burlada - Fue un acto bonito y sencillo. En familia. El Ayuntamiento de Burlada rindió ayer un pequeño homenaje a Sabino Ros Zarranz, “nacido en Burlada, vecino de Burlada hasta su muerte, casado en Burlada con Antonia, comprometido con su pueblo, concejal y artista, orgullo para sus hi-jas y toda su descendencia”, ex-plicó el alcalde, Txema Noval.

Hace un año, las hijas de Sabino ofrecieron al Ayuntamiento un mueble en el que su padre reprodujo el puente viejo del pueblo. “Sin verlo dije que sí por la vieja costumbre de todo para el convento, pero cuando fuimos a verlo nos encantó”, reconoció el primer edil. Desde junio el mueble descansa en la primera planta del Palacete de Burlada, “lo que pasa es que somos un poco lentos con esto del protocolo y los agradecimientos”, confesó. Y recordó que la piedra de Miguel (padre), cantero de profesión, y la madera de Sabino (hijo) están ahora conectadas en el parque municipal, porque Miguel es responsable de alguno de sus ornamentos.

“era muy salsero” Mila, Fefa y Nunci, hijas de Sabino, recordaron a su padre como “muy salsero e inquieto”. Empezó con las tallas de pura casualidad, cuando un amigo le pidió reproducir su casa “y le hizo hasta la huerta con lo que iba a producir”. Después de la experiencia piloto “con una maderica en la mano dijo, ‘voy a hacer un ojo, y si me sale bien haré el puente entero’”. El primer ojo salió bien, añadió cinco más y ahí está el puente entero. Las hijas recordaron otras tallas de su padre, como el hórreo de Iracheta, el depósito de agua romano de Andelos o un caserío de Errazu. Respecto a la talla del puente, explicaron que “él siempre quiso que fuera parte del pueblo, para el pueblo. Y por fin ha sido. Ahora estaría encantado, así que muchas gracias”, comentaron. Eso sí, con una sugerencia final: “La talla ga-naría con un espejico para que se viera la parte de atrás”.