pamplona - De los ocho colectivos que prestan los Servicios de Atención Preventiva Comunitaria (SAPC) en los diferentes barrios de Pamplona hay historias bien diversas. Los hay veteranos, como Batean, que el próximo año cumplirá su 20º aniversario; y los hay con andaduras que han nacido en esta legislatura. Pero todos coinciden en su mirada al futuro.

El objetivo es “defender que se siga teniendo en cuenta la voz de los chavales y que se les entienda como a niños, no como a futuros adultos”; la necesidad de un respaldo y sinergias con las instituciones “respetando los ritmos de las asociaciones”, y de extender un modelo que arraigue “de momento en los demás barrios de Pamplona”, explicó Hodei Sarasa (Buztintxureando Txuri), en la presentación del balance.

Del foco de las personas que forman los Servicios de Atención Preventiva Comunitaria no escapa que el trabajo que se viene realizando no debe caer en saco roto. Ponen de manifiesto que los últimos colectivos en iniciar su andadura están en vilo porque sus contratos con el Ayuntamiento vencen con el final de esta legislatura. Es el caso de Milagrosa, Buztintxuri y Mendillorri. “Estamos considerados servicio público. ¿Qué servicio público tiene que revalidar su gestión cada equis años y volver a defender su situación?”, se pregunta Sarasa. En Bideberri de Mendillorri trabaja desde 2016 Oihane Gar, una de las cuatro técnicas del SAPC. “Este año se nos acaba el contrato y necesitamos que se renueve para consolidar el proyecto con más personas”, expresa. A este respecto, Alberto Jáuregui (Umetxea) concretó ayer que el Ayuntamiento de Pamplona ha confirmado la renovación en bloque del servicio en los ocho barrios.

Las necesidades, como siempre, van por barrios. En el Casco Viejo a finales del pasado enero vieron cómo su petición para cubrir el patio del colegio San Francisco se convertía en una realidad tras 16 años sosteniendo esa demanda. “Tenemos la peculiaridad de que somos mitad barrio mitad centro de ciudad, y el modelo que se está impulsando desde la anterior legislatura no es respetuoso con la vecindad en general, y en absoluto con los txikis y con los jóvenes. Hoy por hoy nos encontramos un barrio que no está preparado para dar salida a las demandas que tienen”, expresa Norberto Rodríguez, de Aldezahar.

Reclaman más espacios de juego y dotaciones, siguiendo las necesidades que ya marcaba el Plan de Infancia y Adolescencia 2018-2022. “No tenemos instituto, no tenemos polideportivo ni ninguna dotación deportiva, los parques están tomados por las terrazas de los bares, no hay espacios cubiertos y el patio de San Francisco no es en absoluto suficiente”, concreta Rodríguez.

los próximos en llegar El objetivo de estas asociaciones es extenderse a los demás barrios de la capital, y el primer candidato acaba de llegar. En Mendebaldea-Ermitagaña está dando los primeros pasos para que Aisialdea se constituya como servicio, un colectivo de barrio para atender las demandas de la infancia surgido en el seno de la asociación Ermitaldea.

Esta asociación vecinal y cultural surgió hace algo más de un año, y hasta la fecha han organizado el Día del Árbol, Olentzero o las primeras fiestas que ha visto el barrio en más de 15 años. “Ahora estamos en fase de darnos a conocer poco a poco con estas actividades, y está dando sus frutos”, cuenta Mikel Ansorena. Su compañero Rubén Sola explica que están elaborando un diagnóstico sobre la infancia “para darle voz y ver con qué está de acuerdo, con qué no y qué necesidades tienen para plantear acciones. Ampliar ese diagnóstico”. Maite Herranz pide el apoyo del Ayuntamiento en un momento “en el que estamos llamando a la colaboración. Estos procesos no se pueden imponer ni proponer. Que aprovechen ahora”. Y Ansorena insiste: “estamos viviendo un momento muy bonito, creando un montón de cosas en el barrio con mucho empuje y fuerza. Es el momento de apoyar este tipo de dinámicas”.