- El colegio de zona Lokiz de Ancín se ha quedado pequeño. Instalado en la vieja escuela construida en 1930, desde hace tres cursos la matrícula de nuevos alumnos se ha duplicado pasando de 22 a 46. Hace solo cinco años la situación del colegio era crítica, "contábamos solo con veinte alumnos y lo peor era que los padres de los más pequeños nos decían que no matricularían a sus hijos en el centro" comentó, el director, Koldo Solchaga. Aquello hizo pensar que al colegio de Ancín le sucedería algo similar a lo que le ocurrió al de la vecina localidad de Murieta, donde vieron cómo se cerraba su colegio público porque la mayor parte de los alumnos se habían matriculado en centros de Estella y solo cuatro permanecieron en el del pueblo.

En el colegio de Ancín, que entonces se llamaba San Fausto, "veíamos, curso a curso, que iba a menos porque su oferta no gustaba. No tenía modelo D ni Pai y tampoco disponía de comedor" añadió Solchaga. Un situación que movilizó a un activo grupo de padres y educadores del centro que comenzaron a moverse para ver si se podría adoptar el modelo D (euskera) y que el colegio que hasta entonces era local fuera también de zona. Una iniciativa que tuvo su éxito en poco tiempo ya que el curso 2017/18 arrancó con 22 alumnos, ocho de los cuales lo hacían ya en el modelo D. En apenas dos cursos el número de alumnos del colegio de Lokiz (que acogía a las localidades de Valdega, La Berrueza., Lana y Metauten), ha pasado a contar con 46 alumnos de los que 24 pertenecen al modelo D, además de los 12 que mantuvieron o eligieron el modelos A (castellano). Desde el centro comentaron que el éxito de las nuevas matriculaciones se puede deber a varios factores, entre ellos "que los niños de aquí ya no salen fuera y que han venido otros vecinos que antes vivían en la ciudad y que valoran que sus hijos estudien en euskera y en una escuela rural". Con la experiencia de la pandemia hay más gente que quiere vivir en los pueblos por lo que, "a nada que se apunten la mitad de los chicos que viven aquí, no cabremos". Y es que las cifras de este rincón de Tierra Estella dicen que hay 143 niños que podrían elegir este colegio actualmente, al ser un centro de zona, pero que, además, hay 28 niños y niñas de 0 a 3 años que si ingresan en los próximos años, colapsarían el centro. Otro de los datos que suelen alterar la vida del colegio de Lokiz es la llegada de los hijos de los temporeros del campo, que llegan en su mayoría a la recogida del espárrago. Son unos doce chavales, aunque este último año, con el confinamiento, algunos no llegaron "y no sabemos qué sucederá el próximo".

Las cifras hablan por si solas: en un colegio de 46 alumnos y ocho profesores, apenas cuentan con dos clases, junto con una tercera más pequeña que se habilitó hace dos años "y el comedor que también lo utilizamos para algunas clases", comentó Solchaga. Un espacio muy limitado en un edificio histórico dentro del casco antiguo de la localidad, donde tampoco existe posibilidad de ampliaciones. Todo esto conduce a pensar que el futuro inmediato podría ser la creación de un nuevo centro que asumiera a a los actuales alumnos y toda esa nueva generación de niños y niñas que elijan el Colegio de Lokiz.

La Covid está haciendo que haya más gente que se esté trasladando "al mundo rural" comentó, el director del centro "estoy seguro de que seguirá aumentando el número de alumnos en esta escuela". Y es que otra de las razones que hablan de su éxito, es la elección de los padres de que sus hijos estudien en un colegio rural donde los ratios son mucho menores y "podemos trabajar metodologías más activas, donde el alumnado sea quien lleve el aprendizaje, algo que es más fácil en un colegio con pocos alumnos" comentó el director de Lokiz. "En una escuela rural todo es más cercano, las familias están más cerca y hay menos normas".