En 1987 Barbarin tenía 131 habitantes, hoy solo 49 figuran en el censo. La última niña en nacer cuenta ya con 20 años. Estos son alguno de los datos que explicarían la caída del 62% de la población. Algo que preocupa a Carmen Puerta, quien precisamente vino de Pamplona con sus dos hijos hace quince años y se afincó en esta localidad de Tierra Estella.
Desde hace dos años es la alcaldesa, tras Carmen Iturri que estuvo al frente del ayuntamiento durante dos décadas. Un tiempo en el que Iturri vio cómo muchos vecinos se fueron muriendo y otros se dieron de baja del censo "unos por trabajo, otros por ayudas, el caso es que en las ciudades hay más armas para mantener a los vecinos" comentó. Carmen Iturri, tuvo que asistir como alcaldesa al cierre definitivo del convento de la Santísima Anunciación, del que tras salir las cuatro últimas monjas, la orden cerró y puso en venta.
Desde hace unos días el monasterio tiene nuevos propietarios y eso se nota en el mayor trajín por las calles de Barbarin. Son Jan y Annemieke Bouwman, procedentes de los Países Bajos y que están reformando el viejo edificio a la espera de que sus cuatro hijos vengan también a vivir a Barbarin. "Si el convento era un espacio cerrado, queremos que ahora sea abierto para todo el mundo", comentaba Jan Bouwman, que cuenta con la ayuda de dos nuevas vecinas, la norteamericana de Michigan del Norte Michele VandeSteeg, de 40 años y la italiana Severena Zancanaro de 44, que han trabajado como voluntarias en distintos albergues del Camino de Santiago.
Pero tras las últimas incorporaciones, la población sufre envejecimiento. "Hoy han sido vacunados los más mayores" comento Carmen Puerta, quien defiende que pese a la despoblación, también hay que ver qué puede ofrecer cada pueblo. "No nos podemos volver locos y construir un polígono o viviendas". Puerta habló de que cada pueblo tiene que cuidar sus fortalezas: "la tranquilidad también es algo importante". Hay recogida una cita del poeta Mario Zunzarren que escribió para Barbarin "donde reposa el cansancio". Y es que la poesía es otro de los puntos que diferencia a esta localidad. Entre sus calles se encuentra la Plaza de los Poetas, una iniciativa acompañada de un premio literario y un encuentro de poético anual.
La actividad se acelera
Con la llegada del buen tiempo, la actividad de Barbarín se acelera: jornadas de teatro, conciertos de música, cenas populares... "Aunque este año con la pandemia se ha parado un poco". Actividades en las que participan activamente los vecinos y también los foráneos. "En realidad no nos fijamos en el número de empadronados porque sabemos que todos los que vienen a Barbarin son vecinos del pueblo. "En verano, estamos más de cien personas. Vuelven los vecinos y otros que aún viniendo de fuera participan en la vida del pueblo" señaló Puerta quien se mostró esperanzada en que el número de vecinos crezca, "pero es importante que Barbarin mantenga su esencia".