Cada mes de junio, desde hace 20 años, se rompe el silencio en el Alto de Igal, en la carretera que lleva a Vidángoz uniendo los valles de Salazar y Roncal, para homenajear a los más de 2.400 prisioneros antifascistas que la abrieron a pico y pala entre 1939 y 1941 obligados a trabajos forzados, una vez terminada la Guerra Civil. Es el reconocimiento a los esclavos del franquismo y a sus familiares.

Un acto sencillo que se repite a las puertas del verano organizado por el colectivo Memoriaren Bideak , una jornada cargada de Memoria, emoción y denuncia. En torno al monolito que les recuerda, hoy Lugar de Memoria, brotan las palabras, canciones y danzas y se unen las banderas por los vencidos de la guerra que allí dejaron su huella. Se suceden los abrazos de quienes se encuentran año tras año: descendientes arribados de distintos puntos de norte a sur de la península, que un día acompañaron a sus padres y abuelos, quienes dieron sentido a la mañana memorialista con sus sinceros y a veces, desgarradores, testimonios. Aquella primera del 19 de junio de 2004, 12 prisioneros que trabajaron en la carretera volvieron al Alto de Igal. También el represaliado burguiarra, Vicente Lacasia. Lo hicieron rodeados de más de 500 personas, en una vibrante y exitosa mañana. Retornaron tantas veces como se lo permitió la vida, siempre con el sentimiento manifiesto de agradecimiento, humildad y humanidad. Estos valores han quedado grabados en el colectivo Memoriaren Bideak, que se asoma completo y satisfecho al cumplir 20 años.

Memoriaren Bideak, con el cartel del 20 aniversario. Marian Zozaya

La obra Esclavos del franquismo en el Pirineo (2006) un trabajo de investigación de Fernando Mendiola y Edurne Beaumont, arrojó luz sobre el trabajo forzado, una faceta desconocida y cruel de la represión franquista desconocida que encontró eco en los valles pirenaicos de Roncal y Salazar a donde fueron trasladados miles de prisioneros. Juantxo Garzia de Azilu y Ana Barrena en Burgui, y Txemari Jimeno (Vidángoz) Esteban Gota y Pilartxo Beaumont (Salazar) reaccionaron con sensibilidad y compromiso dispuestos a romper el silencio de décadas y a dar espacio y voz a quienes sufrieon los batallones forzados. “A raíz de una charla de Fernando y Edurne en Burgui, Juantxo recogió el testigo y tiró para adelante convencido de que había que hacerles un homenaje. Decía que había que colocar un monolito en el Alto. Ha sido un recorrido largo, no sin dificultad pero con alegría, de 20 años de aprendizaje, pero ahora estamos contentos con el trabajo bien hecho. Fuimos capaces de dar a 15 prisioneros el soplo de aire puro para hablar y desahogarse y de ellos y ellas hemos aprendido el valor que han tenido para hablar y contarnos la verdad, hablar desde la humildad, nunca desde el enfrentamiento, la ausencia de rencor. Insistían en no repetir el pasado y esto está en nuestras manos. Destacaría también de su legado la resistencia y la confianza en la juventud”, recuerda Ana Barrena, al tiempo que agradece la presencia de la juventud.

Doce prisioneros acudieron al primer homenaje en el Alto de Igal. Marian Zozaya

Tejer redes

”Nunca pensamos que nuestra investigación nos llevaría tan lejos”, apunta Edurne Beaumont. “No imaginamos que 20 años después íbamos a estar celebrando este homenaje, que surgiría una pequeña red social. Tejer redes sociales, familiares en Burgui y relaciones en el Estado. Que el Alto de Igal se convertiría en un Lugar de Memoria y poder contar con la implicación del Gobierno de Navarra. En ese sentido, sentimos una satisfacción muy grande”. Añade la profesora e investigadora que en la actualidad siguen recibiendo mensajes de familias que gracias a esto han sabido que sus abuelos y padres sufrieron trabajos forzados en esta carretera”, detalla. Asegura que esto les lleva a sentir “la utilidad social y política de su trabajo, al reivindicar la Memoria de los trabajos forzados y la vulneración de derechos en torno a personas refugiadas, migrantes, el rechazo a las guerras y denuncias de la realidad del presente solapadas cada año al homenaje en Igal y Vidángoz. Fernando Mendiola, doctor, profesor e investigador, actualmente director del Fondo Documental de la Memoria de Navarra, destaca unión, libertad y generosidad como valores puestos de relieve en la trayectoria. Relata que no se plantearon dar continuidad al homenaje y en 2005 solo subieron a almorzar al Alto. “Fue en aquel almuerzo entre amigos cuando nos dijimos que había que seguir. Ya habíamos establecido contactos en el comienzo de nuestra investigación, por ejemplo, con la CGT de Sevilla , pionera, que nos ayudó mucho a nivel humano, divulgativo y de investigación. Les estamos muy agradecidos, también a los grupos y personas que nos ayudan cada año, autores del cartel. Somos un colectivo pequeño”, reconoce. Se congratula Mendiola por haber conseguido que participen en el homenaje voces diferentes, incluso “enfrentadas política y socialmente”. Apunta que “la Memoria es pasado, presente y futuro. Y advierte: estamos pendientes de las luchas de hoy”. . compromiso Ambiente en Vidángoz idiosincrasia El vecino de Vidángoz Txemari Jimeno , miembro del colectivo y dispuesto con la infraestructura a punto cada año, habla de lo que para él es lo más importante : “Haber dado voz a los prisioneros y haber crecido como personas con sus relatos de sufrimiento y dolor” . Además, haber heredado de ellos su espíritu de lucha, humanidad, positividad y compromiso, con mención especial para la labor de Luís Ortíz Alfau, último preso en volver a Igal , hasta su centenario. Pilartxo Beaumont, aún se emociona al recordar los comienzos Para ella fue un descubrimiento, “la unión de más de 500 personas de los dos valles, que no sabíamos que nos unía una carretera hecha con trabajo esclavo”. Asegura que le marcó conocer a los prisioneros, su talante y transmisión, con hincapié en que no se repita una guerra civil. Memoriaren Bideak pide hoy que cesen las abiertas en el mundo y pone de relieve la importancia de Escuelas con Memoria. Esteban Gota cierra la ronda con el lamento de que después de este tiempo y toda la lucha antifranquista, hoy “los represores y asesinos sigan teniendo tanto protagonismo”. Él pone el acento “en el compromiso político, e n la gente que viene de fuera después de 20 años y en el ambiente del pueblo de Vidángoz, “ en el que radica el éxito de este día con la comida autogestionada y la fiesta”. “Este ambiente festivo es parte de la idiosincrasia de nuestro homenaje”, concluye Edurne.

2004. Vicente Lacasia inaugura el monolito en la primera edición.

2004. Vicente Lacasia inaugura el monolito en la primera edición. Marian Zozaya

Programa

El acto del 20 aniversario se iniciará hoy a las 12.30, conducido un año más por el periodista, Juan Cruz Lakasta. Paqui Maqueda abrirá las intervenciones, por parte de la asociación andaluza Nuestra Memoria, que ha impulsado iniciativas en torno al Canal de los Presos, en Sevilla. Este es un tema que ya en 2004 llevó al Alto Cecilio Gordillo (Asociación Memoria Histórica y Justicia de Andalucía) pionera en torno al trabajo forzado. De Oiartzun, Gipuzkoa, llega Mikel Mendizabal, de la asociación Kattin-Txiki, para dar noticia de la reconstrucción de un barracón de prisioneros allí. Por su parte, Sergio Riesco, en nombre de la asociación Los Barracones (Bustarviejo, Madrid) presentará su iniciativa en torno a los Destacamentos Penales de la línea de ferrocarril Madrid – Burgos. Le sigue en el guión el recuerdo de tres querellas en las que se ha trabajado en estos 20 años. Por un lado, familiares de estos prisioneros darán noticia de la querella judicial presentada durante este curso para el reconocimiento del trabajo forzado bajo el franquismo como crimen contra la humanidad. Esta denuncia ha sido respaldada por la gran mayoría de sidnicatos (CCOO, CGT, EHNE,ELA, ESK, LAB, SOLIDARI, STEILAS y UGT). Sabino Cuadra hablará en su nombre y como miembro de CEAQUA, la coordinadora impulsora.

Tomará después la palabra Josemi Gastón, director del Instituto Navarro de la Memoria, que ha impulsado la reconstrucción del barracón de Igal y la declaración de la carretera como lugar de Memoria de Navarra. A este le seguirá la causa con la que se engarza el homenaje este 2024: la ola mundial de denuncia del genocidio que sufre la población palestina por Israel, con las palabras de la activista Miriam Bravo (Yala Nafarroa con Palestina) y de Ola Arafat, mujer palestina que ha perdido más de 50 familiares en los ataques sobre Gaza. Participarán también familiares de prisioneros de diversas procedencias, como Andalucía, Bizkaia, Catalunya o Haute-Garonne (Francia). Cristina Contreras y Toni Monzó hablarán en nombre de los familiares de los prisioneros de Albanchez (Jaén) que trabajaron en esta carretera. Nati Martínez, hija del prisionero bilbaíno Antonio Martínez, recitará, al igual que en el homenaje de 2004, el poema Prisioneros, escrito por su padre en Vidángoz, en 1940. Chantal Pénicaut Gorrindo, hija de una exiliada de Garde, acudirá desde Moramont de Comminges (Haute-Garonne, Francia) porla asociación VMRE (Voyages Mémoriels République Espagnole). Abrirán y cerrarán el acto el Grupo de Dantzaris de Otsagabia y los Gaiteros de Lumbier. El cantautor Iñaki Labaka, con tema inédito, Gorka Mediavilla, aurresku de honor, al txistu y percusión: Xanti Begiristain, Kepa Vales y Andoni Uzkeda , que igualmente forman parte de este dilatado compromiso .