Alrededor de 450 personas participaron ayer en Elizondo en una cadena humana que rodeó la residencia de ancianos Francisco Joaquín Iriarte. Fue un acto reivindicativo, pero a su vez, un acto de solidaridad, de afecto y apoyo hacia la residencia y sus residentes. La cadena humana de ayer se enmarca dentro de la campaña Zahar etxea defenda dezagun (Defendamos la residencia de ancianos), que están llevando a cabo, conjuntamente, el Comité de Empresa de la residencia Francisco Joaquín Iriarte, Elkartasun Sarea (red de solidaridad) y Pentsionisten Sarea (red de pensionistas).

Un poco antes de las 11.00 horas la gente fue acercándose a la residencia, con sus balcones y ventanas decoradas con globos y telas de color naranja, y siguiendo las instrucciones de los organizadores de la cadena humana, manteniendo la distancia de seguridad, se fue formando la cadena con una cuerda. Poco a poco la cadena se hizo más larga y al final logró dar más de dos vueltas a todo el edificio de la residencia, para el asombro de todos y todas. Muchísima gente acudió a la movilización, reuniendo a personas de todas las edades y de muchos pueblos de alrededor. Desde el interior, los residentes miraban por la ventana, atónitos a la multitud congregada en apoyo a ellos, a las trabajadoras y a la residencia.

Fue un acto alegre, animado con música de trikitixa, pero también emotivo como recalcaba Josune Galarregi, del Comité de Empresa, “gracias por venir, gracias por apoyarnos, significa mucho para nosotras y para los residentes”, anunciaba a través de la megafonía. No faltaron las lágrimas, de pena por los que ya no están, de alegría por el éxito de la convocatoria, y de emoción “porque la residencia es de todos, y entre todos vamos a mejorarla, para que nuestros mayores tengan la atención que se merecen”. El acto concluyó con un aplauso generalizado, y muchos de los asistentes firmaron un manifiesto en el que se pedía un cambio de modelo del actual Patronato.

Además del acto de ayer, durante los últimos día están realizando reuniones informativas en los cuatro cuarteles de Baztan, de los que ya se han realizado tres, en Basaburua, Erberea y Elizondoa; el lunes, a las 19.00 horas se celebrará la cuarta y última reunión, la de Baztangoiza, en la sala de batzarres de Amaiur, a las 19.00 horas. Las tres primeras reuniones han acogido a mucha gente, interesada por conocer la situación de la residencia de ancianos, órgano autónomo del Ayuntamiento de Baztan, gestionado desde hace más de una década por una empresa privada, IDEA.

En los ba-tzarres, trabajadores de la residencia y miembros de Elkartasun Sarea y Pentsionisten Sarea han informado de la evolución de la pandemia, del día a día de la residencia, con la crisis vivida en primavera cuando la covid-19 irrumpió en ella, viviendo momentos muy duros, con 16 trabajadores y cerca de 80 residentes infectados, de los que, desgraciadamente 19 fallecieron. Fueron semanas muy duras, con muchísimo trabajo y mucha incertidumbre, en las que los profesionales de la residencia “lo dieron todo, sufriendo mucho, tanto física como emocionalmente”. Tras la primavera, el verano fue mejor, pero luego llegó la segunda ola, aunque, por suerte, la cosa va mejor con respecto al coronavirus, en la actualidad no hay positivos.

De todas maneras, desde el Comité de Empresa de la residencia informan que la situación de los trabajadores y de los residentes no es buena. La covid-19 ha afectado mucho a los residentes, no solo la enfermedad, sino el tener que estar encerrados en ella, la ausencia de visitas, todo ello, según las trabajadoras del centro “influye negativamente en ellos, necesitan más ayuda que antes, incluso necesitan más compañía, alguien al lado con quien charlar”. Las trabajadoras son conscientes de ello, pero “no podemos ofrecer a los residentes toda la atención que necesitan, porque no tenemos suficiente personal para ello”. Esta “crítica” situación laboral se vio acentuada cuando hubo positivos en la residencia, porque “aunque la empresa gestora dijo que contrataría más personal, no fue así”. Además, “cuando hay alguna baja, no se cubre, y muchas trabajadoras estamos metiendo más horas para poder cubrir el trabajo, cargándonos más”.

Desde el Comité informan de que “la empresa dice que ahora hay 20 camas vacías y han mantenido el personal, cuando debería haber menos trabajadoras”, a lo que responden que el trabajo que había antes y ahora no ese l mismo, y los ancianos necesitan más cuidado, más atención. Además, el Comité denuncia que no hay más ingresos porque la empresa gestora no presentó ninguna petición al Gobierno de Navarra para tener plazas concertadas, para, según las trabajadoras, “no tener que contratar más trabajadoras y aumentar el ratio”.

El Comité denuncia que los residentes merecen un trato mejor, más atención, tratarlas como personas y no simplemente como números. Además, denuncian, que no han renovado el convenio laboral desde el 2018, “porque la empresa gestora dice que no hay dinero”.

Ante la situación que está viviendo la residencia, piden que el Patronato, como institución responsable de la residencia, asuma sus obligaciones y cambie sus estatutos para que se inicie una nueva línea de acción “acorde con los tiempos en los que vivimos”, para que la residencia sea un ente de carácter público y ofrezca una atención integrada, centrada en las personas.

Creación. 233 años han pasado desde que en 1787 la Junta General de Baztan creara la Misericordia gracias a una herencia que dejó Francisco Joaquín Iriarte. En 1985 pasó a llamarse Residencia de Ancianos Francisco Joaquín Iriarte, con carácter benéfico público municipal.

Patronato. Es el órgano principal de decisión de la residencia. Está formado por el presidente (el alcalde del valle), dos concejales, dos albaceas, 4 vecinos y el secretario (el secretario del Ayuntamiento), éste último sin voto.