BURLADA.- El suyo es un cargo de confianza designado por Alcaldía (Na+). El nuevo jefe de Policía de Burlada, Javier Lizarraga, anuncia la intención del Equipo de Gobierno de recuperar la ordenanza de civismo y un convenio con Pamplona para que agentes de la capital refuercen el servicio en fiestas.

Estudió magisterio y sin embargo ejerce de Policía. ¿Por qué ese cambio?

-Trabajé como recepcionista en el Iruña Park, el Reyno de Navarra... y la relación con la gente se me daba bien. No soy de meterme en una fábrica o una oficina. Vi que era una opción y me dio por ahí. En magisterio hice las prácticas y hasta ahí. Ahora mismo no lo cambiaba. Viendo también que el trabajo en hostelería era muy duro, me puse a estudiar y saqué plaza en Huarte. En 2004 me casé y fui a vivir ahí. Y vivir y trabajar en un pueblo tan pequeño eran las 24 horas, porque es muy familiar. Y decidí presentarme en Pamplona, donde además podía tocar muchos más temas. Y una vez colgaba la ropa, me olvidaba.

Dice que le gusta la calle, pero ahora le tocará mucho trabajo de despacho...

-Sí. Pero también de trato con gente. Con políticos, sindicalistas, con compañeros... y es algo que me apasiona. Mi fuerte son las personas. Y aunque no sea un trabajo de calle con el ciudadano y sea más a nivel interno, es un cambio de aires.

¿Cómo le surge esta oportunidad? ¿Conocía a alguna persona del equipo de Gobierno?

-Conozco desde siempre a la alcaldesa, Ana Góngora, porque soy de la cuadrilla de su hermano. Conoce mi trayectoria, sabe que soy de Burlada, qué tipo de persona soy, cómo trabajo, cómo soy con la gente... y que soy Policía. Por mi perfil ella creía que era el adecuado, y no me costó mucho aceptar. La verdad es que, por lo que he oído, es una plaza complicada. Pero viniendo de Ana, porque yo también sé cómo es ella y el talante que tiene, todo lo que sea ayudar bienvenido sea. No entro con ninguna afiliación política. Entro porque confío en Ana y en su forma de trabajar. Y vengo a trabajar por el pueblo.

¿Por qué dice que Burlada es una plaza complicada?

-Por un lado por la plantilla. No sé si ha sido en la última legislatura, pero tres personas están con una baja de larga duración, otras tres en comisión de servicios porque no aguantaban más aquí y se han ido a otras policías. Otro en excedencia, que estaba de cabo y se ha ido a agente, a su puesto de origen, perdiendo rango y dinero. Otros cuatro agentes están opositando para otras localidades porque aquí no quieren seguir. Y uno más el 31 de diciembre de 2018 permutó con otra persona porque no quería seguir aquí. De una plantilla de 31 agentes, me encuentro con que siete no están. Se ha intentado cubrir con auxiliares y ahora tengo cuatro agentes en la academia que entran a final de año. Pero es una plaza muy complicada porque a nivel interno ahora mismo está bastante descompuesto, hay rencillas personales entre compañeros... Y a nivel político también es una plaza complicada, porque con un gobierno en minoría va a ser difícil llegar a acuerdos.

Sin ir más lejos, su retribución se aprobó por los pelos, con la oposición de EH Bildu y Cambiando Burlada y la abstención del PSN.

-A la alcaldesa le dije que iba con ella a cierra ojos. Y cobrando lo mismo que había presupuestado el anterior Equipo de Gobierno para la jefatura. No quiero ni un duro más ni un duro menos. La oposición proponía que cobrase 200 euros más de lo que cobro en Pamplona, que sería menos que un agente en Barañáin. Pero la responsabilidad no tiene nada que ver. Estoy separado y tengo tres hijos. En Pamplona hacía mis 8 horas 15 días al mes. Y el resto lo dedicaba a mi familia. Aquí trabajo todos los días, mañana y tarde. Lo asumo perfectamente y me voy apañando con los críos. No he venido aquí a lucrarme, he venido a cumplir unas funciones directivas que ya vienen establecidas por ley, con unos complementos y requisitos que cumplo. Sé que es oposición, no me lo tomo como algo personal. Pero voy a cumplir las mismas funciones que el anterior jefe, espero que incluso mejor, y no entiendo por qué mi asignación tendría que ser menor.

¿Ha hablado con el anterior jefe de Policía, Egoi Beperet?

-Poco. A nivel personal no le conozco, he coincidido con él dos o tres veces, el trato ha sido bueno y me ha comentado un poco. Sobre todo me he informado a través del subinspector, que estuvo de jefe interino.

¿Dónde tiene que centrar sus esfuerzos esta Policía?

-Burlada es una población de paso y por ejemplo requiere un trabajo importante a nivel de tráfico. Mi idea es que todo funcione lo mejor posible, sabiendo la idiosincrasia de Burlada, donde convive muchísima gente de todo tipo. Y primero hay que trabajar para que la plantilla para que esté bien. Quiero que Burlada sea una ciudad tranquila, que la gente viva bien y que se pueda dar un buen servicio. No tengo ninguna aspiración más: que aquí estén bien a nivel interno, y si lo están la población lo notará.

¿El equipo de Gobierno le ha dado alguna directriz?

-El único cambio con respecto al anterior Equipo de Gobierno es que el actual quiere recuperar la ordenanza de civismo, que había estado vigente en Burlada durante muchísimos años. Yo me comprometo a hablar, o a crear una comisión de trabajo con los distintos grupos políticos, de manera que haya un consenso. Que no sea una ordenanza que la oposición considere agresiva, sino que cubra los derechos y que los policías tengan una herramienta importante para trabajar.

¿Plantean algún cambio más?

-Estamos a punto de firmar el primer convenio de colaboración con la Policía Municipal de Pamplona. A nivel de la nueva Ley de Policías va a ser el primero que se firme en Navarra entre dos localidades. En base a ese convenio y a la partida presupuestaria que ya tenemos asignada en Policía Municipal, van a venir tres agentes de Pamplona, formados y equipados, como agentes de Burlada para reforzar el servicio en fiestas. Todavía quedan algunos flecos jurídicos, pero me parece un tema muy importante de cara a abrir el melón de la colaboración entre distintos cuerpos en Navarra.

En la anterior legislatura Burlada se adhirió al sistema VioGen para casos de violencia de género. ¿Seguirá apostando por esa herramienta?

-Sí, es una línea de trabajo muy importante y vamos a seguir muy implicados. Dos mandos llevan este sistema con varios agentes. En Burlada hay 62 casos de mujeres en riesgo por violencia de género. El riesgo bajo o no apreciable lo llevamos aquí, y el moderado o alto Policía Foral con la unidad especializada. De esos 62 casos, 12 los lleva Policía Foral y 50 nosotros. Se entrevistan cada poco tiempo con ellas, ven sus necesidades, marcan dónde está la persona, si tiene orden de alejamiento... Los policías están muy implicados y tienen especial dedicación y empatía. Es un tema que se llevaba y se va a seguir llevando con una delicadeza extrema.