La Rochapea estrena su primera feria del libro
Beatriz, Natalia, Bernardo y Julia organizaron este sábado un acto en el paseo de los Enamorados con obras de 30 autores del barrio, que hayan vivido en él o que hablen sobre la Rochapea
Natalia Núñez, Bernardo Apesteguía, Beatriz Bermúdez y Julia Itoiz son cuatro vecinos de la Rochapea que se conocían entre ellos, pero nunca habían puesto en común la doble afición que comparten: la lectura y escritura. En enero, fundaron En Kayaapa, una asociación que nació con el objetivo de convertirse en una editorial que produjera libros no comerciales y que apoyara causas ecológicas y sociales. “Somos autoeditores y queríamos unir ese esfuerzo”, recuerda Beatriz. En las primeras reuniones, Berni, como le apodan a Bernardo, expuso uno de sus sueños: juntar en un evento a los autores de la Rochapea y que los vecinos y vecinas pudieran conocer sus obras. “Llevo muchos años viviendo en la Rochapea, he publicado libros sobre el barrio y he escrito en la revista Ezkaba. Un día, me di cuenta de que había 30 autores que habían publicado obras sobre la Rochapea, que eran vecinos del barrio o que habían vivido ahí. Me pareció interesante intentar juntarlos para crear sentimiento de barrio”, explica Bernardo.
A Natalia, Beatriz y Julia les encantó la idea. Guiados por el espíritu de Kayaapa, palabra de origen cumanagoto –una lengua caribeña prácticamente extinta– que significa “juntarse para trabajar por lo común”; se pusieron manos a la obra y ayer, tras mucho esfuerzo, el sueño de Berni se hizo realidad: la primera feria del libro de la Rochapea, que se celebró en el paseo de los Enamorados. “No hemos podido elegir mejor lugar porque el paseo es un sitio simbólico y referente en el barrio”, señaló Bernardo.
La primera edición mostró los trabajos de más de una veintena de autores rochapeanos, escritores que viven o han vivido en el barrio o personas que han escrito sobre él: Maite Sota –poemas y cuentos infantiles y colaboradora de la revista Ezkaba–, Bakarne Atxukarro –cuentos infantiles de mitología vasca–, Iván Giménez –El corralito foral–, Luis Garde –El silencio del Cazador–, Estefanía de Paz Asín –La reina del Arga–, Endika Alonso –Uno entre un millón–, Iñaki Arbilla –escritor de novela, poesía y diarios–, Daniel García –director de la revista Ezkaba–, Iñaki Vergara –literatura de montaña, viajes y naturaleza–, el ilustrador Gorka Argandoña... “El objetivo es acercar las obras al público a través del autor, que nosotros sirvamos de enlace”, afirmó.
De 10.00 a 20.00 horas, los autores venden sus obras en las casetas, ubicadas frente a los pinos, los únicos árboles que sobreviven del antiguo paseo de los Enamorados. “Es un homenaje al espacio de antaño”, destacó Beatriz. Además, los escritores a los que no les quedaban ejemplares contaron con “la biblioteca personal de Berni”, una mesa donde se encontraron libros de casi todos los autores. “Están expuestos para que los vecinos conozcan los libros. Les explico dónde pueden conseguirlos y, si no están a la venta, les digo en qué bibliotecas están disponibles”. También se pudieron comprar ejemplares de escritores fallecidos –José María Jimeno Jurío, Patxi Larrainzar o Jesús Morrás Santamaría, Príncipe de Viana en 2014– y de los organizadores de la feria: Bernardo Apesteguía –Raíces del Runa–, Julia Itoiz –La otra experiencia. El libro que nadie quiso publicar a Jorge Oteiza– y Beatriz Bermúdez, que escribe cuentos sobre mitología de la Amazonía.
Además del encuentro con los autores, la feria organizó cuentacuentos en castellano y euskera, pintacaras, pintado de aves y árboles del barrio e incluso una actuación del grupo de danzas del Muthiko Alaiak. “Queremos que se convierta en un acto fijo. De hecho, hay autores que no han podido venir que se sumarían a una edición futura. Nuestro sueño es llenar de puestos desde el puente de Santa Engracia hasta San Pedro”, deseó Natalia.
Renaturalizar el paseo de los Enamorados
Durante la feria, se presentó “el sueño” de Julia: recuperar y renaturalizar el paseo de los Enamorados. “La gente que hemos vivido toda la vida en la Rochapea nos acordamos cómo era la zona. Cuando en el 2000 se realizó el desarrollo urbanístico, el paseo desapareció y quedó difuminado. Solo queda el trocito del parque y costó muchísimo que se llamara de los Enamorados”, lamentó Julia. Hace décadas, el paseo de los Enamorados era el camino que conectaba el puente de Santa Engracia con el de San Pedro. “Este espacio tiene mucha simbología para los vecinos. Es un lugar entrañable y popular”, incidió.
Kayaapa apuesta por la renaturalización y reducir los efectos de las islas de calor. “Debe haber políticas para revertir los efectos del cambio climático”, reivindicaron. Como primera acción, ayer pintaron corazones en el paseo de los Enamorados.
Temas
Más en Navarra
-
El vivero municipal de Miluze abastece de flores y plantas a los jardines de Pamplona
-
Los paros de mayo de las villavesas, también en fin de semana: estos son los días y las horas
-
Oberena celebra este sábado la IX Dantzari Ttikien Jaia en Arrosadia y Azpilagaña
-
La terraza de Baluarte reabrirá en San Fermín para disfrutar de los fuegos artificiales