último pico de crecida del Ebro en la comarca, tuvieron sus primeras impresiones. Gustavo Rodríguez, de Cabanillas, confirmaba que el panorama “es desolador” y se refería al “eterno debate de qué es lo que hay que hacer para evitar esto, si limpiar, manejar el caudal...”. Además, Rodríguez recordó que se celebraba el Día de la alcachofa y el espárrago de la localidad, un evento que finalmente se pudo desarrollar sin problemas de acceso abrirse un carril de la N-126 y, finalmente, habilitar toda la calzada, que se había cortado el día anterior. Por su parte, Jesús Mari Rodríguez, de Ribaforada, se mostraba realmente preocupado por las consecuencias de la rotura de la mota de su municipio. “El daño es mayor que en 2015, han desaparecido unos 150 metros cuadrados de dique y entra un brazo de río directamente a la huerta. ¿Qué ocurrirá si llega otra avenida con el deshielo?”, se preguntó el edil socialista, solicitando “urgencia” en las reparaciones de las infraestructuras dañadas.

Finalmente, José Antonio Lasheras, que recibió a lo largo del día la visita de la consejera de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, Isabel Elizalde, y de la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, transmitió su nerviosismo ante la larga incertidumbre vivida en Buñuel. “Los diques que han aguantado han sufrido muchísima tensión”, recordó. En su caso, los cultivos más afectados fueron los de trigo.

Desde el Gobierno de Navarra se destacó, además de la buena coordinación entre instituciones y emergencias, a través del 112., la ausencia de incidencias de carácter personal.

1. Vista panorámica desde el aire de la situación del término de Ribaforada tras la avenida de la madrugada del viernes al sábado. 2. Campos y huertas de Cabanillas el sábado por la mañana, tras la crecida. 3. El agua quedó a escasos metros de las viviendas de la zona de Las Damas de Buñuel, donde varias personas fueron evacuadas el viernes por la noche en previsión de la llegada del pico de la crecida; algunas, trasladadas a residencias. 4. Socavón en la carretera NA-5020 que une Ribaforada y Fustiñana. 5. La recta de Arguedas quedó completamente cubierta de agua y lodo procedentes del barranco de Bardenas, el primer día de la crecida, y luego de las tierras de la mota que se rompió en Castejón..