Este domingo 3 de diciembre, festividad de San Francisco Javier, coincidiendo con la celebración del día de Navarra y el día del Euskera, la fundación cultural Altaffaylla celebrará un pequeño acto homenaje a la reacción popular acontecida entre 1983 y 1984, cuando el ministro liberal Germán Gamazo pretendió suprimir el régimen fiscal foral de Navarra. La movilización, una de las más populares que se recuerda en los últimos siglos, tomó el nombre de “Gamazada”, y cumple ahora su 130 aniversario.

Será a las 13:00h en el edificio de la fundación situado en la calle Cuatro Esquinas y consistirá en la colocación de una placa fundida en hierro, encontrada en un domicilio de Tafalla, que recuerda el levantamiento de la ciudad en 1893, en favor de los Fueros. En el acto participarán dantzaris, txistularis, gaiteros y coros. Posteriormente se celebrará un lunch para todos los asistentes.

La placa es una alegoría al Gernikako Arbola, el himno foral que se cantó en todas las manifestaciones de la Gamazada, en Tafalla incluso con letra en castellano. Con este acto la Fundacion Altaffaylla quiere recordar también el 170 aniversario del himno de Iparraguirre a las libertades vasco-navarras.

El Gernikako Arbola, himno vasco-navarro

El acto se celebra justamente una semana después de que varios colectivos culturales y sociales reclamaran en un acto celebrado en Urretxu, lugar de nacimiento de José María Iparaguirre, la canción como himno histórico de las siete provincias vascas, haciendo un llamamiento a entidades políticas y movimientos populares a reclamarlo y emplearlo en todo tipo de eventos: deportivos, musicales, políticos, etc.

Precisamente es en Tafalla y en la Ribera navarra donde más documentación hay del uso del Gernikako Arbola como himno de las libertades forales. Según cuenta Josemari Esparza en su Biografía del Gernikako Arbola, en 1894 la Banda de Música de Tafalla lo tocó en el recibimiento en Castejón a la Diputación, que anduvo negociando los Fueros en Madrid. Fue cantado en todas las estaciones por las que pasaba el tren.

También cuenta Nicolás Giral en su Historia de Tafalla, o Galarza en sus Memorias, que en Tafalla lo cantaron miles de personas. En las fiestas de aquellos años se repetía en todas las plazas de toros y muchos años más tarde, el Orfeón Pamplonés volvía a fiestas de Tafalla y le hacían repetir constantemente el himno, en la plaza toros, en el kiosko, en la despedida en la Estación… Toda la gente, carlistas o liberales, lo escuchaba de pie y descubriéndose la txapela.

Datos similares encontramos en toda la Ribera navarra: Fitero, Tudela, Cintruénigo, Cascante… Luego lo vemos interpretarse en las reivindicaciones forales de 1918, en la llegada de la República e incluso durante el franquismo. Todavía se pueden ver en Tafalla escudos del Banco de la Vasconia, placas de fogones, chapas de la Vascongada de seguros, mapas de la Caja de Ahorros Municipal, con la alegoría del Árbol de Gernika. Cuando hace 50 años los txistularis de Tafalla comenzaron incorporarlo en su Alarde anual, no hacían sino continuar una tradición.

Históricamente, el zortziko de Iparaguirre ha atravesado todos los corazones políticos: los católicos veían en él matices religiosos y al mismo tiempo los liberales, y luego los socialistas y comunistas, veían en él un canto pagano al árbol de las libertades republicanas. Ha sido cantado de un extremo político al otro, desde españolistas a nacionalistas, de izquierdas a derechas e incluso los anarquistas lo hicieron suyo.