Cientos de tudelanos se acercaron ayer hasta la plaza Vieja para llenar de flores a Santa Ana en la ya tradicional ofrenda floral organizada por la peña Teba. Sin embargo, esta vez no fue una cita normal, pues la patrona estrenó por primera vez un nuevo manto blanco elaborado por las camareras de Santa Ana, tras haberse estropeado el que se utilizaba hasta el año pasado.

Como si de una carrera de relevos se tratara, algunos de los socios más jóvenes de la peña, junto con otros históricos, se fueron pasando los ramos mano a mano hasta llegar a Miguel, quien -subido a una escalera- iba organizando la colocación de los ramos dentro de la estructura metálica. Unos 3.000 ramos, en su mayoría de color blanco y rojo, repletos de flores de todo tipo: claveles, rosas, calas y hasta algún girasol.

Tras la procesión del día 26, la ofrenda floral se ha convertido en una cita ineludible para los más devotos, que no dudan en regalarle flores a su patrona. “Este es uno de los actos más bonitos y para la peña es un orgullo”, comentó Javier Lafuente, uno de los miembros de La Teba, quien también defendió que “la ciudad se involucra mucho y todo el que haya sobrevivido al chupinazo estará seguramente aquí”. Acompañando el acto estuvo buena parte de la corporación municipal, así como la comparsa de gigantes, que le dedicó un baile a la patrona.