La foto y la estela de Maravillas Lamberto cuelgan ya en lo alto de Ibiricu, el pueblo en el que junto a su padre, Vicente, fueron llevados por su captores a mediados de agosto de 1936. 86 años después, el Ayuntamiento de Yerri organizó una jornada en la que se repuso la memoria de Maravillas, una niña de Larraga que acompañó a su padre cuando lo llevaron preso y que fue violada antes de que los asesinaran en Ibiricu. “Esto es un viejo compromiso por la memoria histórica pendiente en Yerri, con lo que esperamos que se recupere la memoria y que nunca se olvide”, comentó el alcalde, Edorta Lezaun.

Homenaje a Maravillas

Homenaje a Maravillas

Ayer la historia y la memoria de Maravillas Lamberto dieron un paso más para que permanezca su recuerdo vivo como la Florecilla de Larraga. Para ello, una estela de piedra del escultor Pello Iraizoz representará ya en Ibiricu, una de las miles de atrocidades que el fascismo (la Muerte Azul) perpetró en Navarra: un territorio donde ni siquiera hubo frente en la Guerra Civil del 36 y que contó con más de 3.000 asesinados. En ella, además del tiempo “en forma de cortina de agua por el paso de los años sin que hubiera reconocimientos de estas muertes”, también están representados los disparos que “mataron aquella flor”, comentó Iraizoz subido en el parapeto donde se instaló la escultura de la que deseó que “os llegue a todos como a mi la historia de Maravillas: hasta el corazón”.

El acto en Ibiricu, al que acudieron cientos de personas y en el que se pudo ver varios emblemas republicanos, contó con la participación del bertsolari Eneko Lazkoz y de Ricardo Goikoetxea. También el grupo local Erronka interpretó la versión de Maravillas del grupo Berri Txarrak. Arrancó con un aurresku con txistu y tambor y prosiguió con Fermín Valentzia, tras el cual intervino la asociación Florecilla de Larraga: “que esta escultura sea la luz para que llegue una justicia reparadora”, aseguró Soraya López. 

Imagen de un momento del homenaje Javier Arizaleta

El alcalde, Edorta Lezaun y la concejala Arrate Urdangarain hicieron la presentación del evento en el que intervino también la consejera Ana Ollo para quien era un acto “necesario y didáctico: trabajar en conocer la memoria es algo que no pertenece al pasado si no que tiene mucho valor para el futuro”. “También este caso es muy simbólico porque durante años se ha olvidado la represión brutal que recibieron mujeres o niñas como ella pero también el de las que sobrevivieron como su madre y sus hermanas y que tuvieron que sufrir durante años”, finalizó Ollo. l