Las fiestas de Aurizberri-Espinal ponen este domingo su broche final tras 4 intensos días de celebraciones con un emotivo acto de homenaje. El evento, que tuvo lugar en la plaza tras la misa patronal, sirvió para rendir tributo a dos vecinos mayores de 70 años, residentes en la localidad, y para homenajear a cinco bebés nacidos en el último año.
La presidenta del Concejo, Ana Almirantearena, fue la encargada de dar la bienvenida a las personas homenajeadas. “Hoy nos reunimos en esta plaza para celebrar la vida y el paso del tiempo que nos une en un mismo camino como pueblo”, comenzó. En su discurso dirigido a los mayores Juanjo Villanueva Arriet y Jokin Martínez Txoperena, Ana destacó su legado y compromiso con el pueblo. “70 años de vivencias, trabajo, esfuerzo y compromiso con este pueblo. En el año que nacisteis, 1955, nuestro pueblo estaba en plena etapa de prosperidad”, dijo, refiriéndose a la construcción de la vivienda caballeriza, la casa del médico, la escuela de chicas o el edificio donde hoy se ubica el Bar Ederrena. “Hoy queremos daros las gracias por todo lo que habéis aportado, por vuestro trabajo, vuestras historias y por mantener nuestras tradiciones. Sois una parte de lo que hoy somos”, resaltó.
Después de mirar al pasado, tocó el turno de mirar hacia el futuro. Así, fueron llamados los txikis Iratz Larrea Martínez, Oier Gantxegi Caballero, Dunia Garralda Nebra, June Barberena Ilundáin y Arrate Caizán Saso, a quienes, al igual que a los mayores, les impusieron el pañuelico rojo de fiestas con el escudo de Aurizberri-Espinal como símbolo de pertenencia y unión con el pueblo. “Ya son parte de esta comunidad. Un pueblo que os espera con los brazos abiertos, con el ejemplo de generaciones como la de Juanjo y Jokin y con el deseo de que crezcais gobernadas de afecto, de valores y formando comunidad, continuando la historia que otras personas empezaron”, concluyó.
El homenaje, que también incluyó la participación de la coral Auzperri Abesbatza y de la comparsa de gigantes y txistularis, fue uno de los actos más especiales del último día de fiestas, donde también hubo juegos infantiles, partidos de pelota y bailables, acabando unas fiestas que, un año más, reforzaron el espíritu comunitario tan característico de Espinal.