Coronando el pequeño pueblo de Almenar de Soria se encuentra un castillo fortificado, de defensa. Lleva allí desde hace más de cinco siglos siendo el guardián de los vecinos del pueblo. Sus propietarios no son grandes nobles o condes como al gente puede llegar a pensar, sino unos vecinos de Cintruénigo.
“La gente se suele sorprender mucho cuando se entera que tenemos un castillo”, comenta Marina Jiménez, propietaria del castillo junto con sus hermanos. Y no es para menos, la gente suele vincular las grandes propiedades con “gente poderosa. Pero nosotros somos personas normales que por casualidades de la vida nos ha tocado esto”, añade.
Jiménez cuenta que el castillo llegó a su familia a finales del siglo XIX. “Lo compró mi bisabuelo, Celedonio Jiménez García. Vivía en Madrid y tenía una afección pulmonar, se mudó a Almenar por recomendación del médico, para cambiar de aires”, relata Marina. Allí, Celedonio conoció a su mujer, Luisa de Ledesma Ortiz de Cantonat, con quien compró el castillo a los condes de Gómara.
“Vivieron en el castillo durante casi toda su vida, mi padre, José Jiménez, nació allí”, expresa Jiménez. Fue de mayor cuando José consiguió la plaza de médico en el pueblo de Cintruénigo y se traslado a Navarra.
El castillo tiene un significado muy importante para toda la familia. “Mi padre nos trasmitió desde muy pequeños que era importante conservarlo, que era su casa, que allí habían vivido tanto sus padres como sus abuelos. Le tenía un cariño inmenso”, recuerda Marina.
Historia
La fortificación es de origen árabe, se levantó con el objetivo de proteger y vigilar. Desde la construcción del torreón en el siglo X, se han hecho multitud de modificaciones y mejoras hasta hacerlo lo que es hoy en día. En el siglo XV comenzó su reconstrucción con la ampliación de las estructuras defensivas con la construcción de un recinto interior y las almenas del muro exterior.
En abril de 1949, el castillo fue declarado Bien de Interés Cultural y actualmente es uno de los castillos mejor conservados de Soria. Esto es en gran medida gracias a los trabajos de mantenimiento que realiza la familia. “Los hermanos desde pequeños hemos estado muy implicados en su reconstrucción”, asegura Marina.
Cuando sus padres heredaron el castillo este estaba en estado ruinoso y llevaba muchos años abandonado. “Hicimos muchas reparaciones, las murallas, las torres... pero todavía quedan muchas cosas por arreglar”, indica. “Mis padres siempre hicieron los trabajos de reconstrucción con mucha ilusión y eso nos lo transmitieron a nosotros”, asegura Marina.
Para poder mantener la estructura, la familia creó hace unos años una fundación con el dinero que ganaron tras una serie que se grabo entre sus murallas. “Cuando tenemos que hacer alguna reparación recurrimos a la fundación”. Ellos mismos, junto con sus amigos, se encargan de arreglar cosas más básicas. Sin embargo, “a veces son cosas más graves y ahí recurrimos a profesionales”.
Con el paso de los siglos, han sido muchos los dueños del castillo. Ha pertenecido a familias como los Gómara, Bravo de Laguna, Saravias, Ríos... cuyos escudos siguen colgados en las paredes. En el siglo XIX llegó a estar alquilado a la Guardia Civil.
“Mi padre nos trasmitió desde muy pequeños que era importante conservarlo. Le tenía un cariño inmenso”
Datos curiosos
El castillo ha sido testigo de multitud de historias y ha conocido ha personajes de lo más ilustres. Bajo sus techos se han hospedado reyes como Carlos II El Hechizado y Felipe V El Animoso. También, ha servido de inspiración de escritores tan relevantes como el poeta romántico Gustavo Adolfo Bécquer que lo tuvo en mente para escribir algunas de sus famosas Leyendas, la 10º leyenda, La Corza Blanca, y la 12º leyenda, La Promesa.
Sus muros, además, vieron nacer en 1894, cuando la planta de abajo se utilizaba como cuartel de la Guardia Civil, a Leonor Izquierdo, “esposa breve y musa permanente” del escritor y pensador sevillano Antonio Machado. Más recientemente ha sido escenario de algunas de las escenas de la serie de Prime Video, El Cid.
“Hay muchos turistas que se acercan a ver el castillo, esta incluido en todas las guías de Soria”, declara. “Además, tras la serie se hizo más conocido y hemos notado que viene más gente. Muchas asociaciones culturales y colegios que estudian a Antonio Machado quieren acercarse y solemos hacer puertas abiertas”, relata Jiménez.
El pueblo, cuenta Marina, ve el castillo como un valor añadido. “Le tienen muchísimo cariño y saben que siempre esta a su disposición para lo que necesiten. Muchas veces nos lo han pedido para hacer bodas, actuaciones culturales, incluso se ha hecho algún torneo de ajedrez. Nosotros siempre encantados de cederlo”, concluye.