Reconocer a Luzaide/Valcarlos como primer pueblo navarro del Camino de Santiago. Esa es la reivindicación que llevan años pidiendo los vecinos del municipio. La reciente visita de los Reyes de España, junto a varios presidentes de Comunidades Autónomas, para inaugurar el Año Jacobeo 2021-2022, ha sido la gota que ha colmado el vaso. El hecho de que casi todos los medios de comunicación nombraran a Orreaga/Roncesvalles como inicio del Camino ha sentado como un jarro de agua fría entre los habitantes de la localidad, que se sienten “ninguneados” por las autoridades y piden que se tomen medidas para que los peregrinos vuelvan a pasar por el centro urbano de Luzaide/Valcarlos.

Peregrinos descansando en un arcén

El origen de la polémica se encuentra en la vía que eligen cada año muchos peregrinos. El llamado Camino de Napoleón sale de Saint-Joan-Pied-de-Port y llega por una ruta muy peligrosa de más de 25 kilómetros y 1430 metros de altura hasta Roncesvalles. Sin embargo, el alcalde de Luzaide/Valcarlos, Nicolás Camino, afirma que “el Camino natural es el que pasa por el pueblo y que es mucho más cómodo y menos exigente”.

Vistas de la montaña desde Luzaide/Valcarlos

Pero no es la comodidad el único aspecto a tener en cuenta, sino que tradicionalmente la localidad ha sido el paso de los peregrinos. El historiador local, Antonio Sánchez, recalca que ya en el año 1100 existía un hospital de peregrinos sobre el que se fundó la villa de Luzaide/Valcarlos. “Es el Camino de Santiago el que da origen al pueblo”, apunta Sánchez. Pero es que, además, hacen referencia al descubrimiento de la calzada romana que iba desde Burdeos hasta Astorga y que ha certificado que pasaba por la localidad.

Fernando Alzón, propietario de Ardandegia

El camino original

Achacan que miles de caminantes transiten por la ruta de montaña a los intereses económicos de los franceses. “Ellos les hacen ir por el camino de arriba para que pasen por sus refugios y tiendas. Es una pena que todo se reduzca al dinero y no se mire a la historia”, lamenta el primer edil.

Vecinos tomando algo en Ardandegia

También afirman que unas nevadas cada vez menos copiosas, unido a la desaparición de animales salvajes como el oso pardo o el lobo, inclinan a muchos peregrinos a elegir el llamado Camino Alto. Sin embargo, comentan que cuando algunos peregrinos se pierden en el monte por la niebla, son los bomberos voluntarios de Luzaide/Valcarlos los que tienen que acudir en su rescate.

El municipio cuenta con un albergue, cerrado hasta ahora por la pandemia, que prevén que en el mes de agosto pueda volver a acoger a peregrinos. “Hemos reforzado además nuestra oferta turística con el museo de la Batalla de Roncesvalles”, añade el concejal de Cultura, Salvador Bidegain.

Supermercado y tienda de souvenirs del Azkena

Los establecimientos piden visibilidad

Solamente el 5% de los peregrinos que hacen el Camino Francés (en 2019 fueron unas 70.000 personas) pasa por Luzaide/Valcarlos, lo que, sin duda, afecta económicamente a los establecimientos del municipio. César Echeverri, propietario del restaurante Azkena, comenta que, aunque suene paradójico, tienen más clientes en invierno, cuando la ruta alta está cerrada, que en verano, época por excelencia para hacer el Camino. “Solo pedimos un poco de apoyo del Gobierno de Navarra para hacernos visibles, no solo por mí sino porque es una deuda histórica que se tiene con Luzaide/Valcarlos”, remata.

De reivindicación histórica habla también Fernando Alzón, que regenta el restaurante Ardandegia: “No queremos desmerecer el otro camino, pero es que si tradicionalmente pasaba por aquí, es de justicia que se reconozca”. Y es que habla con conocimiento de causa porque, además de hostelero, fue alcalde en la anterior legislatura.

Por ello, comenta que al no parar el autobús en la localidad hace que muchas personas se planteen seriamente aceptar ofertas de trabajo allí. “Nosotros lanzamos un grito para decir que estamos dispuestos a colaborar y potenciar el pueblo todo lo que sea posible”, concluye.

César Echeverri en las puertas de su negocio. Javier Bergasa