Había ganas de volver a ver ganado en la plaza de Irurtzun, localidad que durante siglos fue famosa por su feria. Se recuperó hace 10 años con otro formato, un escaparate del sector primario con un mercado agrario transparente, feria de artesanía y muchas más propuestas. Con una mañana espléndida, cientos de personas acudieron a esta cita organizada por los ayuntamientos de Irurtzun y Arakil así como Sakana Garapen Agentzia, Consorcio Turístico Plazaola, Arbaso, Belardi y Bidelagun.

En la feria se pudieron adquirir alimentos y artesanía sin intermediarios.

Fue una mañana para degustar y adquirir alimentos de calidad y producción agroecológica, con una variada oferta entre queso, verduras, lácteos, embutidos, pan, pastas, vino o miel así como artesanía variada. Asimismo, hubo cata y concurso de queso de pastor con un jurado popular, en torno a un centenar de personas que degustaron las once piezas presentadas. El ganador fue Albi Gaztak, de Arruazu. Atekoa, de Iragi, fue segundo y Balda Artola, de Unanu, tercero.

Un jurado popular decidió el fallo del concurso de quesos, con 11 piezas presentadas.

Además, hubo demostraciones de viejos oficios. Fieles a su cita, los hermanos Gerardo y Eduardo Brun, séptima generación que mantiene encendida su fragua de Izurdiaga, mostraron como se trabaja el hierro. Muy cerca, los hermanos Saralegi realizaron sogas. También llevaron a Irurtzun su exposición de aperos antiguos. Por otro lado, hubo juegos, talleres infantiles y animación de calle.

Forjas Brun, de Izurdiaga, no faltó a su cita con la feria de Irurtzun y Arakil.

DOMA NATURAL

Una de las novedades este año de vuelta a la normalidad fue una demostración de doma natural equina de la mano de Vanesa Ugarte, disciplina de Lucy Rees, escritora, etóloga equina y domadora galesa de renombre internacional. Si bien no conocía al caballo, Juliatxin, un espectacular Burguete de 7 años y cerca de 900 kilogramos de peso de Arretxea; esta adiestradora de Zestoa fue ganando su confianza, buscando sobre todo que el animal estuviera tranquilo. “Le invito a que venga conmigo. El caballo da muchas pistas a través del cuello o las orejas de si quiere seguir ”, apuntó Ugarte. Poco a poco, Juliantxin se introdujo en su juego, con cuerdas antes de ensillarlo y montarlo sin ninguna oposición.

El ganado estaba en la zona del frontón, con ovejas latxa, rasa, sasiardia, vaca Pirenaica y Betizu, caballos Burguete y Jaca Navarra, cerdo Euskal Txerria o burro Euskal Astoa entre otras razas de explotaciones de la zona, que se enfrentan a un invierno especialmente duro por la sequía y la subida de los precios. “Hay que prepararse para el cambio climático”, observó Aritz Ganboa, de Belardi, al tiempo que destacaba la importancia de la ganadería extensiva en las explotaciones pequeñas y sostenibles. “El modelo socioeconómico actual nos lleva a una crisis constante y que hace que estos modelos pequeños sean muy castigados. Debemos implementar modelos de protección para proteger nuestra soberanía alimentaria. Es una responsabilidad política y social, no solo del sector”, incidió.

Tampoco faltó que llevarse a la boca, con talos, imprescindibles en las ferias. La mañana finalizó con una comida en la sociedad Pikuxar que reunió a en torno de 80 comensales con producto autóctono, babatxikis, de plato principal.