Inma Lizasoain es profesora en la Universidad Pública de Navarra desde que comenzó su carrera profesional. Enseñaba matemáticas en las ingenierías hasta que hace diez pasó a dar clase en Magisterio. “Esto me cambió totalmente el enfoque sobre cómo trabajar con los estudiantes y ahí es donde me interesé por la forma de enseñar matemáticas a los niños y niñas”. En 2021 publicó en la web de la UPNA unos “Cuentos Rurales” escritos por ella misma, donde se pretende acercar las matemáticas a los txikis mostrando su empleo en situaciones cotidianas ligadas al mundo de la ganadería y la agricultura.

Los cuentos se enmarcan dentro del proyecto “ANFoMAM: Aprender de los niños para formar a los maestros en matemáticas”, subvencionado durante 3 años por el programa Erasmus+, de la UE, donde participaron varias universidades europeas.

“Una compañera con la que estudié, que trabaja en la Universidad de Zaragoza, ha investigado mucho sobre cómo trabajar las matemáticas con niños que tienen síndrome de Down. Ella hace talleres donde intenta que los niños disfruten con las matemáticas y a su vez, estas les ayuden a entender el mundo en el que viven”, explica la autora. “Basándonos en ese modelo, quisimos crear materiales para que los y las estudiantes de magisterio pudieran ponerlo en práctica en las aulas ordinarias”.

“A mí me tocó la parte de aritmética, problemas, etc., la cual puede parecer más árida”, cuenta Inma. Con el objetivo de enseñar este campo a los niños y niñas de una forma más cercana, durante la pandemia se le ocurrió escribir unos cuentos donde las ideas matemáticas estuvieran contextualizadas en situaciones que los niños y niñas pudieran entender.

Matemáticas de pueblo

"El objetivo principal es ayudarles a entender el mundo en el que viven y a comprender la utilidad de las matemáticas en situaciones reales"

Se trata de pasajes ambientados en un pueblo donde la gente se dedica a la agricultura y a la ganadería. Intentan simular la forma en la que las ideas matemáticas han surgido, ya que “en ocasiones parece que las matemáticas son algo estanco, que ya está hecho y tenemos que aprender, pero realmente se crearon en situaciones cotidianas de civilizaciones que se remontan a la antigüedad”, aclara Inma.

Los cuentos representan estas situaciones, pero en un contexto infantil, donde los personajes aprenden contando los huevos de gallinas, vendimiando, calculando las ovejas que tiene un rebaño, etc.

“El objetivo principal es ayudarles a entender el mundo en el que viven y a comprender la utilidad de las matemáticas en situaciones reales”, cuenta Lizasoain. Para dotarles de un atractivo, están acompañados por unas ilustraciones realizadas por la artista Carmen Barrueco Mikelarena, titulada en Bellas Artes.

Otro de los objetivos, explica Inma “es que se interesaran por la vida que han podido llevar sus familiares o las personas que vivieron antes que ellos, y que sirvieran como recurso para entablar conversaciones intergeneracionales”.

Mediante estas breves narraciones se pretende enseñar los conceptos más básicos de las matemáticas como contar, medir o estimar. Cada cuento está acompañado por una serie de ejercicios que se pueden realizar en las aulas. “Son actividades de tipo taller que pretenden potenciar la experimentación, descubrir, explorar, con materiales y movimiento… que no sea un mero ejercicio de cálculo”, aclara la docente. La cronología de los cuentos también tiene un sentido, tanto por los conceptos que se enseñan como por los personajes que van apareciendo.

Esta ilustración muestra elementos geométricos.

Recursos para el profesorado

Los cuentos abarcan edades desde infantil hasta sexto de primaria. Su utilización es libre y se pueden encontrar tanto en la web de Erasmus+ como en la de la UPNA. Si que en el material relacionado hay algunos contenidos más dirigidos a la enseñanza a docentes para que se utilicen en las universidades y otros enfocados a la enseñanza infantil.

“Muchas veces el alumnado llega ya con experiencias negativas entorno a esta materia, por lo que, con proyectos como este tratamos de generar nuevas experiencias para cambiar su idea de las matemáticas”, explica Inma.

En cuanto a los estigmas y las dificultades del alumnado y profesorado relacionados con las matemáticas, Inma asegura que surgen por no contextualizarlas. “Quizás antes estaban más presentes en el día a día, ya que ahora a penas hacemos cuentas. En ese sentido creo que cálculo mental es muy bueno porque te hace poner en práctica un montón de propiedades de las matemáticas y a familiarizarte con ellas”, afirma.