pamplona - La asamblea vecinal del Casco Viejo -organismos, hosteleras y vecinos y vecinas- convocó ayer una rueda de prensa frente al piso de Jarauta rodeado desde hace meses de polémica. La asamblea mostró su preocupación “por la deriva en la convivencia que se estaba dando en nuestro barrio”, motivo por el que “decidimos empezar a trabajar, hace meses, y buscar las posibles soluciones”, dijeron.

Indicaron que “el movimiento ocupa no es el causante de esta problemática, por lo que no queremos que se criminalice, ya que este responde a políticas de especulación con la vivienda y necesidades vitales que en el Casco Viejo son un día a día. Por todo esto consideramos la ocupación una opción legítima”. Acusaron a los medios de comunicación de utilizar esta problemática “de un modo sensacionalista, dirigiendo a la sociedad contra la población más excluida y marginalizada”. Y apuntaron a la gentrificación “como parte principal del problema. Este tipo de procesos lleva a cabo diferentes actuaciones para forzar la huida de la población, sustituyéndola por otra de rentas más altas, ataques a la convivencia, subida de alquileres, narcopisos... Este último ejemplo se une a una larga lista que nos constata que este barrio está inmerso en un proceso importante de gentrificación afectando a la convivencia”.

amenazas y agresiones Los colectivos concretaron que “hemos sufrido amenazas y agresiones, tanto físicas como verbales. Desde hace meses vecinos afectados mostramos preocupación y malestar por los problemas y aumento de la tensión en la connivencia derivados en estos pisos. Muchas de estas agresiones han tenido un alto contenido machista y misógino. Hace un mes dos personas eran agredidas en un bar y hace una semana sucedió la agresión a un tabernero del barrio”, recordaron.

Denunciaron “amenazas después de haber realizado concentraciones de repulsa, incluso siendo sancionadas e identificadas por la Policía mientras los agresores han campado a sus anchas por las calles. Queremos remarcar nuestra preocupación ante la pasividad de la judicatura que viene permitiendo esta situación durante 5 largos meses”, motivo por el que se cubrieron la cara en rueda de prensa “simbolizando que todas podíamos haber sido las agredidas. Por último, reconocieron “la suerte de tener un barrio con este tejido social, diverso, luchador, crítico, inconformista y dispuesto a trabajar ante este proceso especulativo”, e hicieron un llamamiento a la vecindad “para que sigan trabajando por mantener un barrio vivo y digno”.