La consejera de Cultura y Deporte del Gobierno de Navarra, Rebeca Esnaola, ha visitado este jueves, en Carcastillo, las obras de restauración del interior de la iglesia abacial del monasterio de Santa María de La Oliva, cuya finalización se prevé para mayo de 2024 y que ha supuesto una inversión de 3 millones de euros.

Según han informado desde el Ejecutivo foral en nota de prensa, en su visita ha estado acompañada por el abad del monasterio, Javier Urós; el delegado del Gobierno en Navarra, José Luis Arasti y el alcalde de Carcastillo, Javier Igal.

Los trabajos, promovidos por la comunidad de monjes cistercienses, comenzaron el pasado 27 de septiembre bajo la dirección de obra del personal técnico del Servicio de Patrimonio Histórico de la Dirección General de Cultura - Institución Príncipe de Viana.

Las obras, cuyo presupuesto asciende a casi 3 millones de euros, cuentan con una subvención del 60% del importe total con cargo al programa del 1,5% cultural para la conservación del patrimonio histórico español que concede el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana por la relevancia cultural del monasterio.

El Gobierno de Navarra, a través de la Fundación para Conservación del Patrimonio Histórico (FCPHN), aporta además la cantidad de 200.000 euros para contribuir en la financiación de las obras al entender que el monasterio cuenta con "un valor patrimonial innegable y que constituye, además de un importante centro de espiritualidad ligado a la comunidad cisterciense y a Navarra, un elemento indispensable para vertebrar una propuesta de revalorización que genere riqueza económica, cultural y social, con dimensión turística y en una comarca identificada en declive intenso y colindante con zonas de riesgo extremo de despoblación según la zonificación realizada por el Gobierno de Navarra en 2021", según se afirma en el convenio firmado por la FCPHN y el monasterio.

Además de la restauración arquitectónica de la iglesia abacial, la intervención supone "mantener y asegurar el papel simbólico que el monasterio juega en las poblaciones del entorno, cuyos habitantes lo perciben y aprecian como signo de identidad por sus valores históricos, artísticos y monumentales".

Dicha intervención conllevará además un proyecto de difusión del patrimonio cultural que" permitirá la divulgación pública en el ámbito social y educativo de los trabajos que se han proyectado".

La consejera Esnaola, con el delegado del Gobierno y el abad, junto a personal del monasterio, de la Dirección General de Cultura y de la empresa responsable de las obras. CEDIDA

En este sentido, el monasterio y el Servicio de Patrimonio Histórico tienen previsto realizar en colaboración un programa de visitas guiadas durante la ejecución de las obras para dar a conocer el desarrollo de los trabajos de restauración "siempre que las medidas de conservación y seguridad lo permitan". Esta labor se podrá complementar con tareas formativas como conferencias, exposiciones o publicaciones.   

ACTUACIONES PREVISTAS EN LA IGLESIA

La actuación iniciada el pasado año pretende "recuperar las cualidades arquitectónicas del interior del templo". Para ello se recuperarán los suelos, paramentos, bóvedas, carpinterías de puertas y cierres de ventanales, además de todos los bienes muebles, el mobiliario litúrgico y las instalaciones técnicas.

De forma generalizada, en las bóvedas del templo "se aprecian manchas de humedad, eflorescencias de sales, costras por escorrentías de agua, grietas en la bóveda del último tramo de la nave central y movimientos de dovelas en algunos arcos de la nave lateral sur". El origen del deterioro de las bóvedas del templo y sacristía era debido a la filtración de agua desde la cubierta, que se resolvió con las obras de restauración realizadas en 2007.

En los muros y pilares "se aprecia pérdida de material pétreo y del rejuntado en amplias zonas, y varias reposiciones realizadas décadas atrás con mortero de cemento, que no son compatibles con la piedra". La humedad afecta también a los zócalos de los muros, basas de los pilares, y capillas. Para "solucionar todos estos problemas", se limpiarán, repondrán las faltas y se rejuntarán pilares, muros y bóvedas, además de aplicar una veladura de cal.

El pavimento de las naves es una solera de hormigón en masa directamente asentada sobre el terreno. Su estado de conservación es "precario", con "importantes pérdidas de sección y roturas en muchas zonas, que en algún caso supone riesgo de caídas". Existen "extensas manchas de humedad" en el pavimento de las naves en contacto con el terreno saturado de agua.

Se va a poner todo el pavimento del templo con losa de piedra arenisca e integrando e las capillas, una vez restauradas, piezas cerámicas esmaltadas de época renacentista que conservaban.

Existen "restos importantes" de pinturas murales de época medieval y renacentista con despieces, "de indudable valor cultural e histórico", en numerosas partes de la iglesia, además de grafitos en paredes y columnas. Todos estos restos pictóricos van a ser objeto de estudio, limpieza y consolidación, así como los bienes muebles y el mobiliario litúrgico vinculado al culto.

Dicha actuación permitirá "recuperar el valor de la edificación del monasterio, mejorar sus condiciones actuales de uso y conservación, y posibilitar su mejor percepción y aprecio por parte de quienes lo visitan".  

BIEN DE INTERÉS CULTURAL

El monasterio de Santa María de La Oliva fue declarado Monumento Nacional Histórico-Artístico por Real Orden de 24 de abril de 1880. En la actualidad ostenta la categoría de protección de Bien de Interés Cultural en aplicación de las previsiones de la Ley Foral 14/2005, de 22 de noviembre, del Patrimonio Cultural de Navarra.

El uso principal y fundamental del monasterio es el religioso mantenido por la comunidad de monjes cistercienses trapenses que lo habita desde 1927, año en que se restauró la vida monacal tras las exclaustraciones del siglo XIX.

Además del uso religioso, el uso turístico y cultural son "de gran importancia para el monasterio, cuya relevancia trasciende ampliamente el ámbito de influencia de la zona".   

ACTUACIONES DE RESTAURACIÓN, REPARACIÓN Y CONSOLIDACIÓN ANTERIORES

Las primeras obras de restauración realizadas en el monasterio con motivo del regreso de la comunidad religiosa tras la desamortización decimonónica se ejecutaron entre 1923 y 1930. Aquellas obras estaban financiadas por la Diputación foral, tuteladas por la Comisión de Monumentos de Navarra, y se centraron en la restauración de la iglesia para "salvarla de la ruina".

En época reciente, cabe señalar que las obras "de mayor calado" en el exterior del templo (cubiertas, y fachada de poniente y torre) fueron realizadas entre 2006 y 2010 con intervención directa de la Institución Príncipe de Viana en la financiación y contratación de las obras, y en la redacción de los proyectos y las direcciones de obras de los técnicos de la Sección de Patrimonio Arquitectónico.