pamplona - Las comunidades de vecinos de las calles Río Salado 1, 2, 3, 5, 11, 15 bis y 17; Río Ega 10, 12 y 16; y Escaleras de Erletokieta 2, 4 ,6, 8 y 10 han presentado una denuncia contra el Ayuntamiento de Pamplona por omisión de funciones ante los “graves problemas” que está generado la actividad de la discoteca Caney de Milagrosa. En el escrito alegan el incumplimiento de la normativa urbanística, medio ambiental (ruidos y vibraciones en viviendas) y de seguridad ciudadana y acusan al Consistorio de no tomar cartas en el asunto pese a las “reiteradas quejas”. Los problemas, señalan, tienen su origen hace dos años con la apertura de la nueva discoteca, y desgranan las “irregularidades percibidas durante la tramitación del expediente de solicitud de licencia para convertir una puerta de emergencias en puerta principal de una discoteca sita en los bajos de un edificio residencial, en el centro de Pamplona”. Así, la salida de emergencias en la calle Erletokieta se convirtió, indican, en la entrada principal, y se autoriza por tanto a través de “una calle peatonal inapropiada urbanísticamente para dicha finalidad, parte en rampa y parte mediante escaleras, inmediatez a las viviendas, estrechez, mala iluminación, etcétera”. La actual salida de emergencia del local transcurre, añaden, por patio interiores entre viviendas particulares, “forzando a los asistentes a la discoteca a salir a la calle a través de un garaje particular, con los problemas añadidos de seguridad ciudadana, pues a través de los patios interiores se puede acceder a patios privados de los edificios, y a viviendas particulares”. Cuestionan también la legalidad de la propia actividad al permitir el “funcionamiento de una discoteca en los bajos de edificios residenciales, compartiendo estructura con los mismos, hasta el punto de provocar problemas de vibraciones y ruidos en vivienda particular, sin poner ni exigir solución a las mismas más allá de las simples multas económicas o cierres temporales de actividad que ni atajan ni resuelven el problema”. Se quejan también de problemas de seguridad ciudadana siendo “inumerables las actuaciones policiales ante las llamadas de vecinos por peleas, agresiones, consumos de bebidas y sustancias estupefacientes junto a los portales, ruido, griterío, etcétera”. Y “permitiendo que la actividad se desarrolle en horario de tarde y madrugada, durante todos los días de la semana”.

En su denuncia, defendida por un letrado, los vecinos aportan diferentes resoluciones sancionadoras e informes de actuación por Policía Municipal sobre vulneración de niveles acústicos y “molestias por ruidos y vibraciones”. El Ayuntamiento a pesar de los numerosos escritos presentados por los vecinos afectados “no ha adoptado medida eficaz alguna conducente a corregir que la actividad de dicho local se ajuste, en cuanto a su funcionamiento, a la normativa aplicable (ruidos, aislamiento), evitando de esta forma las molestias y riesgos para la salud de los denunciantes, incumpliendo con ello lo que el ordenamiento jurídico le exige”. - D.N.