Este jueves han declarado como testigos Mikel Bezunartea (PSN), que fue consejero de Andacelay, al igual que Mikel Etxarte, edil de Geroa Bai. También han hecho lo propio Amaia Etxarte, Miguel Úcar, Álvaro Carasa y Joseba Orduña, entre otros. Algunos de ellos fueron informados en el consejo de administración de Andacelay sobre lo encontrado en el ordenador que utilizaba Potau y formaron parte de ese pleno que, en 2013, decidió llevar esos archivos a los juzgados. Se hizo firmar a los consejeros de la sociedad que quisieron acceder a la información “un documento de confidencialidad” y todos los partidos de la oposición convocaron una rueda de prensa “para trasladar a la opinión pública sobre lo sucedido”.

Bezunartea (casado con Clavero en 2017, relación que afirmó haber iniciado en 2015) ha dicho que perdió la confianza en Etxeberria por “desconocer” cómo se había llevado a cabo la recuperación de los archivos del ordenador y que se sorprendió “por que entre proveedores y Ayuntamiento existiera una relación”. Desconocía que Potau hubiera trabajado de forma previa para el grupo Cin, al que pertenece Laranzor. En el ordenador de Andacelay aparecieron IPRF, facturas, contabilidad, nóminas etc, de la empresa Laranzor., la cual obtenía adjudicaciones de Andacelay y del Ayuntamiento.

Ante preguntas de la acusación sobre las fotos y la rueda de prensa, Orduña y Mikel Etxarte han señalado que en el pleno “no se entregó ningún dossier con las fotografías” ni documentación. Orduña ha insistido en que en la rueda de prensa “se decidió contarlo que se había visto pero no enseñar su contenido” y también han coincidido con otros concejales en que tras el traspaso de poderes “no resultó fácil” y les costó conseguir información sobre la sociedad e incluso la baja de Potau.