Iker Uribeetxeberria Garmendia (Lakuntza, 1977) y Garazi Otsagabia Letamendia (Lakuntza 1991), han publicado Astoaren putza!, un libro de aventuras que se basa en la leyenda de Lakuntzako pertza, una historia local que se ha transmitido de generación en generación. De hecho, da nombre a la sociedad de Lakuntza, el corazón de la vida social y cultural de este pueblo. Precisamente, esta sociedad creada en 1966 recuperó al año siguiente esta celebración, perdida unos años antes, con una fecha fija, el domingo siguiente a la virgen de agosto, un día marcado en rojo en el calendario de los y las lakuntzarras.

En esta ocasión, la historia se traslada al tiempo actual con un relato lleno de acción, diversidad y magia. La protagonista es Bidane, una niña fuerte, valiente y autista, que junto a su burro Blas en la encargada de subir a lo altode Aralar el caldero con las morcillas para que en la romería a San Miguel no falte un buen almuerzo que llevarse a la boca. Pero a lo largo del camino se encontrará con diferentes obstáculos, tanto los pertenecientes al escabroso camino por el que debe ascender, como los suyos propios. Lejos de ser un obstáculo, su manera de ser le ayudará en esta aventura, según destaca Garazi Otsagabia, que ha escrito texto. Las ilustraciones son de Iker Uribe. 

El libro, editado por Gráficas Alzate, está dirigido a txikis de entre 6 y 10 años. “En las presentaciones hemos visto que más txikis escucharon muy a gusto. Por tanto, también es adecuado para edades inferiores”, apuntan. Y es que lo presentaron hace unos días en Lakuntza, con una sesión de cuenta cuentos, fórmula que repitieron días después en Irurtzun y esta misma semana en Altsasu. “Está siendo una experiencia muy bonita. La gente ha acogido con ilusión y estamos contentos con la respuesta”, comentan.

“El principal objetivo es transmitir a las nuevas generaciones de lakuntzarras esta leyenda de una manera entretenida, un cuento de aventuras que también es atractivo para los niños y niñas en general”, explica Garazi Otsagabia, licenciada en Filología Vasca y que trabaja como profesora de euskera en San Fermin Ikastola. Si bien es su primera incursión en la literatura infantil, en 2019 publicó el ensayo Beste gerrako kronikak, junto a Lurdes Otaegi. Asimismo, participó en la colección Egile nafarren euskal literaturaren antologia bilduma, de Asier Barandiaran. 

Más experiencia en este ámbito tiene Iker Uribe, ilustrador y muralista, que ha publicado Txirringa magikoa, Ni neu Galtzeta, Xaxardi, junto con Joana Ziganda, al igual que Bideak, a partir de una idea original de Xabier Unanua y Aritz Ganboa. 

Estos lakuntzarras han trabajado por primera vez juntos y lo han hecho con una leyenda que les toca muy cerca. La idea surgió de Garazi Otsagabia, que el año pasado subió por primera vez a San Miguel con su hija para celebrar esta fiesta, su estreno en el papel de madre. “Allí pensé que sería bonito escribir un cuento infantil y pensé en Iker. Le gustó la idea y adelante”, resume. 

Si bien se trata de una autoedición, para su publicación han contado con ayudas del Ayuntamiento de Lakuntza, Lakuntzako Pertza Elkartea, Cocinas Lacunza y Transportes Arregui. Está a la venta en las librerías de Sakana y en Elkar. 

La leyenda

 La historia del caldero de Lakuntza tiene diferentes narrativas. La más extendida es la que cuenta que en otros tiempos se celebraba en Aralar una fiesta que llamaba Amalatari. Como en toda fiesta que se precie, la comida era parte importante de la romería, sobre todo las morcillas, que se llevaban en los lomos de un burro desde Lakuntza. Un año, según se cuenta, en la subida el asno se resbaló y se cayó por un precipicio, al igual que el caldero, que rodó a trompicones por las cuestas de la subida a Aralar, v con la mala suerte de que una morcilla que había salido despedida fue a parar al ojo al molinero de Uharte Arakil. 

 “A través del libro pretendemos transmitir la importancia de la diversidad. Ser diferentes es otra manera de ser”, apuntan. Asimismo, quieren difundir la leyenda misma y el amor por el euskera. Y es que también es un pequeño homenaje a los y las lakuntzarras que han transmitido esta lengua y las costumbres de su pueblo. Es el caso de Blas Alegria, de quién toma el nombre el burro. Dado que el cuento está dirigido a txikis de toda Euskal Herria, está escrito en euskera batua. No obstante, no han querido pasar por alto la ocasión para introducir palabras propias del habla de Lakuntza, como tripota, nombre que se da en esta localidad a las morcillas, y diferentes expresiones.

Otro objetivo es dar voz a las mujeres. “Es un relato feminista. La abuela de Bidane y Martija de Jauregi, una curandera de Uharte Arakil famosa en la zona por su sabiduría y bonanza, un reconocimiento para que su historia no caiga en el olvido”, cuentan.