La ermita Nuestra Señora de los Remedios de Sesma continúa con paso firme rumbo a su derrumbe y hundimiento y, por este motivo, esta mañana ha habido una comisión parlamentaria de Cultura y Deporte en la que un grupo de vecinos ha explicado la situación, la problemática y ha exigido responsabilidades y acciones concretas.

Vicente Vitoria, por parte de la asociación de Amigos la ermita Nuestra Señora de los Remedios, ha sido el encargado de exponer la cronología de este inmueble que, ha recordado, “forma parte de la identidad de Sesma. Es innegable el valor patrimonial y a veces se nos intenta vender que son cuatro piedras viejas y ladrillos sin valor”.

En este caso, ha desvelado que, aunque a finales del 2020 se tenía que haber hecho oficial el traspaso por parte del Arzobispado al Ayuntamiento, la Administración Local se replanteó su posición alegando que “no podemos hacernos cargo de un edificio que puede ocasionar la ruina al pueblo”.

La ermita, que data del año 1723 y supone uno de los pocos ejemplares de auténtico barroco en Navarra, acogió la última misa hace tres décadas y ya entonces se encontraba dañada puesto que en los años 60 sufrió un incendio que acabó con los bienes de su interior. A este deterioro se le suma la sucesiva aparición de grietas. De hecho, Patrimonio ya tenía constancia de ello, así como ICOMOS, una asociación civil no gubernamental ubicada en París ligada a la ONU, a través de la Unesco, y la ermita ha sido incluida en la lista roja de la asociación para la defensa del patrimonio cultural Hispania Nostra.

“Hay que recalcar la dimensión social del patrimonio. La Iglesia ha incumplido, pero la Administración está obligada por la Ley de Patrimonio a requerir a los propietarios que hagan la obra pertinente de conservación para que no se caiga el edificio, y lleva años sin hacerlo”, ha puntualizado Vitoria que ha recordado que la asociación recabó más de 700 firmas entre los vecinos “que confirman el interés social”. Asimismo ha exigido a Patrimonio Histórico del Gobierno una “justificación a su silencio ante la posibilidad de catalogar la ermita como bien inventariado”.

Por su parte, Andrés Valentín, de la plataforma en Defensa del Patrimonio Navarro, ha alegado que el Arzobispado, el Ayuntamiento y el Gobierno “tienen que atender esta reivindicación y deben restituir este bien. Argumentan falta de recursos, pero es una cuestión política”. De hecho, ha asegurado que, “por no invertir ahora en apuntalar o en conservar, en unos años tendrán que hacerlo para desescombrar”.

Además ha desvelado que el Arzobispado tiene más de 40 bienes inmatriculados en Sesma, 36 de los cuales los adquirió el 2 de mayo de 1981. “Esto demuestra la voracidad de la jerarquía católica por arramplar con todo lo que pillase”.

Parte política

Desde Geroa Bai, Ana Ansa se ha comprometido a estudiar el tema con sosiego para “ayudar en todo aquello que podamos; el Gobierno algo tendrá que decir. Es lamentable que no se haya hecho nada y que la Iglesia, ahora que está en ruinas, quiera devolverlo”. Eso sí, reconoció que “la solución no es sencilla ni inmediata pero habrá que ver y explorar situaciones intermedias”.

Maiorga Ramírez, por EH Bildu, ha afirmado que “el estado de la ermita es deleznable y la Iglesia, perdonadme la expresión, tiene un morro que se lo pisa, porque tiene derechos pero también obligaciones. Las Administraciones públicas tienen un deber en este asunto y es momento de asumirlo con determinación”.

Raquel Garbayo, de Navarra Suma, ha asegurado que han registrado una visita parlamentaria y que espera que “la ermita de Sesma tenga papeletas para entrar en el bombo de las enmiendas en el próximo presupuesto”, mientras que por el PSN, Carlos Mena, ha aseverado que esta donación o cesión “es un caramelito envenenado. Aun así, no cejaremos en el empeño por recuperar bienes injustamente inmatriculados”.