Aunque la primera hija de Estefanía Erro y Anibal Centeno nació un 30 de julio, este viernes no fue un día de celebraciones en el hogar de este matrimonio de Lekunberri. Es más, fue un día triste. Y es que aquella niña que nació en un parto sin complicaciones en el Hospital Virgen del Camino falleció a la media hora, según la versión oficial. "Nada más nacer me dijeron que estaba muerta y se la llevaron corriendo. Yo pedí ver a la niña y me durmieron", recuerda. "En aquel momento creí lo que me dijeron. Era muy religiosa y creía que tenía un angelito en el cielo", cuenta. Era joven, tenía 21 años, con toda una vida por delante, e intentó pasar página.

Pero no fue fácil. Al respecto, recuerda que al poco tiempo de perder a su hija, a la que iba a llamar María, vio una película, El yankee. "Aquello me revolvió todo de nuevo y casi me muero de pena. Decidí que no iba a volver a ver nada más de bebés". Así, cada vez que oía algo de desgracias relacionadas con criaturas había algo en su interior que le llevaba a desconectar. Tampoco se hablaba del tema porque seguía doliendo. "Cuando salieron a la luz los primeros casos de bebés robados no presté atención, ni tampoco después", afirma Fany, como es conocida. Hasta que en octubre de 2018 en una conservación con María Teresa Quintana, novia de su hijo Roberto, esta última le contó que era adoptada y que estaba buscando sus orígenes. Interesada por el tema, comenzó a mirar en Internet. Entonces fue consciente de que los relatos de muchas madres que estaban buscando a sus bebés robados durante el franquismo y primeros años de la democracia se parecía mucho a lo que ella vivió aquel 30 de julio de 1969. Así, les transmitió a sus cuatro hijos sus sospechas.

"Estos tres años de certeza están siendo muy duros", señala. "Yo solo quiero encontrarla pero respetaré lo que ella quiera. No le quiero complicar la vida a nadie y menos a mi hija", subraya Fany Erro , al tiempo que confiesa que vive con la esperanza de encontrarla. "Tiene que saber lo mucho que la queremos y que deseamos conocerla. Buscaré a mi hija mientras viva", asegura.

Una búsqueda con muchas puertas cerradas

La familia comenzó a buscar aquella niña, una investigación en la que encontraron "multitud de irregularidades" en la documentación, según incide su hijo, Pello Centeno. Así, interpusieron una denuncia ante la Fiscalía de la Comunidad Foral, argumentando delitos de detención ilegal de menor de edad, de suposición de parto, falsedades documentales y otro tipo de delitos relacionados con el robo de su primogénita. También acudieron a la Policía Foral. "Aportamos más documentación porque al poco de interponer la denuncia supimos que el médico que engañó a mis padres estuvo extrañamente vinculado al orfanato de Zirzurkil, llamado Fraisoso", recuerda Pello Centeno. "Advertimos que su intención de investigar los hechos era prácticamente nula, por lo que seguimos investigando por nuestra cuenta", lamenta. En relación a la pista que encontraron, explica que gracias a la colaboración de varias personas supieron de "una red de tráfico de bebés" que giraba en torno al orfelinato de Zizurkil.

Lo cierto es que una vez comenzó a conocerse el caso de Fany Erro, varias familias de Lekunberri y de Larraun se identificaron con su relato y contactaron con ella para tratar de unirse en la búsqueda de sus bebés desaparecidos. "Tenemos siete casos reconocidos más otros tres que no han querido entrar pero con bebés fallecidos al nacer con la intervención del mismo doctor", indica. Algunas de estas familias y también del resto de Navarra así como personas adopt

adas se han constituido en torno a la asociación Amalur Reencuentros Familiares que agrupa a 16 socios y socias.

Con el fin de acabar con el sufrimiento de sus padres y por extensión, de toda la familia, Pello Centeno también acudió al Defensor del Pueblo el pasado año. "Le pedimos que exigiera, tanto al Gobierno de Navarra como Policía Foral, Fiscalía Superior de Justicia de Navarra o cualquier otro integrante de los poderes públicos que pudiera considerar, para que el derecho a la verdad que tienen mis padres fuese efectivo", señala Centeno. Asimismo, en agosto interpusieron una demanda ante el Juzgado de Primera Instancia. "Fue desestimada en octubre. Automáticamente recurrimos ante el Tribunal Superior de Justicia de Navarra pero todavía no sabemos nada de esta segunda instancia", cuenta.

Nuevas pistas en torno al orfanato de Zizurkil

En este largo camino de trabas legales o administrativas, "muchas puertas cerradas", dicen, han logrado encontrar algunos nombres de niñas adoptadas criadas cerca de Zizurkil que podrían ser aquel bebé que les arrebataron. "Por desgracia, las principales candidatas han rehusado la invitación de conocerse o de confirmar el parentesco mediante pruebas genéticas", lamenta Pello Centeno. Algunos de estos nombres están en conocimiento de la Policía Foral y de los jueces. "De momento no han realizado ningún tipo de intervención al respecto. Mis padres se hacen mayores y ese sufrimiento está ahí", observa.

Al respecto, apunta que su hermana tal vez no esté interesada en remover su historia y que quizás le hayan dado otra versión que le parezca más fácil de asumir o cualquier otro motivo de peso para no desear conocer sus orígenes pero que le gustaría que les brindara la oportunidad de conocerle. "Mis padres se lo merecen. Ellos no tuvieron la culpa de lo que pasó, y al darse cuenta del engaño, han vuelto a revivir el infierno por el que pasaron entonces", observa . "La esperanza de tener noticias suyas es lo único que les empuja a seguir luchando", asegura.

Búsquedas biológicas a través de Infogenes

Por otro lado, Pello Centeno junto con otro grupo de afectados constituyeron hace dos años otra asociación a nivel estatal, de nombre Infogenes, que se centra en las búsquedas biológicas a través de la genealogía genética. "Está demostrado que es el mejor y casi único método que está produciendo reencuentros", afirma este lekunberriarra. Y es que con los bancos de ADN se abren muchas puertas, nuevas piezas para completar el puzle de su vida. "En los bancos de ADN nacionales, el cotejo de datos permite conectar a padres con hijos, o como mucho, a hermanos. Sin embargo, en estas plataformas de ADN genealógico, cuyas tecnologías son más de 5.000 veces más potentes en la detección de parientes, se llegan a detectar parentescos de incluso quinto o sexto grado", explica. "Toda la información sobre las búsquedas está en la web.infogenes.es. También estamos en las redes sociales, con página de Facebook, canal de Youtube, Twitter e Instagram", añade.

Así, el objetivo principal de Infogenes es maximizar los reencuentros familiares a través de laboratorios de ADN de EEUU, en concreto MyHeritage y 23andme. "Nuestros pilares básicos para conseguir buenos resultados son la difusión y la concienciación social", señala. "Si alcanzásemos un porcentaje del 5% de la población española que se realizara alguno de estos test se conseguiría que los reencuentros serían prácticamente automáticos en la mayoría de los casos", apunta. Al respecto, subraya que "es importante acelerar los pasos porque las madres y padres se están muriendo".

Si bien a través de estos análisis de ADN se han encontrados los orígenes biológicos de diferentes personas, la búsqueda no finaliza. Y es que a menudo se han encontrado con trabas en las propias familias, reacias a hacerse estos análisis por miedo y desconocimiento. "Es una pena que se acerquen tanto y sus propios familiares no les ayudan", observa Centeno, que pide el apoyo a las instituciones. "Vas donde un primo segundo a pedir ayuda y te dice no, estás vendido. Imagina que llama un educador social o y un psicólogo, una persona que haga de mediadora", comenta