pamplona - Insisten siempre en que nacieron con el objetivo de desaparecer. Pero como de momento hacen falta y no puede ser, por el camino también hay que sacar tiempo para celebrar y agradecer. Máxime cuando cumples diez años de vida y más de 400 voluntarios y voluntarias sostienen tu quehacer diario, además de fundaciones, socios y empresas. De otro modo, el París 365 sería “solo un cascarón vacío”, dijo Juan Carlos Longás, vicepresidente la Fundación Gizakia Herritar/París 365, en la antigua estación de autobuses Geltoki. De ahí el día de homenaje a algunas de esas gentes que han aportado su granito de arena para que el París 365 siga siendo eso, el París 365.

La gerente Myriam Gómez habló de la “felicidad” que sintió ayer la fundación “al ver entre vosotras a aquellas que casi casi estuvisteis sirviendo ese primer menú, y que hoy seguís entre nosotras con tantas ganas y energías como en aquellos primeros días. Hoy somos más de 400 personas voluntarias activas, y eso dice mucho tanto de la Fundación como de las personas que dais un tiempo de vuestros días para crear una sociedad más justa, igualitaria y comprometida contra las injusticias”, comentó. Y destacó que “el París 365 está a las puertas de la pubertad. Los cambios vendrán y configurarán nuestra nueva personalidad. Somos una organización viva, con historia y con mucho futuro por delante y con vocación de seguir dando nuevas soluciones a los problemas de las personas. Miramos al futuro con valentía y estamos dispuestas a seguir creando esa Navarra y esa Pamplona más igualitaria y más justa, y os invitamos a seguir con nosotras en esta noble causa. De igual a igual por la justicia social”, finalizó.

reconocimientos En una jornada en la que participaron la comparsa txiki de San Jorge, el dj y músico Pablo Villafranca, el dantzari Iñaki la Plaza, el txistulari Luis Rodríguez y el atabal Tomás Muga, el acto central consistió en la entrega de una placa conmemorativa a Elena García Cortés, cofundadora y voluntaria; Dori Iriarte Senosiain, trabajadora y responsable del comedor solidario entre 2010 y mayo del 2019, a la familia Jiménez-Urbiola de Villatuerta, voluntarios/as del comedor, a Andrés Feligreras Viedma, voluntario diario de las tiendas de segunda mano desde 2017, a Ttipi Ttapa Fundazioa, empresa de diseño y comunicación en euskera que ha colaborado desde 2010 en la comunicación, a Igantzi eta Arantzako laguntzaileak, voluntarios y voluntarias de Aranaz y Yanci que trabajan en la recogida de alimentos, fondos y ropa de segunda mano; y a la Ikastola Paz de Ziganda, que colabora con el comedor y despensa solidaria en la recogida de alimentos desde 2014.

Uno de esos homenajeados, Juan Mari González, de Arantza, ejerce desde 2010 de transportista entre su pueblo y Pamplona “recogiendo paquetes de ropa, calzado... de todo. No sé cómo vino al pueblo esa invitación a participar, me parece que por mediación del cura Martín. Y nos juntamos. ¿Por qué no? Para entonces ya estaba jubilado, y estoy muy contento. Le diría a la gente que se anime, que siempre está bien colaborar”, expresó.

Por su parte a Pello Apezetxea, presidente de Ttipi Ttapa y cura de Etxalar, que menea a más de 200 personas de la zona en la recogida de alimentos, le pareció “bien esto de que a los 10 años se haga un recuerdo y una celebración”. Pero destacó la importancia de “que vayamos tomando conciencia de que no somos solos, que hay otros. Y que en esos otros, algunos necesitan de nosotros. Pienso que la solidaridad es una realidad muy interesante”, apuntó.

Por último Mª Josefa Etxeberria, Mª Jesús Telletxea y Mª Sol Etxeberria, las tres de Igantzi y las tres muy sorprendidas y muy contentas ayer con el homenaje, explicaron que su labor consiste en recoger ropa usada por las casas del pueblo, lavarla y remendarla si hace falta, clasificarla... y a la capital. También colaboran en la recogida de alimentos y hacen toquillas para los trajes de casera en Navidad. “De vez en cuando nos invitan a Pamplona, entonces vemos el movimiento que hay y eso mismo nos anima a seguir adelante”, dijeron estas voluntarias, con “toda la intención del mundo de seguir muchos años más”.