Los Gigantes de Huarte están de celebración, y muy bien acompañados, además. Este sábado han festejado el Día de la Comparsa, junto a los 72 años de los reyes y 36 de los mayordomos, en una mañana lluviosa en la que no han parado de mirar al cielo esperando algún claro que les permitiera recorrer las calles de la localidad. Ese momento no ha llegado, a pesar de que la lluvia era intermitente, y los cientos de asistentes han tenido que conformarse con presenciar el recital en el interior del frontón Toki Alai, en el que entre pasacalles y valses, gigantes de hasta siete comparsas distintas han deleitado a los más jóvenes, y a los que no lo son tanto.
“El Día de la Comparsa tiene su origen en el final de la pandemia, cuando surgió la necesidad de reencontrarse con la gente”, explica Dorian Martínez, responsable de la Comparsa de Gigantes de Huarte. Fue su primera actuación tras el parón pandémico, por lo que es un día especial para el grupo. Este año, además, han recibido la visita de las comparsas de Berriozar, Milagrosa, Villava/Atarrabia, Lazkao, Valle de Egüés y Noáin. Las concentraciones de gigantes son algo habitual en numerosas localidades navarras, y aunque la de Huarte debía haberse celebrado en 2021, coincidiendo con el 70 aniversario de sus dos primeras figuras, “no ha quedado más remedio que atrasarla este año”, reconoció Martínez.
Una maraña de silletas en la entrada dificultaba el acceso de muchos a un frontón abarrotado, y al mediodía, la música de las gaitas ha invadido el espacio. “Los gigantes siempre atraen a mucha gente, pero hacía mucho que no veía a tanta en este frontón”, reconoce Patxi Rubio, gaitero uhartearra.
Es el caso de Beatriz Dufur, vecina de Huarte, que ha acudido con su hija y sobrinos a disfrutar del espectáculo. Declara que “los gigantes hacen que venga mucha gente de fuera, al igual que gente de aqui se desplaza a otros sitios”, y añade que “son edades en las que los gigantes tienen un gran tirón”. Precisamente, Joana y Juan Carlos, de Zirauki, han decidido acudir con Egoi “porque al txiki le encantan los gigantes”, y a pesar de que sus favoritos son los de Gares, ha disfrutado mucho la mañana del sábado.
Saioa Larrainzar, porteadora de la Comparsa de Huarte, reconoce que bailar gigantes es un momento de desconexión y centrarse en el interior de la figura, olvidándose de todo lo que hay fuera. Señala que las fechas grandes para ellos son las fiestas de la localidad, que se celebran en septiembre, junto con el Uharteko Eguna, carnavales y el Día de la Comparsa, celebrado ayer. “Son las fechas que más actividad conlleva para la comparsa, sobre todo por el trabajo previo que nos lleva”, dice.
En Huarte, los gigantes no tienen nombre. “Quien los creó en 1951 no les quiso poner uno específico”, explica Martínez, joven responsable que acaba de coger el testigo del mando. La Comparsa de Gigantes de la localidad cuenta con una amplia cantera de chavales que garantiza el relevo generacional.
Al término de la exhibición y para que nadie se quedase con las ganas, todos los gaiteros han entonado al unísono la Polonesa, y finalmente sí, los gigantes de las siete comparsas han podido salir bailar juntos en la plaza a pesar del xirimiri.