Huarte-Uharte - Acaban de guardar los sprays, después de dar buena cuenta, esta vez de las fachadas y muros de la plaza de San Esteban. Han sido varios días full time y su obra decora cuatro nuevos espacios de Huarte. Y ya son unos 50. Jabi Landa, diseñador y artista local, tiene la culpa de que las paredes de la villa cebollera tengan fama mundial y hasta cuenten con su propio itinerario de arte urbano: Urbarte. Por contarlo en cifras, se calcula que si cada mural tiene de media 30 metros cuadrados, el arte callejero en Huarte llega ya a los 1.500 m2. Casi nada.

Los graffitis en Huarte deben mucho a Patxi Buldáin, uno de sus artistas más queridos, que ya en los años 80 creó un mural colectivo “con las y los alumnos de su taller, vecinos y vecinas de Huarte, que inspiró a artistas de posteriores generaciones”. Así lo cuentan ellos mismos, y así recuerdan cómo fue en 2003 cuando el núcleo urbano de Huarte fue adquiriendo murales de forma regular, bien “por medio de proyectos institucionales, del festival anual Cantamañanas (la primera edición data de 2004) o de expresiones artísticas libres, tanto individual como colectivamente”.

El parque de San Esteban ha sido, del 5 al 8 de septiembre, el último escenario de Cantamañanas. En el trabajo han participado 17 artistas urbanos, algunos internacionales, y trae otro soplo de aire fresco a la localidad: “La idea era intentar, de alguna forma, motivar a la gente joven a olvidarse un poco de las redes sociales, del móvil que les tiene un poco enclaustrada, y salir a la naturaleza a la calle, y la idea de la salud, de la naturaleza, del comer cosas frescas...”. Son propuestas pictóricas libres, ya que, como recuerda Landa, el Cantamañanas no pone reglas ni discursos: “Cada creador es libre, ninguno cobra y puede contar lo que quiera. Por eso el festival es lo que es, y tiene el ambiente que tiene en la calle”.

Dieciséis ediciones lleva ya esta propuesta callejera de arte urbano, tanto que Huarte es ya un referente en la materia: “Como localidad navarra, el Cantamañanas sitúa a Huarte a la vanguardia de estas técnicas”, explica Landa quien añade que “sí que hay otros festivales, como el de Tudela, que tienen mucho más presupuesto y lo enfocan más hacia un arte mural más elitista, con artistas de gran renombre y unas intervenciones de alto nivel a través de una galería de arte”. Pero el Cantamañanas es el festival callejero de arte urbano más longevo del Estado, y el segundo del mundo, después de uno de Alemania, lo que le da gran fama mundial: “Estamos muy contentos del lugar que tenemos ahí, sobre todo por una continuidad de 16 años, por intentar renovar murales, y, desde luego, la gente nos sigue conociendo por toda Europa”. Eso sin perder nada de la filosofía con la que nacieron, “avanzando poco a poco y muy humildemente, porque nuestro objetivo no es crecer ni tener muchísimo presupuesto, ni competir con grandes galerías ni cosas financiadas por marcas”, porque “estamos contentos con nuestro tamaño y con seguir cada año haciendo un poco de cultura en la calle”.

CANTERA GRAFFITERA Jabi Landa ha conseguido enganchar en el arte del graffiti a un buen puñado de chavales de Huarte, que hoy forman parte del equipo Cantamañanas, y algunos de ellos le acompañan en la foto de este reportaje. “Este año se ha afianzado un grupo de 6-8 chavales de entre 17 y 19 años, que nos ayudan a organizar todo. También han tenido su txoko para pintar y están súper implicados. Son los nuevos cantamañanas”, explica Landa.

En cada nueva edición, las creaciones de Cantamañanas van ocupando más lienzo de Huarte, y, como calcula Landa, “estaremos hablando de unos 1.500 metros cuadrados”.

ITINERARIO DE ARTE URBANO Por eso, en 2017, se puso en marcha la propuesta Urbarte, Itinerario de Arte Urbano, con dos recorridos para conocer los 50 murales de arte callejero de Huarte y sus alrededores, uno de ellos específico de su Casco Urbano. Los folletos pueden conseguirse en el Ayuntamiento y recogen imágenes de cada graffiti, con sus autores. “Estos murales pueden morir con el tiempo, ya que el arte urbano es efímero en su vida”, se avisa en el folleto donde se anima a los visitantes a conocer “esas expresiones de arte libre” que esconden las calles.

El Post-it

El arte no mancha. Cantamañanas es arte y arte callejero del que no mancha. De hecho, además de retocar un par de murales que con el tiempo se han deteriorado, de cara al próximo año tienen ya varias peticiones de comunidades de vecinos de la localidad para decorar sus fachadas. “Hemos llegado a tal punto, que los mismos vecinos ya nos ofrecen sus paredes, aún más, nos las encargan”. Huarte se ha familiarizado con los graffitis tanto que las propuestas son el orgullo de sus habitantes.