Si hablamos de los protagonistas más grandes de fiestas, no cabe duda de que nos referimos a los gigantes. No es atrevido decir que, estadísticamente hablando, Tafalla será una de las ciudades con más figuras por habitante, ya que además de la comparsa municipal, la localidad cuenta con otras dos; las de Asier Marco e Ikastola. No serán pocos los padres y madres que les tengan cierta tirria, ya que el fenómeno fan que arrasa entre txikis los llevará a saberse de memoria todos sus valses y pasacalles de tanto escucharlos en casa. Les tocará acompañar a las diversas figuras en las salidas anuales y festivas, sorteando silletas y muetes para hacerse hueco cerca del personaje favorito del peque. Además, seguramente no falten en casa las réplicas de goma que tan de moda están, si es que no tienen también las colecciones de otras localidades. Habrá incluso quien tenga la suerte de contar con un gigantico propio, gracias al manitas de turno. En fin, todo sea por la prole. Centrándonos en los comienzos de la comparsa oficial, que cumple este año 105 años, la Historia de Tafalla (Altaffaylla, 2001) de José Mari Esparza muestra datos y anécdotas interesantes sobre como se creó y se afianzó la colosal comitiva. Todo comenzó con una carta datada en 7 de junio de 1919 y redactada por el entonces concejal Teodoro Galarza, solicitando a la Fábrica de Juguetes y Artículos de Carnaval F. Losada y Cía la creación de cuatro gigantes, cuatro kilikis y dos zaldikos. El dos de agosto siguiente salían para Tafalla, por ferrocarril, doce bultos con 269 kilos de peso, conteniendo “un juego de Gigantones de Reyes, un chino, un moro y dos zaldikos”. En total costaron 1.823 pesetas. Hubo que esperar sesenta años para que el chino y el moro dejaran su soltería.
EL PRIMER BAILE
El 15 de agosto de aquel mismo año harían sus primeros bailes al son de txistularis y gaiteros. La cuadrilla del Conejo, famosa por su temple y por ser la protagonista principal de los sucesos comunaleros del año 1908, formó la base de los primeros danzantes. Estos eran Benito Aldaz, Juan Mateo, Jesús Esparza, Ceferino Inchauspe, Florencio Esquíroz, Cucarra, Juan Tudela Zabalegui, Julián y Francisco Olcoz, José María Esparza, Marcelino Sánchez, Cruz Ciáurriz, Feliciano Salas, Victorino Sánchez, Alejandro Lerga, Domingo Marquina, Miguel Espinal, Enrique Goñi, Tomás Goyena y Silvano Eguaras.
En 1930 la comparsa realizaría su primera actuación fuera de la localidad, en el Día del Euskera celebrado en Iruña y organizado por Euskeraren Adixkideak. Dos años más tarde, el 14 de abril de 1932, aniversario de la proclamación de la República, el fervor antimonárquico arrebataría a los reyes sus coronas de escayola para siempre, ya que las que vendrían después serían de metal.
LOS 80: BODAS Y DISTURBIOS
En 1981 llegarían las segundas nupcias. Jose Mari Esparza, concejal de Festejos, viajó a Zaragoza a por las “novias” que faltaban al Chino y al Negro. Mari Jose Ruiz, Barquillera, pergeño a mano alzada los rasgos de la Negra, mientras que Esparza hizo lo mismo con la China, a base de rasgar los ojos a una foto de la Grace Kelly, princesa de Mónaco. Los artistas tuvieron diferente éxito: la Negra salió guapa y la China, pese al modelo elegido, salió fea como ella sola. Se realizó una campaña popular para pagar los nuevos gigantes, y los miembros de la Comparsa de Gigantes que coordinaba Julián Esquíroz organizaron salidas y cuestaciones para recabar fondos. El 14 de agosto de aquel año gaiteros de todo Navarra, de Álava, Guipúzcoa e Iparralde acudirían al estreno, donde se homenajeó al portador de gigantes más antiguo, Jesús Ojer, Cañuca. Tres años más tarde cruzaron la frontera navarra por primera vez para viajar a Sitges, junto a otros grupos culturales locales.
Los 80 fueron años de convulsión política, y a los Gigantes también les tocó presenciar alguna que otra anécdota. Narra la revista Merindad que La víspera de San Sebastián de 1986 varios guardias civiles de paisano se enzarzaron con un grupo de jóvenes y dos guardias terminaron en el suelo, con una docena de puntos de sutura. El día del patrón detenían a Yolanda Jiménez Biurrun Lili, diecisiete mayos, hija de Nicanor, el del bar. Era miembro del Grupo de Danzas y debía desfilar acompañando al Ayuntamiento. Sus compañeros bloquearon la salida de la Corporación y corearon gritos para que fuese puesta en libertad. Gigantes, Banda, Obispo y concejales esperaron para salir hasta que las negociaciones de alcalde y concejales con el cuartel dieran sus frutos. Sacaron a Lili, sonaron las gaitas y la fiesta resucitó Esa tarde María José Galar y Angel Ojer también serían detenidos. En juicio posterior, todos fueron absueltos por falta de pruebas. Al siguiente año no sería la Guardia Civil la que aguó el día grande, sino una gran nevada, que impidió a la comparsa desfilar a Santa María.
FALDA BAJO FALDA
No fue hasta las fiestas de 1991 cuando por vez primera, una mujer bailó un gigante. Fue Uxue Goñi Zabalegui, que a sus quince años y antes de bailar el Chino había bailado los gigantes de la Ikastola. 3 años más tarde, el 30 de julio de 1994 se celebró el 75 aniversario de la Comparsa de Gigantes, con un gran acto folclórico en la Plaza de Toros. La obra más aplaudida fue la titulada Gure Konpartsa, con música de Carlos Etxeberria, letra en euskera de Angel Iriso Zaki y coreografía de Jose Mari Boneta, con participación de txistus, gaiteros, orquesta y corales. Con motivo de la efeméride se editaría un vídeo patrocinado por Ascota.
RECIENTEMENTE
Hace cinco años celebraron su centenario con varios actos entre los que destacó un exitoso espectáculo en la Plaza de Toros. En fiestas, Alaitz Lizarazu, Esti Esquiroz y Javier Ezquerro tuvieron el honor de lanzar el txupinazo en nombre de la comparsa. Lo hicieron junto a los concejales, representando al cómputo del pueblo que arrimó el hombro tras la riada. Durante su extensa andadura, la comparsa ha bailado en Pamplona, Tudela, Sangüesa, Estella, Lumbier, Olite, Pitillas, Murillo el Fruto, Carcastillo, San Martín de Unx, Ujué, Garinoain, Noain, Peralta, Falces, Calahorra, Soria, Tolosa y Oñati, Matadepera, Sitges, Benidorm, Zaragoza o Madrid, entre otras localidades. El 20 de agosto del pasado año los personajes fueron bautizados: el rey como Sebastián, patrón de Tafalla; la reina Asunción, en honor a la virgen; el chino Xuxu; la china Xía; el negro Bongani y la negra Zuna. El tiempo mostrará si los nombres de pila calarán entre la población o se les seguirá llamando por su raza o condición.
Actualmente, la comparsa está formada por 38 personas y tiene como director al joven Dani González. Parece que hay cantera para rato y que el furor por la tradición se mantiene. Al parecer, las tablets, los videojuegos y los entretenimientos más modernos no han podido todavía superar la magia de esta fórmula tan antigua: Una figura de mimbre y metal que baila y da vueltas.